Después de almorzar, llegó Ulises Iriarte, amigo de Alice. Él era gay, pero hacía lo que fuera por complacerla. Nadie sabía la verdad sobre él, solo ellos dos. Era imposible creer que lo fuera debido a su estilo varonil, lo que no permitía que nadie sospechara de él.
Ulises Iriarte, 20 años.
Cuando llegó Mateo, inmediatamente se levantó al ver a aquel joven abrazando a Alice con tanto cariño. Ella les presentó: "Él es mi amigo Ulises Iriarte y lo invité porque esta semana se va a Alaska con sus padres por temas familiares y quería traerlo para que se despeje", dijo Alice con una sonrisa pícara. Todos lo saludaron.
Mateo solo le dijo: "Hola, que disfrutes de tu estadía", se sentó, sirvió una copa de vino. Alice notó la molestia de Mateo, así que siguió con su juego. Se dio vuelta y besó a Ulises en la mejilla y, entrelazando sus dedos, se lo llevó a mostrarle la habitación. Él entró y se cambió. Ella estaba con él en la habitación. Él salió del baño con un short de baño, dejando a la vista su hermoso físico.
"Eres guapísimo. Si fuera hombre, me enamoraría de ti", expresó Alice con una sonrisa pícara.
"Ah, no, ni hablar. Mira que el papacito de Mateo casi me comió con la mirada. No sé si es buena idea que hagamos esto", dijo Ulises con inquietud.
"Mm, no seas así. ¿Ya te estás echando para atrás?", preguntó Alice haciendo puchero.
"Ah, ya. ¡Obviamente no! Sabes que haría lo que fuera por ti", dijo este besando con delicadeza a Alice. Ella no entendió nada, pero Mateo acaba de llegar y era la mejor manera de seguir con la mentira.
"Vaya, hace mucho no beso a nadie que lo haga tan bien", dijo Alice sonriendo dulcemente, abrazada por el cuello de Ulises. Este sonrió dejando besos en los labios de Alice. Solo quería incomodar a Mateo.
"Cof, cof, interrumpo. Alice, ¿sabes que pensé que eras más seria? Mira que presentarlo como un amigo y luego le comes la boca. ¡Vaya amigos! Solo una cosa, ¿tu padre sabe de esto o quieres que sea yo quien le hable de tu 'amiguito'?", dijo Mateo enojado.
"Mm, no. Yo hablaré con mi padre. Con permiso", dijo ella cortante. Pero Mateo le agarró del brazo ejerciendo presión.
"¿Me prestas a tu amiga o novia? Necesito hablar con ella", dijo Mateo serio. Su mirada era fría y desafiante.
"Si no tengo problema, me voy con Georgina. Amor, te espero", dijo Ulises saliendo de la habitación.
"Suéltame, me estás lastimando", le dijo Alice con mueca de dolor, pero Mateo la empujó a la cama y se montó en ella. "¿Te gustan los besos de tu novio? ¿Es rico? ¿Quieres que te enseñe quién besa mejor?", decía Mateo lleno de celos.
"¡Mm, no! Solo tus besos me llevan al mismo cielo. Mateo, bésame. No te detengas", dijo Alice con picardía. Los besos de Mateo fueron suavizando y el ambiente se fue tornando cálido y dulce. Sus besos eran demandantes, llenos de deseo.
"Georgina, cariño, ¿cómo está tu día?", dijo Ulises saliendo de la puerta de la cocina. "Mi querido Ulises, ¿así que te vas?", dijo con curiosidad. Se sentaron en la barra y se sirvieron un poco de vino.
"No, nena. Es una estrategia de Alice. Aunque no lo creas, funciona. Tiene que ver con cómo está Mateo furioso", dijo Ulises. Se rieron y brindaron porque, al fin, Alice estaba logrando lo que querían. Pero Oliver estaba escuchando aquella charla.
"Mm, con que ese era el plan", dijo Oliver, quien se unió a ellos. Sorprendidos, escupieron el vino de la boca y lo miraron. "No le digas a Mateo o nos matará", dijo Georgina limpiando el vino. "Sí, y yo creo que seré el primero", expresó Ulises con nerviosismo.
"No se preocupen, no lo haré. Además, sé perfectamente que está locamente enamorado. Solo que no se decide, o al menos él", dijo Oliver sonriendo.
"¿Y tú, Oliver? ¿Ya tienes novia?", dijo Georgina haciéndose desinteresada. "Mm, la mujer que amo está tan bella y con lo que soy, no quiero hacerla sufrir", dijo Oliver sin dejar de mirar a Georgina. Esta esquivó la mirada y tomó de un solo trago el vino.
Por otro lado...
Mateo recorría el cuerpo de la dulce Alice. Sus besos húmedos provocaban en ella un placer inigualable. Ni lo más dulce podría hacerla sentir tanta pasión. Él llegó a su área prohibida y comenzó a jugar con su lengua, haciendo círculos en ella. Provocando que esta se arquee soltando jadeos. Continuó deleitándose en ella y, cuando llegó el momento, besó los labios de Alice. La miró como lobo hambriento, deseoso de comer esa rica presa que tenía ante sus ojos.
—¿Quieres que siga? ¿Alice, estás segura? ¿De esto? ¿Y si yo me voy, qué harás? —preguntó Mateo mientras entraba haciendo presión. Cuando por fin estaba adentro, el beso acarició su rostro. "Eres divina, princesa. Te amo, preciosa. Eres mía. ¿Quieres que siga?" —Ella asintió y él comenzó con movimiento lento, y fue tomando ritmo. Ambos llegaron al clímax. Él dejó su esencia en ella. Se besaron. Él disfrutó cada rincón de su cuerpo. "Fue un buen plan traer a tu novio y estar conmigo", dijo Mateo besándola en todas partes de su rostro y cuello. "Mm, te mentí. Solo era para que te dieras cuenta de que me amas y me hagas tuya", dijo ella. Se cubrió con las sábanas. "Me gusta mucho saber que no es tu novio", dijo Mateo con una gran sonrisa.
Él se levantó y la llevó a la ducha, ya que ella se sentía adolorida. Luego cambió las sábanas y le trajo una pastilla para evitar un embarazo y otra para los dolores.
"Mi amor, esto no te ata a mí. Solo quería ser tuya, pero no te obligo a nada", dijo Alice con mucho amor. Lo besó. "No sé qué va a pasar. Yo tengo dos años más y no te voy a ver por ese tiempo. Tu padre me matará. Aparte de eso", dijo Mateo acercándose a ella y acariciando suavemente la espalda de ella. Y la besó con intensidad.
"No quiero que sea así. Eres mía completamente. Ahora voy a terminar mi carrera y vuelvo. Te lo prometo", dijo Mateo. Estaba claro que Mateo se había decidido a tener un noviazgo con Alice.
"Si te olvidas de mí y cuando vuelvas ya no quieras estar conmigo", dijo Alice haciendo puchero. Pero él no la dejó terminar y volvió a besarla.
"Mm, me quedaría así. Eres muy dulce, mi princesa. Te saliste con la tuya. Mm, mi amor, ¿no era esto lo que deseabas?" —dijo Mateo. La miró con ternura. "Mm, sí, esto quería. Lo deseaba y soñaba con este momento", dijo Alice sonriendo dulcemente. Abrazó a Mateo quedando sobre su pecho. Él sonrió. Siempre habían deseado estar juntos.
¿Pero qué les espera a ellos ahora?
Continuará...
Gracias por estar, mis bellas. Este capítulo va dedicado a la bella Nicole. 💕
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 67 Episodes
Comments
Angie D Maceda
jajajajaja ay Alice quien juega con fuego se quema
2023-11-05
0
Angie D Maceda
que bueno, Ulised será el talón de alquiles de Mateo😈😈😈
2023-11-05
0
Monika
Mateo, salió igualito a su padre......
2023-09-19
1