la mesa de la tortura

Nos

encontramos con Marion recorriendo tiendas para encontrar los tacones adecuados

para el vestido que le hice.

Esta tan

indecisa que no se si darle un chirlo en la nuca, creo que su vecino la tiene

desatendida.

Luego de

ver cientos de pares, se decide por unos hermosos, pero temo que cambie de

opinión.

ꟷ¿Segura

que son esos? ꟷpregunto ya que son de tacón fino y por definición un dolor en

el culo.

ꟷSi,

necesitare un masaje luego de esto, pero son los indicados ꟷdice contenta con

su elección.

ꟷTu vecino

querrá tomarte solo con ellos puestos ꟷmenciono midiendo su reacción.

ꟷPuede ser,

tiene una fijación por tomarme con los tacones puestos ꟷsuelta sin medir ni una

palabra y sonrío, se acaba de mandar al frente sin siquiera tener idea de que

lo hizoꟷ, me encantan.

ꟷ¿Marion?

ꟷllamo su atención, conteniendo las ganas de gritar. Me mira sin entender

porque le hago ojitos.

ꟷ¿Qué?

ꟷresponde, luego de una pelea interminable de miradas.

ꟷ¿Cómo es

eso que tu vecino tiene una fijación por tomarte con tacones? ꟷpregunto, más

bien ataco. Su mirada se congela, horroriza al darse cuenta de lo que a

declarado. Ja, ja, ja. Risa sarcástica.

ꟷEn mis

sueños ꟷresponde atropelladamente y casi le escupo el desayuno de la risa, ni

ella se lo creeꟷ. Siempre sueño que me coge con tacones. Lo raro es que lo

lleva el y no yo ¿Qué significara? ꟷagrega y la miro con la clara intención de

que no nací ayer.

ꟷ¿Por qué

tanto miedo de admitir que estas en una relación? ꟷle pregunto ya que esta mas

que obvio que lo que sea que tiene con su vecino va mas allá de una mamada.

ꟷNo tengo

nada con el ꟷmurmura por lo bajo, dándome a entender que tiene mucho con él.

ꟷSi, claro.

Dilo hasta que te convenzas de ello, querida ꟷmi tono es tranquilo, quiero que

se abra y no se sierre en la negaciónꟷ, porque a metros de ti se nota que entre

ustedes hay algo más. No lo conozco, pero siento que te corresponde tanto como tú

a él, solo que tienes miedo.

ꟷBueno ya he

hecho mi elección, solo debo pagar ꟷdice tomando el par de zapatos y dirigiéndose

hasta la caja para pagar su compra, suspiro.

ꟷNo puedes

escapar toda la vida a ello, ¿Lo sabes? ꟷinsisto mientras la sigo, camina

enojada, pero se detiene.

Se voltea

escupiendo una caterva de admisiones que me dejan mas que claro lo enfadada que

esta porque no la ha llamado en los días que lleva en la ciudad, me rio porque

al fin admite que tiene algo con su vecino.

Salimos de

la tienda, ella seguía claramente enojada con el hecho de que su amorcito no se

comunicaba con ella.

En el

camino a su departamento vamos discutiendo la ausencia de su vecino y su falta

de comunicación. El acoso de parte de ella al tener su número telefónico,

gracias a un contrato que tiene con el bar del que es propietario. Lo que sea,

va tan distraída despotricando y llorando la falta de comunicación que cuando

llegamos a su departamento ella no se percata de ello.

ꟷ¿Y si en

realidad tiene otra familia y yo soy la otra? ꟷpregunta tan irracional que por

poco me rio en su cara, mas viendo como el la mira desde la distancia. Ese tipo

no tiene ojos más que para ella.

ꟷHay

querida deja de alucinar, ¿Quieres? ꟷpregunto mirando hacia su hombro, dándome

cuenta de que mi amiga todavía no cae en la realidad.

ꟷTienes

razón, estoy alucinando ꟷdice sonriendo, luego de un rato de meditación.

Definitivamente esta chica es medio locaꟷ ¿Qué?

ꟷLlegamos

ꟷdigo y miro cómo reacciona. Parece que todo en ella se agita cuando lo ve

parado fuera de su departamento, con las manos en los bolsillos de su pantalón

de manera despreocupada con su penetrante mirada fija en ella, hay soy una

ternurita. Me mira desconcertadaꟷ Ve a descargar toda esa tensión acumulada y

luego esta noche deslúmbralo.

Sonriendo

baja de mi coche y veo como camina a paso decidido hasta su puerta, sin dirigirle

una mirada. Abre y pasa y luego veo como el la sigue como buen cachorro. Uff,

estos dos son dinamita.

Por suerte

el estilista de su familia me dio el día libre, por lo que el resto del día me

la pase encerrada en ese pequeño local donde puedo dejar volar mi imaginación y

crear nuevos diseños.

A día siguiente

quedamos en encontrarnos en la casa del jefe de Briza, Daniel Black. No veo las

horas de ver ese montón de ladrillos sofisticados. Como sea, quede en ir a

buscar a Marion.

A la hora

pactada paso por su departamento y luego de anunciarme tocando el claxon de mi

coche espero a que la susodicha venga al encuentro. Nos saludamos ni bien sube

a mi coche y como era de esperarse lo primero que hago cuando se pone cómoda es

preguntarle por su vecino, cosa que como era de esperarse sigue negando que

tiene algo con el cuando ayer, claramente, casi llora que no la había llamado

en diez días y cuando volvimos de comprar zapatos se reencontraron y no creo

que hayan estado jugando cartas, precisamente.

Llegamos al

departamento del novio de Briza y luego de arrasar con su alacena todas nos pusimos,

más o menos, de acuerdo para ver una película. Un clásico: Drácula, la historia

jamás contada. Aquí entre nos, la vi como mil veces, es la versión de Luck

Evans que mas me gusta. Casi puedo decir que mi vibrador lleva su nombre.

El momento cómico

de la noche se llevó a cabo cuando Briza, luego de llorisquear que quería ver

Sandman, no tenia idea de que se trata del dios de los sueños ósea Morfeo. Se armo

una discusión donde no solo entro en juego Morfeo de Matrix, sino que también Keanu

Reeves. Un desmadre que nada tenia que ver con Drácula y el papasito de Luck

Evans.

En resumen,

pase una hermosa tarde noche de chicas con mis amigas de la que me gusta tener

para rememorar cuando las cosas no están del todo Ok en casa.

Suspiro,

necesito encaminar mi vida y con eso me refiero a Gastón. No ceo que sea justo

que siga con el cuando estoy mas que segura que mi mente esta en otro lado, otro

país, otro continente.

Pasaron los

días como arte de magia, ya una semana nueva y contando. Esta semana la

aproveche a tope dedicándome a mi microemprendimiento. Por suerte los contactos

de mi tía dieron resultados y ya tengo todo encaminado, la gente que se necesita

en la fabricación de indumentaria está siendo entrevistada con la ayuda de mi

madre.

Mi hermana Francesca

se encargo de lo virtual tanto publicitario, como crear una pagina web para

vender mis artículos. No solo eso, también esta dando mucho revuelo en las

redes sociales.

El salón esta

siendo decorado y dividido para que en la parte de enfrente se muestre la mercancía

mientras que en la zona de atrás se fabrique. Por suerte la zona de carga y

descarga da a un callejón y todo ese ruido se evita en la tienda.

Como lo

virtual es el bum en estos días ya tengo varios pedidos, eso me llena de emoción.

Por lo que ni bien la gente contratada para la producción este disponible se

comenzara de manera inmediata.

Todo este

esfuerzo significo todos mis ahorros, pero vale la pena. Es mío, solo mío. Lo que

llevo vendido, son artículos que ya tenia en stock y cuando tenga nueva

indumentaria será mucho más fácil las negociaciones, por eso no veo las horas

de que todo esto esté en funcionamiento.

Mi relación

con mi novio va en picada y todo por culpa de un helado napolitano. Aunque si

ponemos en la balanza todo lo que nos mantiene juntos puedo llegar fácilmente a

la conclusión de qué se trata solo de costumbre y el buen sexo, eso no lo puedo

negar.

Los días siguen

su curso, Marion esta casi al mando de la empresa familiar, casi admite que

lleva una relación con su vecino. Cecilia igual sin cambios. Briza esta en

igual de condiciones, ya que el no novio de Marion esta en otra ciudad por un

viaje de negocios, el novio de Brizas está en lo mismo.

Mi cuñada

esta con mucho trabajo al igual que mi hermanito, pero necesito una noche de chicas

como la pasada, donde el tema de discusión son actores y no tener que pensar en

cómo terminar una relación que lleva varios años.

La noche

llega y el lugar destinado a la destrucción es el departamento de Briza. Esta reunión

parece la que hacíamos cuando todavía íbamos a la secundaria y nos juntábamos para

hablar de chicos, comer helado o chocolates, ver alguna película, hacernos la

manicura y por supuesto la infaltable depilación o momento de tortura.

Llego al

departamento de Briza con mi maletín, parezco narcotraficante con él. Pasado los

minutos ya todas estamos juntas, la cera calentándose porque al parecer la que

nunca pensé que estaría tan ansiosa por ser depilada, no deja de preguntar

cuando falta. Si, me refiero a Marion. Debe ser que quiere sorprender a su

vecino con el campo limpio de malezas.

Cuando la asignada

a la sección de tortura se mueve hacia la habitación de Briza para cambiarse,

al momento se escucha un fuete grito, algo exagerado, y viene corriendo hacia

nosotras que la miramos como diciendo ¿Qué bicho te pico?

ꟷ¿Qué pasa?

ꟷpregunta Briza, siendo la primera en hablar.

ꟷTu… tu…

jefe ꟷdice entre jadeos, indicando con un tembloroso dedo la habitación.

Briza se

sorprende y sale disparada para su habitación, Marion se mueve a la cocina y

cuando la vemos se esta tomando un trago de vodka. Así, sin nada.

ꟷ¿Tanto lio

por una llamada? ꟷpregunta Cecilia, siguiéndola como el resto de nosotras.

ꟷEstaba

desnudo ꟷresponde justo, al voltear.

ꟷVa, ni que

fuera de otro mundo ꟷdigo restándole importancia. No es el único hombre en el

planeta con una pichulaꟷ ¿O será que tu vecino dejo de atenderte?

ꟷEsta de

viaje hace mas de una semana ꟷdice, como siempre sin pensar en las respuestas y

la miramos.

ꟷ¿están

saliendo? ꟷpregunta Cecilia, estudiándola con la mirada, haciendo que se

coloque incomoda.

ꟷ¡No! ꟷresponde

inmediatamente, listo una mas perdida por los traseros Black.

ꟷ¡Mierda! ꟷgritoꟷ

Eso va enserió.

ꟷNada que

ver, ¿Me vas a depilar? ꟷpregunta cambiando de tema, ja.

ꟷSi, nena ꟷrespondo

dándole una mirada a la cera que ya esta a punto letraꟷ. No queremos que a tu

vecino se le enrede la lengua.

Y así, una

a una fuimos pasando por la mesa de la tortura con un acabado liso y brilloso

para que luego sea digno de alabanza y admiración masculina.

Al salir

para mi departamento, tarde en la noche casi se me salta un cable cuando vi a

lo lejos la camioneta estacionada, pero mis amigas estaban cerca.

Conduje hasta

mi departamento, incluse quise hacer una carrera para tatar de ganar espacio y también,

como niña caprichosa intenté perderla, pero nada. Enojada, enfadada con la razón

de tener un lame culo detrás de mi todo el tiempo, ni bien llegue a mi

departamento cierro la puerta con un poquitito de drama y casi pisando fuerte

como si fuera un gigante y no una chica de estatura promedio, camine hasta

donde había estacionado la camioneta y aporree el vidrio del lado conductor.

ꟷ¡Dile al

idiota de tu jefe que me deje tranquila! ꟷle grite a la ventanilla, llenando de

saliva el vidrio polarizadoꟷ ¡No necesito una maldita niñera que me siga todo

el día!

Con esa dramática

acusación, volví mis pasos hacia mi departamento, busque las llaves en mi bolso

y entre casi olvidándome que no vivo sola.

ꟷ¡Gastón! ꟷlo

llamo a gritos, es ahora o nuncaꟷ ¡Tenemos que hablar!

Tiro mi

bolso sobre la mesa de la sala y camino hacia la cocina necesitando

urgentemente un baso con agua, pero al llegar me sorprendo al ve un tipo que no

tengo idea de quien es, sentado en mi desayunador, con una enorme jeringa en su

mano.

ꟷCreo que

esa charla tendrá que esperar ꟷdice y me preparo para darle una patada en su

fabrica de bebes, pero unas manos desde mi espalda me acorralan de forma

traicionera y el tipo enorme con la jeringa se acerca apuntándome con ella.

¡Mierda!

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