derecho de piso

Cuatro

horas más tarde llegue a mi departamento. Miro mis pies descalzos algo

ensangrentados por la dura caminata que debí pasar junto a esas chicas que

estaban tan confundidas como yo.

No puedo

llegar a entender porque el helado napolitano nos ayudó a salir de este

embrollo, porque me quedo más que claro que la que entraba en esas habitaciones

no salía con vida.

Tras entrar

a mi departamento un sujeto me está mirando mientras que un arma apunta en mi

dirección.

Genial.

Pensé que

me había librado de la muerte, pero resulta que me esperaba en mi departamento.

Demonios,

definitivamente hoy no es mi día.

—No voy a

chillar porque sería en vano —digo mientras dejo la bolsa que me dio el gorila

sobre la mesita que está al lado de la puerta de calle—. si vas a matarme hazlo

ahora que estoy muy cansada.

—¿Sylvanas

Del Re? —me pregunta y por un momento dudo en responder.

—Mmm...

¿Suzata? —respondo y lo veo respirar con alivio mientras que baja el arma y

deja de apuntarme con ella.

—Señorita,

la perdimos de vista y su rastreador dejo de funcionar a mitad de la noche —me

informa mientras de su chaqueta saca su placa identificatoria y me la muestra—.

Debe darme las lentillas que utilizo para la misión —me pide tendiéndome la

mano aguardando que cumpla con su pedido.

—Enseguida.

Me dirijo a

mi cuarto para sacarme las lentillas y colocarlas en el recipiente. Saco la

peluca que llevo puesta por alrededor de veinte horas y juro que casi suelto un

gemido de placer, pero estoy tan cansada que ni fuerza para festejar.

Vuelvo a la

sala para entregarle el recipiente al agente que me espera sentado en la sala

mientras bebe un café, al parecer se siente en casa y hasta se sirve solo.

—Mañana a

primera hora deberá presentar un informe con todo lo ocurrido en la fiesta, lo

que pudo averiguar y lo que paso en el lapso que la perdimos de vista —dice

poniéndose de pie, dirigiéndose a la salida del departamento.

—Eso es

fácil, me encerraron en una habitación con otras chicas y luego nos condujeron

al medio del desierto para liberarnos a todas con un jugoso cheque —digo

señalando la bolsa, el tipo se tensa y corre a tomar la bolsa para analizar el

cheque.

—Esto nos

puede ser de utilidad —afirma y lo miro mal, esa es mi paga por caminar en medí

de la nada.

—Ese cheque

es mío y pienso cobrarlo, no por nada me sangran los pies —el tipo en frente de

mí mira mis pies y sonríe mientras que de su chaqueta saca una bolsa y mete en

cheque para luego dirigirme una sonrisa sarcástica.

—Pues

tómelo como gajes del oficio o más bien —dice tomando el pomo de la puesta de

calle —, pago por derecho de piso.

Sin más se

va de mi departamento con mi cheque en manos, juro que le tiraría con un

zapato, pero me duele hasta las puntas florecidas de mi peluca.

Respiro con

tranquilidad y me dirijo a mi cuarto donde me interno en la ducha, necesito

relajarme. A la mañana siguiente tomo un desayuno ligero ya que me dormí lo que

no dormí en siglos y eso quiere decir que mi trabajo como botonera corre riego,

estoy llegando super mega archi tarde.

Para tener

que pasar desapercibida me la paso haciendo cagadas, creo que definitivamente

no soy buena en esto. Debería mejor dedicarme a mi trabajo y dejar de intentar

de hacer de héroe.

Llego a mi

trabajo y como era de esperarse, no llego a poner un pie que el encargado me

detiene y directamente me da un sobre con mi liquidación.

Fantástico.

Trato de

insistir, pero la cara que presenta este hombre me da la pauta que haga lo que

haga no me perdonara ni una. Bueno en realidad ya van... cuantas ¿Dos? ¿Tres?

Como sea, a otra cosa mariposa.

Salgo de

este lugar y me dirijo a la oficia donde debo presentar mi reporte de la misión

super aburrida de la noche anterior. Claro que ayer me pase el día redactando

el informe y descansando como si fuera la reina de algún país exótico.

Llego y me

anuncio. Espero un momento y aparece el mismo tipo que me esperaba dentro de mi

departamento como si fuera el suyo y me pide que lo siga. Entramos a una

oficina donde claramente está el oficial mayor a cargo de mi persona.

—Buenos

días, señorita Del Re —me saluda el hombre detrás del escritorio. Se levanta

tendiendo su mano a la que tomo para estrecharla y a una indicación del mismo

me acomodo en la silla que me señala —. veo que trajo el informe —se adelanta

al ver la carpeta que saco de mi bolso, asiento afirmativamente.

—Si señor,

debo recalcar que todo lo que se habló y pude escuchar estaba lejos de mi

entendimiento —digo defendiendo mi postura al no saber idiomas.

—No se

preocupe, las lentillas que utilizo eran especiales y grabo todo lo que usted

vio y en ellas pudimos escuchar claramente todas las conversaciones que

nuestros expertos están traduciendo y analizando, pero... —se detiene y acomoda

sus gafas, me mira de nuevo — hay un lapso en el que se perdió todo tipo de

comunicación, sabemos que usted no sabía que la teníamos vigilada, pero es

cierto que se perdió contacto y eso se dio en el momento en el que traspaso las

puertas de ese cuarto oscuro.

Me quedo pensativa

por un momento y recuerdo que, al pasar a ese lugar, donde la claridad era

poca, más al acostumbrarte a la poca iluminación fue fácil ver dentro, pero

recuerdo un leve dolor en mis ojos, como si tuviera arena. Raro.

Le cuento

todo lo ocurrido en ese cuarto, con lujo de detalles y puedo ver claramente que

están desconcertados con el proceder del chico.

—Si tenemos

en cuenta que al parecer el hijo de dos grandes mafias ayuda a jóvenes a no ser

atrapadas por las mismas claramente podría tratarse de un rebelde —dice el tipo

me meto en tu casa te guste o no.

—Eso lo

sabremos cuando la señorita se involucre con el chico —dice el agente sentado

en frente de mí, clavando su mirada en la mía.

Si

comprender claramente lo que me quiere decir, me quedo viéndolo. Lo veo sacar

unos papeles y me los tiende. Dudosa los tomo y comienzo a hojear.

A medida

que voy leyendo el contenido de los papeles, mi sorpresa se hace cada vez más

grande.

—¿Cómo

pretende que me hacer que tanto al chico? —pregunto.

—Pues tendrás

que estudiarlo más de cerca y que mejor forma que formando parte del personal

de su casa familiar aquí en Francia —me quedo boquiabierta por el cambio que se

dio en este proceder.

—¿Puedo al

menos pensarlo? —pregunto ya que, de ser así, me llevara más tiempo de lo

planeado y con eso llega la pauta de que tendré que verlo más seguido y si mi

objetivo se cumple, tendré que seducirlo.

Mierda.

Mierda.

—Tienes

—mira su reloj y luego me mira nuevamente— cinco minutos para decidirte.

Carajo.

—Bien —respondo

cruzándome de brazos, no hay de otra.

—Perfecto,

comienzas a trabajar como empleada doméstica en tres días —dice pasándome un

nuevo sobre que tomo ya sabiendo su contenido—. Te presentaras en la mansión

bajo tu seudónimo que utilizaste mientras trabajabas para el diseñador, usaras

el mismo disfraz. Esperemos que te reconozca y que sea más fácil tu labor.

Genial.

Sin más

nada que decir, tomo el sobre, los papeles que me dio antes y me levanto para

retirarme, necesito tiempo para relajarme y mentalizarme ante la nueva misión.

Seducción.

Yo,

justamente yo, la más bruta de todas tiene que seducir a un helado napolitano

sin derretirse en el camino.

Mierda y

más mierda.

Salgo de la

oficina algo decaída. Temo que todo salga mal.

Ese

presentimiento de ser observada nuevamente me acomete y miro a mi alrededor

para tratar de adivinar de donde nace ese sentimiento, pero me encuentro con la

nada absoluta.

Llego a mi

departamento y luego de inspeccionar que este todo en su lugar llamo a mi novio

para saber como esta, y contarle que mi puesto de botonera fue removido y

pulido para convertirme en una lustra muebles. Ja.

ꟷHola, amor

ꟷsaludo la pantalla de mi portátil que me devuelve la imagen de mi chico todo

sudoroso. Mmm…

ꟷHola

cielo, me llamaste justo ꟷdice mientras con una toalla se limpia el rostro.

ꟷ¿A si? ¿Y

eso por qué? ꟷpregunto juntando el hilo de baba que busca caer por la comisura

de mis labios.

ꟷPues

estaba pensando en ti y como me estoy por dar una ducha pues puedo poner el

teléfono cerca mientras me ves como el jabón se desliza por mi cuerpo ꟷmierda.

ꟷPlaneas

matarme a la distancia ¿Verdad? ꟷdigo y lo veo reírse.

Mientras

trato de distraer mi mente y no sentir celos de ese jabón que juega un papel

que yo deseo jugar, le voy contando como mi puesto fue cambiado aparatosamente,

emitiendo la parte en la que ya no será para ese extravagante diseñador sino

para una de las mafias que vuelve loco a mi padre.

ꟷmírale el

lado positivo, amor ꟷdice y lo miro sin comprenderꟷ puedes tomarlo como un

aprendizaje para cuando nos casemos.

ꟷ¿Qué? ꟷpregunto

mientras veo como se enjabona su precioso.

ꟷTe extraño,

¿Cuándo tendrás un tiempito para venir? ꟷdice evitando mi pregunta y bufo

mirando hacia otro ladoꟷ De todos los lugares donde podías hacer esta pasantía,

¿Tenias que irte tan lejos?

ꟷSabes que

mi sueño es llegar a las grandes pasarelas y si me quedo en casa sin conocer

gente extravagante y desesperante nunca lograre mi objetivo ꟷme justifico,

porque es una gran realidadꟷ y volviendo al tema que evades ꟷmurmuro con algo

de enojo, lo veo cerrar la canilla y tomar una toallaꟷ ¿Qué es eso de que lo

tome como un aprendizaje?

ꟷpues ya

sabes el papel que debe cumplir una mujer en su casa ꟷdice y me quedo con la

boca abierta mirándolo.

ꟷFingiré

que no escuche eso y en cambio te recordare que yo no soy sirvienta de nadie ꟷle

digo cruzando los brazos.

ꟷPues ahí

lo eres de un diseñador que por lo que me cuentas no soportas ꟷme dice a la

defensiva.

ꟷLa

diferencia, cariño, es que el me paga ꟷdigo ya sintiendo como el humo sale por

mis orejas.

ꟷPero no

aprendes nada de lo que buscas ꟷretruca y ya quiero vale cuatro.

ꟷ¿Quién te

dice que no? ꟷpregunto ya enfadada deverasꟷ Estoy aprendiendo que mi novio

cuando se lo propone sabe cómo ponerme cachonda y enojada a la vez ꟷle grito a

la pantalla. Él se ríeꟷ. Idiota.

ꟷLo siento

cariño, deberás que te necesito ꟷdice mostrando su desnudez a través de la

pantalla y puedo notar claramente a lo que se refiereꟷ. Esto no se baja solo y

ya estoy cansado de las duchas frías.

ꟷPues tócate

para mi ꟷpropongo relamiendo mis labios ante la idea de verlo dándose placer

solo para mí.

ꟷ¿Qué? No

ꟷsentencia y toda idea de pasar un momento cachondo se esfuma.

ꟷ¿Por qué

no? ꟷpregunto tratando de convencerloꟷ Podríamos hacerlo los dos.

ꟷNo quiero

ser de esas parejas que viven separados y se conforman con sexo telefónico, te

quiero acá, a mi lado ꟷsi fuera un poco más feo le pegaría.

ꟷPues

mientras dure la pasantía deberás conformarte con eso ꟷdigo y decido darle un

incentivo.

Me coloco

frente a la PC y con un poco de música de fondo me comienzo a sacar la ropa mientras

muevo de manera sensual mi cuerpo. Eso parece motivarlo porque al poco rato lo

veo como se acomoda frente a la pantalla y enfoca su precioso todo jugoso, la

boca se me seca y juro que si podría traspasar la pantalla lo haría con la

dicha de sentirlo en todo mi cuerpo.

El sonido

de la alarma de mi celular me recuerda que soy una joven y hermosa mujer que

debe trabajar. Lentamente me deslizo de la mullida cama para arrastrarme como víbora

al baño y meterme en la ducha.

ꟷ¡HAAA! ꟷgrito

al sentir como el agua fría cae sobre mi cuerpo caliente.

Por error,

sin admitir que no vi que llave fue la que abrí, el agua fría me despertó de

una. Templo el agua a mi agrado y termino de bañarme para enfundarme con mi

traje de chica necesitada y presentarme en mi nuevo puesto de trabajo para

lustrar los radiantes muebles de una mafiosa mansión.

Ya paso una

semana desde que me despidieron de mi puesto de botonera y hoy comienzo mi

nuevo trabajo. Tengo que presentarme en la lujosa mansión para comenzar con mis

tareas. Mi nombre sigue siendo Suzata, horrible.

Me conduzco

en un taxi con una pequeña maleta, porque si, debo vivir en la mansión de estos

ricachones mafiosos. Con toda la documentación en una mano u en la otra mi

maltrecha maleta me presento ante un enorme portón que parece forjado en algún

lugar de alcurnia con todos los arabescos que tiene. A un costado esta el

timbre que presiono y veo como una cámara de seguridad enseguida me enfoca y sonrío

ante ella.

ꟷ¿Sí?

ꟷpreguntan por el intercomunicador.

ꟷHola, buen

día ꟷdigo en mi francés de mierdaꟷ soy la nueva empleada doméstica.

Sin escuchar

una respuesta las puertas del olimpo se abren dándome paso. Sintiéndome la

princesa de algún cuento, tomo nuevamente mi maleta y doy unos cuantos pasos

para ingresar, pero inmediatamente soy detenida y como si fuera algún

delincuente me llevan a un cuarto donde toman mis datos, me hacen pasar por un escáner

y revisan mi maleta. Mis tangas son exhibidas y analizadas como si en ellas

escondiera algo más.

Miro mal al

pervertido que manosea mi ropa interior esperando que termine de inspeccionar

el hilo dental de la ropa interior. Luego en contra de toda la ética, toma mi

ropa que anteriormente estaba meticulosamente doblada y acomodada, forma un

bollo con ella y la mete de nuevo en la maleta para mirarme sonriente esperando

a que reviente.

Me inflo

como globo, pero me felicito internamente al no estallar. Le tiendo el sobre

con toda mi información lo mira sin darle importancia y me lo devuelve.

ꟷeso es

para la señora Greco ꟷdice y trago fuerte. No creí encontrarla en la mansión.

Según tengo entendido se encuentra fuera de este país.

Sin mas que

decir, soy conducida por un empedrado camino que a lo lejos muestra la fachada

de una enorme casa que me lleva a confirmar que para limpiar semejante cuartito

se necesita a un batallón de personas.

Entro por

una puerta de servicio donde me recibe un perro buldog. Esa es la cara que

tiene la ama de llave. Sin esperar a que le diga hola siquiera, me arrebata el

sobre que tengo en las manos y le indica a una chica que no deja de mirar el

piso que me lleve hacia la zona de dormitorios.

La chica no

dice nada y hace lo que el buldog le indico. Me conduce a través de pasillos a

la zona de cuartos y me indica el mío.

ꟷEsperare a

que te cambien con el uniforme que esta sobre tu cama y luego volveremos para

recibir instrucciones ꟷindica desde el marco de la puerta de la habitación.

ꟷBien, por cierto,

me llamo Suzata pero puedes decir Su ꟷle digo a la chica que ahora puedo verle

el rostro, ella asiente.

ꟷMi nombre

es Odette y si no te cambias rápido seremos castigadas ꟷindica y la miro con

extrañez esperando a que se esplique, pero ella solo me vuelve a insistir en

que me cambie rápido.

Hago lo que

me dice solo porque veo lo nerviosa que se puso. No puede ser que en pleno

siglo XXI haya maltrato laboral. Claramente se puede ver que si la chica teme a

una reprimenda es porque aquí deben ser muy severos.

Como sea,

dejo de pensar en eso y me concentro en enfundar mi cuerpo en el uniforme de

empleada domestica con una falda demasiado corta para mi gusto. No se que tiene

con las faldas que todas son cortas.

Ya ataviada

con el nuevo uniforme, salgo de la habitación siguiendo los pasos de mi nueva

compañera que me conduce nuevamente ante el buldog que ahora se que se llama Margaret.

El nombre le queda, amargada.

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Comments

Gisel perciante

Gisel perciante

Dejate de corregir si eres tan buena dedícate a ese tema y jodas

2024-08-04

3

Salomé Páez

Salomé Páez

*doméstica, no sé qué tiene*

2024-07-13

1

Salomé Páez

Salomé Páez

*que está*

2024-07-13

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