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**** Verónica Gómez****
Odio que me utilicen y lo que acaba de hacer Antonio no se lo perdonaré. No soy su puta herramienta. Fastidiada, lo dejo en medio del salón y me encamino al balcón. Sé que estoy exagerando, pero ese maldito psicópata intensificará sus ataques debido a esto.
Sin poder aguantarlo más, dejo escapar una sonrisa de felicidad. Dios, ¿a quién quiero engañar?, esta molestia solo es momentánea. Sentí que mi corazón latía locamente cuando escuché cómo me proclamaba su mujer. Sé que sólo lo hizo para enojarlo, pero sonó lindo. Como una idiota, dejo escapar varias sonrisas, pero luego me percato del problema. Mierda, mil veces mierda.
Desesperada, intento buscarlo, pero no hay necesidad. Él ha venido a mí.
—Muy tarde, Palomita; creo que me equivoqué y no eres tan perspicaz —se burla.
Al notar que me ha arrinconado, dejo salir un suspiro de derrota. Realmente no le llego ni a los talones a este hombre.
—¿Qué quieres? —lo encaro.
Aunque admire sus juegos mentales, odio que los use conmigo. Cada vez entiendo el temor que mi hermano siente hacia él. Realmente es un monstruo. Me sorprende que aún no se haya rebelado en contra de los Salvatore. Tiene todo el potencial para crear su propia mafia.
—Nada. No te obligaré a que me digas nada. Total, lo averiguaré. Solo quiero que estas noches estés a mi lado —me toma de las manos.
Sabiendo que esto solo me traerá más problemas, asiento, dándole rienda suelta a mis instintos. Lo tomo de su corbata hasta pegarlo cerca de mi rostro.
—Me debes una —sin más, lo beso.
Este no pierde el tiempo y profundiza el beso. Puedo sentir cómo su lengua explora el más recóndito lugar de mi boca. Extasiada, paso mis brazos detrás de su cuello, queriendo prolongar este momento. De un movimiento rápido, enrolla sus brazos en mi torso y me pega más a él. Nublada por el sentimiento, dejo escapar un gemido.
—No me provoques —susurra con voz aguda.
Como si mi cuerpo fuera su esclavo, reacciona ante sus palabras. ¿Cómo me gustaría no estar aquí y que hiciera conmigo lo que quisiera?
Tristemente, hoy es el día de partida de Antonio. Al no encontrar nada que pudiese incriminar a los Robles sobre las masacres, no tiene otra opción que marcharse.
Si preguntan qué pasó el día de la velada, sorprendentemente nada fuera de lo normal. Carlos prácticamente se desapareció del banquete. Supongo que notó que no podía hacer nada y por nuestra parte no aguantamos las ganas y lo hicimos en el coche varias veces. Esa noche nos permitió acercarnos más.
- ¡Mierda! ¿Segura que no puedes venir conmigo? - me insiste.
Aunque quisiera ir y pasar tiempo con mi amiga, mis sobrinos y él, me es imposible. Necesito atender mis negocios.
- Sí, me gustaría, pero no puedo. Mi familia me necesita - acaricio su rostro.
Aunque se enteró de mi pasado, no me juzgó ni me miró con ojos de lástima. La verdad, agradezco su gesto, pero no me gustó para nada escuchar cómo el maldito de Carlos me humilló. Sería mentira si dijera que eso no me dejó cicatrices, pero la vida sigue y hay que levantarse.
- Supongo que no puedo hacer nada, pero responde mis llamadas y mensajes, palomita, porque no soporto que me ignoren. Ya me conoces - me amenaza para después cargarme y tumbarme en la cama.
Como ordene, mi señor - hablo juguetonamente, haciéndolo gruñir de excitación.
A veces me gustan sus juegos de roles. Satisfecha por su actuar, atraigo su rostro y lo beso.
- Hoy yo tomo el control - lo tumbo y me posiciono encima de él.
Complacido, deja escapar una sonrisa para después empezar a tocar mis glúteos y senos con deseo y ansiedad.
- Supongo que aún tengo tiempo - dice el muy descarado.
Rápidamente, empezamos a deshacernos de nuestras ropas. El nivel de la tensión sexual aumenta y así mismo nuestra necesidad de sentir cómo nuestros cuerpos conectan. Poseída por el deseo, beso su cuello, pecho y labios repetidas ocasiones haciéndolo gemir de placer. Seguidamente, delineo cada músculo con mis dedos mientras me lo devoro con la mirada.
- ¿Ya te divertiste lo suficiente? - dice con voz aguda. Se puede ver muy impaciente.
Sin previo aviso, me toma de la cintura y me coloca debajo de él, para después besar mis labios mientras alinea su miembro con mi entrada, el cual inserta en mí de un solo movimiento. Volvemos a ser uno mismo.
Aunque lo hemos hecho muchas veces, su tamaño me sorprende. No cualquier mujer lo toleraría, pero esa sensación de extrañeza es reemplazada por una de plenitud. Sentir cómo se mueve en mi interior y me proclama como suya me hace sentir llena. Pasamos varios minutos entregándonos el uno al otro. Cuando estamos por acabar, varios pasos se hacen presentes. Exaltados, nos miramos. ¡Donde sea, mi hermano nos descubrirá!
Ansiosa, intento levantarme y esconderme, pero solo consigo enredarme más entre las sábanas y que sea casi imposible separarme de él. Al percatarnos de esta bochornosa situación, este morenazo delicioso no tiene de otra que tomarme entre sus brazos y llevarme hacia el baño.
Cuando estoy por decirle que hemos dejado la ropa, alguien entra a la habitación. Inconscientemente, empiezo a realizar movimientos torpes debido al nerviosismo, consiguiendo solo estimularnos. Pero cuando creo que se ha calmado, de la nada se empieza a mover de nuevo, causando que varios gemidos salgan de mi boca. Temerosamente, intento callarlos colocando mis manos, pero son demasiado fuertes para lograrlo. Cuando creo que seremos descubiertos, Antonio atrapa mis labios contra los suyos. En una vaivén de placer y de adrenalina, llegamos al clímax.
Recuperando mis sentidos, lo golpeo. Casi nos atrapan literalmente con las manos en la masa. ¿Qué hubiera pasado si el que hubiera entrado fuera mi hermano y no la señora de la limpieza? Molesta, intento levantarme y alejarme, pero él me envuelve con sus brazos para besarme y empezar a entrar en mí. Al principio, intento resistirme, pero luego el deseo se apodera de mí y le correspondo. Lo que nos lleva a hacerlo otras dos veces más en el baño, solo para saciar nuestros instintos más oscuros.
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Updated 64 Episodes
Comments
Josefina Juarez
No dicen que lo prohibido es lo más rico 😜😋😜😋😜😋
2023-11-13
10
Mariela Canales
que entretenida
2023-11-10
0
Celia Fernández
muy divertida autora, me muero de risa
2023-11-05
1