ATAQUE.

Luego de visualizar como la vida y todo lo que construyo ese desgraciado ardió en las llamas del infierno, tomo mis cosas y me dirijo a la base de los Garcías, estos amablemente me entregan toda su tecnología y armas necesarias para rastrear al los Renzos y vaya mi sorpresa al ver como estas ratas están bien conectadas y esparcidas por todas partes, pero lo que me llamo la atención son sus fuertes relación Clan de Roble, ¿no se suponía que se odiaban a morir?

Con la sensación de que algo está mal, le indico a mi gente averiguar todos los detalles del líder del clan Roble y sus recientes movimientos, estos rápidamente asiente antes mis instrucciones y empiezan a trabajar en la tarea, sin perder tiempo tomo el teléfono y le comunico los avances a Marc, este aun muy encabronado me da un plazo límite de 10 días para ponerle solución a este problema.

Enojado con la vida misma, le cuelgo el teléfono, como me gustaría tenerlo al frente y darle la paliza que se merece, si estuviéramos en otro tiempo el estaría a mi lado, defendiendo su mafia como el alfa que es, pero desde que es padre se preocupa más por su seguridad y hasta cierto punto lo entiendo, Elizabeth aún no está preparada para manejar las mafias, además de que sería mucha presión para ella y los niños si a ese idiota le pasa algo, supongo que es lo mejor.

Intentando aliviar mi estrés me tomo varios whiskys y en un momento de confusión tomo el celular y le marco, aún sabiendo que lo más posible es que no me conteste, cuando estoy por desistir recibo respuesta del el otro lado, al principio no dice nada, solo su respiración se apodera de la línea, pero luego de unos segundos empieza a hablar.

- Hola.- es lo único que alcanza a pronunciar.

Aliviado por haber escuchado su voz dejo salir mi respiración retenida.

- Hola Vero, ¿cómo te ha ido?.- tomo valor y empiezo a hablar.

Esta vuelve a mantener su silencio por un rato, pero después responde.

- Bien, ¿y puedo saber el motivo de tu llamada?.- puedo sentir cierta ambigüedad en su voz.

Confundido dudo en contestarle, pero después de pensarlo unas milésimas de segundos decido hacerlo, total no tengo nada que perder.

- Nada especial, solo quería charlar contigo un momento.- le cuento la verdad a medias.

Al decir la verdad quiero más que escucharla, quiero tenerla a mi lado, mientras mis manos recorren su piel. No obstante, no vuelvo a tener respuesta, cuando estoy por volver a hablar, la voz de Rafael se hace presente, seguido de reclamos, esta intenta justificarse, pero este no le da espacio, angustiado llamo su nombre un par de veces y cuando creo que me contestara unos disparos se apodera, acompañados de gritos.

Angustiado le grito que conteste, pero de la nada la llamada se cuelga, preocupado intento conectarla, pero su teléfono se va a buzón, sin saber que hacer, contacto a algunos conocidos y le encargo encontrar su dirección.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

**** Verónica Gómez****

Cuando por fin la estoy pasando bien, mi hermano tenía que dañarme la noche, este no me permite terminar de hablar con Antonio, si no más bien empieza a reclamarme por venir aquí sola, pero por más que le diga que los guardaespaldas me están cuidando no entiende, sé que se preocupa por mí y teme que el psicópata de Carlos me haga algo, pero estaré a salvo siempre y cuando me mantenga alejada de él, además el trato me protege, donde se le ocurra ponerme una mano se estaría tirando a todo el clan Gómez encima y no podrá contar con los otros clanes para apoyarse.

Aunque no lo parezca el mundo de la mafia es complicado, cuando estamos por retirarnos un imbécil saca su arma y empieza a disparar, este a su paso se lleva inocentes y cuando está por llegar a nosotros, Rafael lo elimina dejándolo tirado en la pista del baile, seguidamente este me toma del brazo y me saca casi a rastra de lugar.

Al llegar al auto le ordena al chófer dirigirnos a casa, cosa que este acata de inmediato, al principio el ambiente del auto es silencioso e incómodo y de la nada se convierte en una bomba de tiempo.

- ¿Qué hubieras hecho si no llegó a tiempo?.- empieza a reclamarme.

Sin argumentos me mantengo callada.

- Ah h, solo haces que me preocupe, ¿que puedo hacer contigo Verónica?.- frunce el ceño.

- Lo siento, no lo vuelvo hacer- me disculpo.

- Es que no vas a tener de otra, desde hoy reforzaré tu seguridad y cada momento me reportarán tus movimientos, ¿comprendes?.- afirma.

Sin poder objetar nada asiento, supongo que me he ganado a pulso esta restricción.

Cuando llego a la casa, lo primero que realizo es tumbarme en la cama, siento que tras este incidente hay algo atrás, no creo en las coincidencias, ¿y sobre todo porque ese hombre mantenía los ojos sobre mí?, ¿es como si su objetivo estuviera claro antes de empezar?, pero prefiero no atormentar mi existencia, cuando estoy a punto de conciliar el sueño, noto los mensajes y llamadas perdidas de Antonio, rápidamente me maldigo y le envió un mensaje diciendo que estoy bien y que lamento haberlo preocupado, con todo solucionado, me dejó caer en los brazos de Morfeo.

Los días siguientes mi hermano cumple su promesa y los malditos guardaespaldas me siguen hasta el baño, malhumorada de esta situación genero un plan para evadirnos y poder descansar un rato de su presencia, sin levantar sospechas me dirijo hacia la cafetería de la empresa y cuando estoy por dirigirme a la puerta trasera, unos brazos me jalan y me llevan a otro lugar, presa del pánico intento gritar, pero su voz me calma.

- Soy yo, así que no te asuste.- me susurra en el oído.

Sin poder evitarlo lo abrazo, pero rápidamente recuerdo que estamos en terreno de mi hermano y si lo llegase encontrar estaría muerto.

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