LA RED.

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**** Carlos Roble ****

Contemplar su rostro de felicidad me emociona y hace que mis demonios se despierten. Esperé mucho tiempo para volver a verla y poder tenerla entre mis brazos, así que no escatimaré en recursos para lograr mi cometido, aunque eso signifique enfrentarme con los mismísimos Salvatores y Jones.

Verónica fue mi mujer primero y ni muerto se la entregaré a ese sabueso o a otro hombre. Ya una vez mi padre me arrebató todo lo que tenía y obviamente pagó el precio, pero no permitiré que esa historia se repita dos veces. Si es necesario desatar el infierno sobre la tierra para lograrlo, que así sea.

Con una sonrisa en mis labios contemplo su fotografía. Es hora de acabar con su supuesta paz y desatar su tormento. Voy a demostrar quién puede destruir su vida y reconstruirla a su antojo; voy a hacer que suplique por estar de nuevo a mi lado.

Sin perder más tiempo, llamo a uno de mis subordinados. Ya esperé mucho, es hora de mostrarle al mundo quién es el rey.

- Señor, me solicitó.- entra muy cortés uno de mis tantos perros al despacho.

- Quiero que me comuniques con Andrew Miller, me urge reunirme con él.- digo sin emoción.

Para ganar esta batalla, necesito aliarme con los más temibles enemigos de los Salvatore y Jones, voy a hacer que su mundo tiemble. Mi subordinado, con temor, dirige su mirada hacia mí. Molesto con su acción, abro los ojos. No necesito que me diga qué hacer, conozco perfectamente el grado de peligrosidad de ese bastardo. No por nada los supuestos imperios europeos no han descubierto su existencia. ¿Quién diría que el último Miller me ayudaría en esta lucha? ¿Qué irónica a veces es la vida?

- Entendido, mi señor. Ya mismo me coloco en eso. Así mismo, quería informarle que Antonio Bett ha regresado a su territorio, con su permiso, me retiro.- dice la respuesta que quiero escuchar.

Complacido, permito que se retire con su patética vida. En otro caso, su cabeza hubiera rodado, pero esta magnífica noticia lo cambia todo. Ahora que el supuesto escudo de los Gómez se ha ido, ya puedo hacer lo que me plazca. Le enseñaré que conmigo no se juega.

Sin demora, realizo una reunión en la que invito a todos los líderes de las mafias latinas, menos un clan, hare que se arrepientan por haberme subestimado.

- ¿Puedo saber para qué es esto? Me parece una falta de respeto que nos citen a estas horas y ¿dónde está el Clan Gómez? - empieza a reclamar una de estas ratas.

Aún no comprendo cómo mi difunto padre los soportaba. Si no fuera porque el hecho de que le otorgan estabilidad a la mafia latina, desde hace rato me hubiera deshecho de ellos. Pero los tiempos cambian y es hora de hacer modificaciones.

- Demasiadas preguntas y pocas respuestas. Solo los cité para comentarles que los Gómez serán expulsados de nuestra red. A partir de ahora son unos excomunicados y por tal razón aquellos que los alberguen o les presten su ayuda serán considerados traidores y enemigos de la organización - digo con firmeza.

Estas son algunas ventajas que te otorga ser uno de los líderes de la alianza llamada la red.

- Me opongo. Los Gómez han mostrado su lealtad hacia la organización. Me parece injusto que ahora se les esté juzgando por crímenes que no han cometido - se levanta de inmediato uno de sus tantos amigos a cuestionar mi orden.

Estaba consciente de que esto podría pasar, pero la decisión está tomada. Ni ellos ni nadie la cambiará.

- Lo apoyo. Si atacamos la parte más fuerte de nuestra Red, seremos vulnerables y la mafia europea podría acabar con nosotros. No olvidemos que ellos son nuestra fortaleza - empiezan a defenderlos.

Al ver que la situación se está por salir de control, tomo cartas en el asunto.

-Tienen mucha razón en lo que han dicho, pero ellos nos traicionaron primero. ¿Cómo explican esto? - les entrego las diversas fotos donde se les ve muy acaramelados a Verónica y ese bastardo.

Si no fuera porque las necesitaría para este momento, las hubiera destruido hace mucho tiempo.

- No se les olvide que ese bastardo de allí es Antonio Bett, un maldito italiano y el sabueso del imperio Salvatore. ¿Si eso no es deslealtad, qué es? ¿Quieren que recuerde las faltas que mi padre le pasó a esa familia? Es momento de retomar nuestro poder y enseñar las consecuencias de sus actos. ¿Quién está conmigo? - alzo la mano.

Me importa muy poco lo que piensen u opinen estos idiotas. Con tan solo obtener tres votos, su destino estará sellado: la familia Gómez desaparecerá para siempre.

- Estoy de acuerdo- empiezan a alzar las manos varios líderes.

Satisfecho por la decisión, tomo la carta y le coloco el sello. Si tan solo me hubiera hecho caso, no hubiéramos terminado en este punto. Tanto la mafia de su familia como la suya ahora me pertenecerían.

- Desde ahora, los Gómez están fuera de la alianza. Desde este momento, han perdido sus derechos en la Red. Todo acto que cometan tendrá su consecuencia. Desde hoy, son excomunicados- declaré solemnemente.

Sin más tardanza, me levanto de mi silla y salgo del lugar. El tormento solo está por empezar y voy a estar en primera fila para verlo.

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**** Antonio Bett ****

Tengo un sabor agridulce en mi boca. Sé perfectamente que ese maldito de Roble es el responsable de todo lo ocurrido entre nuestra mafia, pero no tengo las pruebas para actuar. Si lo hiciera, solo conseguiría armar un caos mundial.

Asimismo, quería ir por su cabeza por todo el daño que le causó a Verónica. La verdad, me contuve esa noche para no ir por su cabeza. Es realmente un monstruo para tratar a una persona tan hermosa y delicada de esa manera. Pero juro que se lo haré pagar. En ese tiempo, ella estuvo sola y no pudo recurrir a nadie, pero esta vez me tiene a mí. Si tengo que acabar con el mundo para hacerla feliz y tenerla a salvo, así lo haré.

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