**** Antonio Bett ****
Me causa gracia que se alarmen por cucarachas como esas, ¿qué pueden hacer?, ¿o con quiénes creen que se están metiendo?. Sobrevivimos a los Jones, ahora que no seamos capaces de frenar a estos bastardos, pero si eso no los tranquiliza, les daré a conocer el poder de un mafioso de alto nivel. Quiero que todos contemplen la diferencia entre sus patéticos esfuerzos y nuestras hazañas. Voy a hacer que experimenten en carne propia el sufrimiento.
Sin apuros, tomo mi saco mientras salgo al encuentro. Al llegar, los presentes se quedan fríos. ¿Acaso no esperaban mi llegada? Una sonrisa se forma al contemplar sus rostros pálidos. ¿Tanto miedo me tienen?
- Bastardo, tienes el descaro de venir aquí. Haré que pagues por tu osadía. Nadie se mete con un clan latino, menos un puto italiano- empieza a chillar una de estas ratas.
Restándole importancia, alzo los pies y los coloco encima del mesón, haciendo que se pongan rojos de la cólera.
- ¿Y quién lo hará? Ja, ja, ja. Veo que aún no se han dado cuenta de la situación. Hago esto por pura diversión; si yo quisiera, todos ustedes fueran cenizas. No se les olvide con quién hablan o debo recordárselos- los fulmino con la mirada, haciéndolos estremecer.
- Tu... m... al... dito- balbucea uno de estos enojados.
Sin dar tiempo a nada, saco mi arma y se la apunto, haciendo que todos entren en caos y el ambiente se tense. Un mal movimiento creará un baño de sangre.
- Te mataré- me amenaza, sin ser consciente de que tiene al mismísimo diablo enfrente.
Antes de que pueda hacer algo, jalo el gatillo.
- ¿Quién más? Me estoy empezando a hartar. Si de verdad quieren guerra, los Salvatore y Jones están dispuestos a dársela, ¿mejor piensen si les conviene ser nuestros aliados o enemigos? Porque una vez que empiece, no terminaré hasta no verlos bajo tres metros de tierra- hablo maliciosamente, haciendo temblar a algunos de los participantes.
Soy consciente del impacto que pueden producir mis palabras. Los poderosos siempre van a tener el control de la situación, sin importar cómo lo coloquen, y estos clanes lo saben perfectamente.
- Muy inspiradoras palabras, señor Bett, pero no les tengo miedo. Cometieron un crimen y los Gómez los encubrieron, así que deben pagar el precio - dice un hombre de cabellera castaña con ojos negros.
Al comprobar de quién se trata, una sonrisa surge de mí. Al fin tengo el placer de ver al hombre que tanto me solicitaba.
- Así que tú eres Carlos Roble. Al fin tengo el gusto de conocerte - digo burlonamente.
Todos nos quedan mirando. La tensión es evidente, es como si nuestras auras quisieran salir y pelear entre ellas.
- El mismo, aunque no puedo decir lo mismo. No le podría dar la bienvenida a alguien que solo ha venido a destrozar el legado de mi padre - se victimiza.
A simple vista se puede ver su cola. Es un maldito zorro, bien astuto, pero yo soy un cazador y entre más mañoso el animal, más divertido es cazarlo.
- Antes de que se me olvide, permíteme darte el pésame. Tu padre era un buen hombre que sabía perfectamente en dónde no meter su nariz. No puedo decir lo mismo de su sucesor - digo con menosprecio.
Si piensa que con unas simples palabras puede desestabilizarme, está equivocado. Él tiene más secretos que ocultar que yo.
- ¿Qué acabo de decir ese bastardo, Carlos? ¿No se suponía que tu padre solo estaba enfermo? - sus aliados empiezan a lanzarse encima de él.
Su cara de fastidio lo dice todo. Antes de provocar a un enemigo, debe conocer sus limitaciones. Quiero ver cómo sale de este lío.
- No quería decirlo sin antes hacer los preparativos, pero desafortunadamente, mi padre falleció anoche. Mi familia está devastada. Espero de su comprensión - juro que es capaz de ganarse un Óscar al mejor actor.
Qué hipócrita. Cuando él mismo se encargó de matar a su padre, encerrar a su madre y exiliar a su hermana, realmente este tipo es de tener cuidado. Como si no me gustara ver arder el mundo, le agrego un poco más de leña al fuego.
- Estabas tan preocupado que decidiste matarlo y autoproclamarte como el jefe. Ya puedo imaginar tu pena - hablo maliciosamente, provocando que los presentes abran la boca del asombro.
- Bastardo, no te atrevas a calumniar al jefe, porque tendría que hacerlo si tiene todo para gobernar- intenta excusarlo y calmar las aguas.
- ¿Y por qué no lo haría? Una persona llena de sed de poder hace cualquier cosa, pero no gastaré explicando cosas que no entenderán. Solo les informo que los Salvatore vienen a reclamar lo que es suyo y hacer pagar a cualquiera que se haya atrevido a provocarlos. Además, no perdonará a aquellos que se atrevan a alzar sus armas contra sus aliados- digo antes de retirarme.
Teniendo parte del plan realizado, le marco a Marc. Si todo sigue su curso, pronto sacaré al topo del hoyo. Le enseñaré cómo se juega este juego de mafias. Solo es un niño creyéndose ser el dueño del mundo, cuando es solo una pluma direccionada por el viento.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
**** Verónica Gómez****
Sentí que mi alma regresaba a mi cuerpo cuando escuché decir a mi padre que todo se ha calmado. No sé qué hizo Antonio, pero de verdad le estoy inmensamente agradecida y satisfecha de que haya humillado a Carlos. Al fin apareció alguien de su nivel que le dé lecciones y le baje el maldito ego de mafioso.
Contenta, me tiro sobre la cama. Tengo la sensación de que todo mejorará ahora que los otros clanes saben del respaldo que tenemos por parte de los Salvatore y Jones. Nos respetarán y pensarán dos veces antes de meterse en contra de nosotros. Y si lo miras con detenimiento, esto puede ser un escudo para detener los ataques de Carlos. Por más poder que tengan, no sería buena idea meterse en contra de los dos imperios que mueven la mafia global.
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Comments
Deisy Ruiz
😳wao wao😍 amo a Antonio 🤗🤗
2023-12-19
4
Marita Peña
MUY INTERESANTE
2023-10-04
2
Rosa Martinez
yo solo quisiera que se de más el acercamiento entre Verónica y Antonio ...😍😄
2023-04-02
2