Brayden.
Luego del baile regresamos a la mesa donde dejamos a su amiga y al mío, como todo caballero que soy o intento ser, aparto la silla para que se siente. El mozo nos ofrece bebidas, tomo una y otra para ella, lo único que hace es sonreír.
- ¿Desde cuándo trabajas con mi padre? - su pregunta me produce escalofríos\, en serio tenía que indagar sobre eso.
-Hace muy poco tiempo, de hecho, es Max, él que nos habló de tú empresa - creo que miento al respeto.
- ¡Qué bueno! - dice pasando su dedo por la boca de la copa - Yo voy a ser la persona responsable de la refacción de tú hotel. Déjame decirte que es un lugar muy lindo\, pero con muchas cosas por arreglar.
-Estoy de acuerdo contigo - nos
reímos juntos, levanta su cabeza fijando sus bellos ojos en los míos.
Por un momento olvido lo que dijo Florencia hoy a la tarde, despejó ese pensamiento, sabiendo que no es el lugar para frustrarse, mucho menos con la compañera que tengo a mi lado.
Retomo la conversación.
- ¿Estás en pareja? - preguntó\, su sorpresa es palpable.
-No y ¿Tú? - pensé que se quedaría callada.
-No, pero creo que pronto lo estaré - contestó mirándola y no puede evitar sonrojarse. Dios mío que me lleve el diablo por mentir tan descaradamente.
-Con tú permiso voy al baño - avisa perdiéndose por la multitud de personas bailando.
¡Genial he quedado más solo que un perro! Exclamó para mis adentro, no sé en qué instante se marcharon Max y Luz.
Veo que sé acerca el señor Michelín, un poco de acción a la noche, no le viene mal. Sentándose a mí lado, el mozo le da otra copa de vino que la observa antes de saborearla; yo solo me preguntó si este hombre está cuerdo o le faltan algunos jugadores por su manera de ver a la copa en su mano. Respira terminando todo el contenido, se acomoda de costado mirándome directo a los ojos es cuando ya sé de qué va a hablar.
-Y señor Brayden ¿Qué ha pensado sobre mi propuesta? - interroga sin despegar su mirada de mí.
-Creo que está más que claro mí respuesta señor - contestó levantando mi copa en señal de afirmación.
-Sabía que no rechazaría mi oferta, será un gran secreto que sostener y no se va a arrepentir.
Brindamos por nuestro plan o debo decir la magnífica idea que se le ocurrió a mí futuro suegro. Se termina
nuestra conversación porque es interrumpida con la vuelta de su hija, la observo cuando va llegando, noto que ha todos le sonríe y es hermosa haciéndolo. Me pierdo en el resplandor de sus ojos ya estando al lado de nosotros.
- ¿Cuál es el motivo de su brindis? - cuestiona muy alegre.
-Por la incorporación de un nuevo cliente - habla su padre sin pena alguna.
-Entonces, yo también voy a ser partícipe de su festejo.
No dejó de mirarla, es una mujer realmente hermosa, y no es un alago físico, sino que la energía que transmite es súper contagiosa. Dudo mucho que alguien la haya amado como para dejarla ir, si con tan solo una sonrisa derrite mis muros de contención que tuve en el amor.
¡Basta ya!
Mi voz interior me hace reaccionar porque mis pensamientos estaban teniendo otro rumbo, si quiero salir bien parado en esto, debo tener cuidado de no enamorarme. Aunque lo piense de distintas formas creo que es algo inevitable, uno de los dos va a salir lastimado o puede que seamos los dos. Esa idea me aterra demasiado.
Trato de enfocarme de lo que hablan, pero se me complica al visualizar su rostro que justo está frente de mí, todos se ríen, aunque no sé de qué. Por un instante se me ocurre retractarme del trato en el que ya di mi aceptación, su forma de ser en estos momentos me hacen querer desistir del plan.
Dudo mucho que sea para protegerla seguro hay algo más es lo que pretendo investigar en los próximos días. La velada fue mejor de lo que esperaba, mi amigo se ofreció llevar a su "amiga", parecen novios y no amigos.
En la puerta están padre e hija despidiendo a los invitados, ella no deja de sonreír es algo propio en su
persona. Le doy la mano a su padre agradeciéndole por una fiesta muy bonita, luego beso ambas mejillas de Minufer que se tensa cuando me acerco, oliendo su rico perfume sonrojándose al mínimo tacto con su piel. En susurros le digo que nos vemos de nuevo el lunes en el hotel para analizar los últimos detalles de
la refacción. Sin más que decir me voy sin dejar de observar sus preciosos iris.
Llegó a las 5 de la madrugada, el cansancio me vence, pero igual me meto a darme una ducha ligera para dormir con más tranquilidad. Hay algo en ella que no descifró que es, lo que no puedo olvidar son sus ojos y su sonrisa. Aparto esos recuerdos de mi mente disponiéndome a tener un sueño placentero.
No he logrado dormir como quería porque Max vino a molestarme con los detalles de su novia, ahora ya no son amigos. Su buen humor me da dolor de cabeza sumado a la resaca, el desvelo y esos ojos que me persiguen en mi mente no han dejado de recordarme que soy una mala persona. Max ni siquiera se da cuenta de mi humor de perros, solo ríe a carcajadas contándome malos chistes o una situación desagradable con Luz.
Hago oídos sordos viendo hacia la ventana que da hacia la ciudad, veo muchos vehículos que circulan, niños en la plaza y otros juegan a la pelota, es mejor que escuchar las tonteras de mi amigo enamorado. Sigue su parloteo mientras yo sigo en lo mismo, pero esa sonrisa vuelve a mi cabeza y casi puedo escucharla con los ojos cerrados. Sacudo eso visión desplazándome al sofá, sirvo en un vaso agua bebiéndola de un
solo trago.
Al fin se queda callado empezaba a desesperarme con su conversación de vida feliz.
- ¿Qué te sucede Brayden? - ahora quiere saber.
-Me duele la cabeza y tú que no dejas de hablar me pones histérico - hablo elevando un poquito la voz, él eleva sus cejas como sorprendido.
-Bueno, no sabía que te estaba molestando - mueve sus manos para hacer gestos graciosos como sacarme la lengua - me voy entonces.
-Tampoco es para que te ofendas - se vuelve a sentar - Vayamos a la cocina a ver que está cocinando mí nana.
- ¡Como tú quieras!
Necesito contarle lo que me dijo Florencia, me ayudaría mucho un consejo de alguien, no sé qué hacer al respeto. Siento que exploto de tanto que da vueltas mí cabeza, en los taburetes de la isla de la cocina con mucho cuidado empiezo a relatarle lo que me conto mi ex.
Sus ojos parecen dos platos de la sorpresa, no lo puede creer para decir verdad yo tampoco caigo todavía, espero que no arruine mis planes en un futuro no muy lejano. El no saber cómo lidiar con estos me pone de peor humor, trato de encontrarle algún sentido a lo que paso, pero no lo encuentro. Ya no debo darles vueltas al asunto, lo que está hecho ya no tiene remedio.
Ojalá que no se enteré el señor Michelín por mí propio bien, y debo ocultarle a mi mejor amigo el arreglo con he hecho con ese señor porque estoy seguro que se lo va a contar a Luz, que es la mejor amiga de Minufer.
-Y has pensado en alguna solución ¿Qué les convenga a los dos?
-No aún, no se sí quiero conocerlo, aunque él no tiene la culpa de nada y que fue por la imprudencia de dos adultos borrachos.
-Si en eso tienes razón, pero Flor te amaba en ese tiempo.
-Eso no justifica lo que ya paso.
Los dos almorzamos en silencio, se me quitaron las ganas de hablar del tema, luego él se retira a su casa y yo
subo a mi habitación para continuar durmiendo.
Como a las seis de la tarde me despierta un ruido que al intentar abrir los ojos no sé de donde proviene, con
las manos me refriego para poder abrirlos completamente. Vuelve a sonar y ahora sé que es el celular en la mesa de luz, se corta la llamada, lo desbloqueo para saber quién es.
No podría ser otro, es Max, no lo llamo volviéndome a dormir. A las nueve de la noche, siento que por mi cara corre unas gotas de agua levantándome de repente sobresaltado, alguien se ríe a carcajadas.
- ¡Eres un imbécil Maximiliano! - exclamo molesto.
-Si claro - no puede dejar de reírse - no puedo creer que sigas durmiendo todavía.
- ¿Cuál es tú problema con eso? - cuestiono yendo al baño.
-Cámbiate vamos a salir.
- ¿A dónde? Invita a tú novia no a mí.
-Dale vamos además va Minufer - hace bailar sus cejas con una risa picarona que ya se lo que insinúa.
Pienso si es buena idea en ir o no, pero mi amigo no va aceptar un no como respuesta, así que me baño rápidamente cambiándome antes que empiece a apurarme con sus gritos.
Nos ponemos en movimiento, la música suena a todo volumen en el interior del auto, llegamos a una discoteca bastante conocida "Zeus", los guardias piden nuestros nombres para confirmar
quienes somos. El lugar está repleto de gente, Max me guía al sector vip, subimos unas escaleras hasta unos sillones blancos.
Ya no están esperando Luz y Minufer, las luces de colores no me dejan apreciar su hermoso rostro. Las saludo con un beso en la mejilla a cada una, el mozo toma nota de lo que queremos yo un brandy, Max un
whisky.
Charlamos de cosas sin importancia, menos de trabajo, Luz y Max desaparecen por tiempo indefinido que nos quedamos solos, ella se pone nerviosa cuando la recorro con la mirada, lleva puesto un vestido corto plateado descubierto en la espalda, pelo suelto y sus labios rojos me hacen desearla.
¡No olvides que no debes enamorarte!
Me recuerda mi otro yo, bebo un trago y veo como juega con sus dedos por lo nerviosa que se encuentra. Como es un lugar para bailar tomo coraje para invitarla a la pista.
- ¿Quieres bailar? - ella con temblor acepta mi mano.
-Si - es lo único que dice mostrándome una de sus sonrisas hermosas.
La llevo de la mano, bajamos con cuidado, hay muchas personas bailando. El dj cambia la pista musical pasando a bachata mezclando con electrónico, no soy el mejor bailarín, pero al menos lo intento.
Bailamos tomados de la mano dando vueltas, yo rozo intencionalmente su piel desnuda de la espalda, puedo sentir como se le eriza la piel. Su perfume invade mis sentidos, la abrazo por la espalda cuando la hago dar vuelta, sus manos están sudadas y mis nervios aumentan como los de ella.
De repente ponen una balada romántica colocó sus brazos en mis hombros y yo las mías en su cintura, no
puedo dejar de mirarla. Sin importar quién nos mire tomo su rostro en mis manos, la obligo a que me mire, me acerco lentamente a su boca, ella no reacciona hasta que pego mis labios. Se siente tan cálido, su sabor a chicle es tan rico, primero se resiste después se deja llevar profundizando el beso.
La atraigo con mi brazo derecho más hacia a mí, ella apoya sus manos en mi pecho, no sé cuánto dura el beso. Me separo para que pueda respirar abrazándola fuerte. Ninguno de los dos sabe que decir ni
como expresar lo que paso. La jalo de nuevo hacia arriba por suerte no volvieron Luz y Max, la beso de nuevo, aunque está vez lo hago más fuerte.
Su sonrisa vuelve a aparecer eso me da la pauta de que también le gusto, el incómodo silencio desaparece al ver a Luz con una sonrisa de oreja a oreja. Bueno debo pensar claramente para dar el siguiente paso, su amiga la lleva al baño y yo estoy confundida.
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Comments
Maru
Bryden, creo que él mismo tiende a engrandecer sus problemas innecesariamente
2024-11-17
0
Elvira Fretes
guauu si que se complicaran las cosas Brayden🤦🏻♀️
2023-06-10
0