Capitulo 14

Las lágrimas fueron cesadas por el llanto de un ser maravilloso que apoderaba toda su atención, con el corazón afligido pero alegre se refugia en la única persona que es capaz de curar todas sus heridas, su pequeña Paula.

- Shiii pequeña de mi corazón, Mamá está aquí, no llores - arrulla a su hija.

Felipe como buen hermano, desde que había regresado a la familia Baroncello siempre demostró su buen corazón y más ahora que su hermana lo necesitaba.

- Amanda - su hermano entra a la habitación. ¿Te encuentras bien?

- Claro que lo estoy ¿por qué no lo iba a estar? - le contesta.

- Acabo de hablar con Lorenzo, pues el también está consternado por la situación - le comenta. Al parecer Rafael a cortado toda clase de lazos con nosotros.

- ¿a que te refieres con eso? - sorprendida.

- Ha prescindido de los servicios de Lorenzo como abogado y obviamente de los míos como médico - le dice mientras toma a su sobrina.

- Increíble - muy sorprendida. No solo se divorció de mí, sino que ahora los dejo fuera de la jugada, simplemente nos sacó de su vida - Con cierto dolor y sarcasmo.

- Definitivamente, algo no está bien - analiza la situación. Su comportamiento es anormal, estoy muy seguro de que está siendo amenazado por alguien.

- ¿Cortar lazos y anunciar que pronto se casara con el amor de su vida se llama estar amenazado? ¡Imposible! - Refuta molesta. Simplemente, nos usó y después de haber conseguido lo que tanto había querido se fue y nos desechó como.......

- Entiendo tu dolor, pero simplemente aquí hay algo que no está bien - piensa en lo sucedido hace unos meses.

- Entonces iré a confrontarlo y si me dice en mi cara que no me ama y que todo lo que escribió en esa carta es verdad, entonces lo dejaré ir y me iré para siempre y solo entonces te diré, el jugo con nosotros, jugo conmigo - se derrumba en el piso.

- No mi pequeña, no llores - coloca a la beba en la cuna y abraza a su hermana consolándola. No quiero que derrames una lágrima más, pronto sabremos que está pasando, por ahora vela por tu hija y olvídate de todos los problemas ¿de acuerdo?

- Quiero verlo, quiero que me diga de frente que ya no me ama y que nuestra hija no significa nada para él.

- OK, te prometo que te llevaré a verlo - la abraza. Pero dime tiempo de buscar la manera.

Después de esa charla Felipe había echo todo lo posible por concretar una cita, por lo que con ayuda de Lorenzo, haciéndose pasar por un importante empresario logra una cita en privado.

En un restaurante modesto apartado del bullicio de la ciudad muy cerca del campo un auto de lujo era aparcado en uno de sus reservados.

Un hombre de mediana edad abría la puerta e inmediatamente deslizaba una silla de ruedas, la espalda ancha del ocupante emanaba una fuerte aura, la complexión del hombre era indescriptible, su mirada fría e indiferente que daba la sensación de miedo.

En una habitación muy alejada de todo el salón, la puerta está entre abierta, esperando a ser empujada por la única persona que

- Estás aquí - lo mira con ojos de amor.

Shiii fue lo único que hizo en señas.

- Señor creo que nos equivocamos de puerta - intenta desviar la atención. Lo siento señorita, continúen con su cena - finge y lo acomoda muy cerca de aquella dama.

Rápidamente saca papel y un bolígrafo.

- ¿Estás bien? - escribe y se lo pasa.

No - responde con la cabeza y escribe.

- ¿Por qué? ¿Por qué debemos no hablar? - con lágrimas en los ojos ansiosamente.

Vuelve a hacerle señas y apunta debajo de su gran gabardina.

- Perdóname, no quiero que sufras ni te hagan daño, es mejor no volver a vernos - escribe con la mano temblorosa.

- Señor, al parecer no vendrá - Desvía el tema disimulando.

- Esperemos - es lo único que dice.

Inmediatamente vuelve a escribir.

- Debo irme, si no sospecharán - deja de escribir.

- No te vayas, te traje algo - le entrega una foto de su niña y vuelve a escribir. Se llama Paula pero de cariño la llamo Luna - las lágrimas le brotan como agua. Consérvala es nuestra hija.

- Es hermosa - se le van las lágrimas. Regístrala como mi hija en secreto, alguien te hará llegar todo lo que necesitas saber y después de eso debes irte del país, yo me encargaré de todo - Le toma de las manos.

- No quiero dejarte - suelta la nota y le toma de las manos.

Sus miradas fijas llenas de dolor, pero saben que no será un adiós para siempre.

- Te divorciaste de mí ¿Cómo podría estar segura de que te encargaras de todo? - Hace la pregunta que le estaba atormentando. Me enviaste ese sobre, un cheque, ¿en serio? - le coloca el sobre en la mesa.

- No lo hice, jamás me divorcié de ti - se sorprende. Y nunca te envié aquel sobre - recoge y lo lee. investigaré todo, no te preocupes, ahora debo irme, cuida de nuestra hija y espérame.

- Te amo - le escribe.

- Te amo - también le escribe.

Con miradas llenas de amor y dolor se ven y se alejan, con el corazón apretado.

- Lamento llegar tarde - Se disculpa Felipe después de ver la escena.

- Bien, entremos en detalles, esta es mi propuesta del proyecto - Le dice fingiendo.

- Le importaría si lo leo con toda calma y le hago llegar con mi asistente nuestra respuesta?

- Por supuesto - Se retiran.

Al día siguiente alguien había tocado la puerta de la mansión Baroncello y esa persona no era otra que Petric.

- Mi señora - Saluda con alegría. Aquí tiene - Le extiende unos documentos.

- Que dijo el? - Pregunto casual.

- Dentro de los documentos hay algo para usted, por favor señora confié en el señor la ama de verdad.

- No sé si creerle o no Petric, todo esto me parece una pesadilla - Se siente en el sofá.

- Sé que no puedo hablar más de lo que debería, pero me siento obligado a hacerlo - agacha la cabeza. Ese día alguien nos golpeó, cuando desperté la mansión estaba completamente vacía, por muchos días espere su regreso, hasta que recibí la llamada del señor, donde me pedía no decir nada y mantenerme al margen. - le Confiesa.

- No entiendo que es lo que está pasando - Se le van las lágrimas.

Pronto leyó cada documento y lo firmo, no solo era el registro de la identidad de su pequeña hija, sino también el registro de matrimonio de los dos, dando constancia de que nunca hubo tal divorcio y todo era una mentira.

Un sobre era lo único que había por leer, dado que era algo privado el mayordomo se disponía a retirarse, pero Amanda lo detuvo.

- Espera Petric ¿Puedes darle un mensaje?

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