"Me gustaría saber que es lo que vas a hacer querida" - piensa Amanda.
- Cariño tu madre aún no se a ido de casa, será mejor que aún no despiertes - le dice con una pequeña sonrisa traviesa.
- ¡Porque siento que tus palabras están llenas de maldad! - le responde en voz tan baja que solo ellos dos pueden escuchar.
- Pórtate bien cariño, regreso en un minuto, no se te ocurra despertar - Le dice giñandole el ojo.
Tengo toda la seguridad de que nada bueno a cruzado por tu cabecita - Se dice a si mismo.
- Ya volví querido - le dice sonriendo. No te preocupes no te voy a estrangular, aunque ganas no me faltan, pero ¿que crees? si lo hago no tendría la oportunidad de cobrar tu engaño - Le dice en su oído.
- Eres una traviesa - le dice mientras cierra los ojos.
- Bueno, déjame y te platico un cuento rápido - habla mientras le coloca un rociador por la cara. Había una vez una mujer de 24 años alta, de ojos preciosos, pero estaba ciega y enamorada - le cuenta mientras continúa. Debido a su tesis tuvo que hacer un viaje a otro país por un tiempo, al volver se emocionó tanto que estaba dispuesta a darle una sorpresa a su novio, por lo que se apresuró al centro comercial y compró unas lindas ligas, pues tenía planeado darle una dulce sorpresa, quería que fuera el primer hombre de su vida, estaba dispuesta a romper su propia barrera por amor hacia ese hombre, pero la sorpresa no se la llevo él, sino ella, al descubrirlo en una habitación de hotel teniendo se*o con su prima - continúa con su trabajo. Aquella dama estaba tan dolida que bebió por una semana en un club, hasta que un día tropezó con un hombre, con el cual termina entregándole su primera vez haciendo el amor en un hotel, meses después resulta que se casa sin saber quien es su esposo y sorpresa, resulta ser el mismo hombre con el que tuvo un encuentro fugaz, pero da las cosas de que este hombre finge estar paralítico, no solo se entera de que está embarazada sino que también tiene una suegra muy peculiar, que en cada encuentro saca las garras - termina de contar. ¿Cariño no te parece que este cuento es peor que el de cenicienta? - le pregunta mientras termina con su trabajo. Listo esposito, quedaste muy bello - le dice con burla.
- Querida mía, eres muy traviesa - le dice después de que se observó en el espejo.
Los ruidos alarmaron a la pareja de esposos, por lo que se apresuró a quitarle todo el maquillaje de belleza, pero todo fue inútil.
- ¿Qué le hiciste a mi hijo? - pregunta horrorizada. Eres una salvaje, vaya a saber de que pueblo marginal te saco mi hijo, pero yo me voy a encargar de que regreses por donde veniste - le señala con el dedo.
- ¿Acaso no se ve elegante con el maquillaje? - pregunta ignorando cada palabra. Además, debería agradecerme, ya que esto es parte del proceso, debe tener estimulación si queremos que despierte pronto - le contesta "inocentemente"
- ¡¡Límpialo!! - Grita exasperada. Esto no se quedará así, te vas a arrepentir - le vuelve a señalar. Mi hijo se divorciará de ti ya lo verás ¡insolente!
Con una sonrisa malévola se acerca paso a paso hacia su suegra.
- Querida suegra ¡inténtelo! - le responde y le da la espalda.
Hecha una furia sale de la habitación y se marcha junto a la única mujer de su agrado.
- Mi madre te a declarado la guerra - le dice sentándose en la cama.
- Todo esto es tu culpa ¿Sabías? - le mira con mala cara.
- Puedes hacer lo que tú quieras, solo déjala viva - le sonríe.
- No te importa que le haga daño a tu madre? - pregunta sorprendida.
- No, es más ya era hora de que alguien le lleve la contraria, un sorbo de su propio medicina le caería muy bien. - le contesta.
- Genial - le levanta los pulgares. Un CEO imponente y arrogante es obediente y sumiso ante una dama ¡quien lo diría! - se admira.
- Mientras mi dama sea mi esposa, estoy dispuesto a ser muy obediente todo la vida - le responde dejándola sin habla.
Los días habían pasado, un mini consultorio se había instalado en la mansión, pues creía que era peligroso revelar el embarazo de su esposa, en especial si su madre se enteraba, debían esperar a que su familia asimile el hecho de que se había casado.
Una semana después por fin Amanda conocía oficialmente a su hermano.
- Estoy tan feliz de conocerte - Empieza a llorar.
- No llores pequeña, ya nunca más nos separaremos - la consuela.
- Son las hormonas - le responde.
Con una risa abraza a su hermana, ahora Felipe tenía una identidad y una familia.
El embarazo iba de maravilla, aunque apenas y se notaba su pequeña barriguita, pues para mayor seguridad y cuidado, hizo que su cuñado fuera a vivir a la mansión.
- ¿No te parece que eres un paranoico? - le pregunta Felipe.
- No - es todo lo que Rafael responde.
La compañía iba muy bien, Rafael administraba desde las sombras, la conquista hacia su esposa también marchaba bien.
Una mañana como cualquiera, todos están en el comedor desayunando, hasta que suena el timbre.
- Señor, son los padres de la señora - les informa Petric.
- ¿Por qué mis padres están aquí? - pregunta asustada. Y tan temprano.
- No lo sé, pero debemos actuar ahora - le dice su esposo poniéndose de pie. Déjalos pasar a la sala de espera.
- Creo que con mis padres no debes actuar, será mejor que lo sepan, además ellos sabrán como ayudarte a descubrir a la persona que está detrás del accidente. - le dice a su esposo.
- creo que mi hermanita tiene razón amigo mio - opina Felipe.
- Sarah, sirva el desayuno para nuestros invitados - ordena a la única empleada.
Siguiendo las órdenes, tanto Sarah como Petric, los padres de Amanda son recibidos en el comedor, dejando perplejos a todos.
- ¿Por qué no sabía que ya te habías recuperado? - Pregunta Carlos.
- Es una historia muy larga - le responde Rafael. Ya habrá tiempo de dialogar, primero desayunamos.
Mientras madre e hija están en ese abrazo maternal, siente algo extraño, pero no lo menciona por el momento.
El desayuno era muy animado, hasta que Rafael toma la mano de su esposa y se pone de pie.
- Queridos suegros, tenemos algo que anunciarles - les dice. Primero quiero pedirles disculpas por la manera en que contrajimos matrimonio, pero les prometo que le daré una boda digna de una princesa - le besa su mano.
- Deja el parloteo y ve al grano - dice Felipe aburrido de sus palabras.
- No seas aguafiestas hermano - Dice el más pequeño de todos. Debo aprender mucho de él en el futuro, déjalo hablar.
Su madre quien estaba muy cerca de él, le da un respingón para que cierre la boca.
- ¿Qué deseas aprender de él? - Pregunta su padre interesado en su respuesta.
- Ah no casarme con la primera fiera..- les responde.
¡Ernesto!
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Comments
Linsol
🤣🤣🤣🤣🤣
2024-09-12
2
Angela Sofia Quiñonez
jajajajj
2024-09-12
0
Esther Villatoro
q poeta me salió su maridito jajaja 😅😂😘🥰❤️🔥 Rafael
2024-02-22
9