Capitulo 9

¡¡Espera y verás querida suegra!!

- El único culpable aquí eres tu querido esposito - hay me aprieta la mano, sí que está molesta. Ni creas que te vas....

Toc, toc.

"Fui salvado por la campana"

- Después me encargaré de ti - me amenazó, ¿es en serio?

- Hola, disculpa, hace un momento no tuve la oportunidad de presentarme, soy Felipe, el médico personal de Rafael - se presenta muy tranquilo

- Mucho gusto, pase, necesito hacerle muchas preguntas - le dice invitándolo a pasar.

- Antes de contestar a cualquier pregunta, me gustaría hacerle un chequeo rutinario, ya que en su condición el dolor que ha presentado no es algo normal, por lo que si me permite, me gustaría hacerle algunas preguntas. - Le habla como el médico profesional que es.

- Espere ¿cómo sabe usted que tuve aquel dolor en mi estómago? Sobre todo de que condición habla? - le pregunta confundida.

- Fue vista por el personal de la mansión, en cuanto a su condición, es debido a los resultados de los análisis que le hice mientras aún estaba inconsciente - si, que profesional, le dice así como así y le entrega los resultados.

- Esto es una locura, no puedo estar embarazada, es imposible, dígame que este papel es falso y que solo me está jugando una broma - le dice muy conmocionada. ¿Y ahora que voy a hacer? - llora.

- No se preocupe, de seguro Rafael está muy feliz de saber que va a ser padre, ¿No es así amigo? - Grita sin obtener respuesta alguna.

- Él no es el padre de mi hijo - llora con más intensidad. No sé quién lo es - balbucea.

- Tranquilízate por favor, no queremos que vuelvas a sufrir otra recaída ¿verdad? - habla fuerte.

- Debo divorciarme y hacerme cargo de mis propios actos, ¿Puede ayudarme a mantener el secreto por ahora? - le dice.

- Por su puesto, ahora te recetaré vitaminas y todo lo necesario para el cuidado de ese pequeñito - le sonríe tiernamente.

Después de la sorpresa para Amanda se gira hacia su esposo quien aún está "en coma" a pesar de que se siente cálida y protegida, no quiere que cargue con un hijo que piensa que no es suyo.

- Si te hubiera conocido antes, quizá ahora este bebecito sería nuestro, perdóname por no poder seguir cumpliendo con mi promesa de cuidarte, pero no quiero que asumas una responsabilidad que no es tuya... - se queda callada, pues su mano era sujetada. Me estás escuchando? - le pregunta a lo que le vuelve a apretar la mano. Esto es realmente asombroso, sigue así por favor, no te desanimes, yo estoy aquí vale? - le decía mientras sonreía como una niña.

Poco a poco Rafael "abrió los ojos" y fingió hablar.

- Estás despierto al fin - le sonríe muy feliz. Iré a ver al médico - se dispone a irse pero es detenida.

- No - Es lo único que responde.

- Estoy tan feliz, pero.... - Se calla y agacha la cabeza. Debemos divorciarnos - le dice con tristeza y lo observa detenidamente.

Unos cuantos días le bastaron para acostumbrarse a estar a su lado, pues la calidez que emanaba su esposo le hacía sentirse segura, pero sobre todo, le resultaba muy familiar.

- Sí me sigues observando así, no seré responsable de lo que pase continuación - le dice las mismas palabras de aquella mañana.

- ¿Eh? " Esa voz, ¿acaso?" - pensó. Tú....... - se pone de pie. ¡Acaso tú!

- ante todo soy un caballero, soy Rafael Ginoble. - se presenta.

La voz familiar, el rostro familiar, los recuerdos de esa apasionada noche volvieron a su mente, del cual ahora sabe que dieron sus frutos.

- Tú... Espera, ¿sabes por todo lo que pase? - se pone de pie. Por tu culpa ahora estoy embarazada, ¿Sabes lo avergonzada que estoy por no haberte recordado? - le lanza una almohada. Y aún hay más, prácticamente me obligaron a casarme contigo - le lanza otra almohada. Espera, lo siento, estas recién despierto no debí actuar así - Se acerca. Y a quien le importa - le vuelve a lanzar otra almohada.

- ¿Voy a ser papá? - pregunta.

- Arrrggggg - es su respuesta y sale de la habitación.

Boommm la puerta.

*Ciertamente, tiene un carácter muy interesante, pero me encanta. - estoy por ponerme de pie.

- Espera un momento - vuelve a entrar sin aviso. ¿Qué haces? - me descubre. ¿No estabas paralítico? Como es que....... - Achica sus ojos. ¿Acaso me engañaste? - me señala con el dedo mientras se acerca.

- Querida yo.... - no sé cómo explicar.

- ¡¡RAFAEL GINOBLE!! - Me grita molesta

- Déjame explicarte, no es lo que piensas - trate de decirle.

- Quiero el divorcio - me dijo y salió por esa bendita puerta muy furiosa.

Salgo corriendo tras ella, pero no me escucha.

- Amanda por favor escúchame, no es lo que piensas, hay un motivo. - trato de explicarle pero se encierra en su habitación.

Quiero el divorcio me grita desde adentro y eso no va a suceder.

- Escucha, sé que ahorita me odias, pero escúchame, hazlo por nuestro hijo, solo dame cinco minutos por favor. - le suplico detrás de la puerta.

- ¿Qué pasa? - Dice Lorenzo.

- ¿Y tú aún no te has ido? - le pregunté.

- Si, pero volví porque unos documentos necesitan tu firma, pero esto es más interesante que los documentos - me dice con una sonrisita, pues lo está disfrutando.

- ¿Qué ocurre? - pregunta Felipe.

lo que me faltaba, no puede ser.

- Al parecer tu hermana lo descubrió y ahora le a pedido el divorcio - le comenta gracioso.

Mi cara era de pocos amigos, pero ¿que puedo esperar de este par de espectadores?

- ¿Creí que recién habías regresado? - le dije con sarcasmo.

- Claro que lo hice, pero pude escuchar lo suficiente como para saber que tu mentira fue descubierta por la persona a quien nunca debiste ocultárselo - me contesta Lorenzo.

Un golpe bajo, muy bajo.

- Aunque no quería decírtelo, pero te lo diré, ¡te lo dije! - auchs, es un golpe bajo. Te deseo buena suerte - me palmea el hombro y se va.

- ¿Y tú? - Le digo a Lorenzo con cara de poco amigos.

- Yo ¿que? - Me contesta. Yo estoy bien gracias, disfrutaré un poco más de tu triste agonía. - me sonríe.

Largo - Le grito.

- Ok, ok, - alza las manos. Recuerda llamarme cuando estés en un hospital porque tu diosa a simple vista tiene un muy mal carácter - Me dice y sale huyendo.

Vaya amigos, en la oficina imponentes, en casa criaturas.

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