Capitulo 8

Las ganas inmensas que tengo por hacerla mía una vez más a esta mujer me está matando, desde el primer día que la vi venir a mi habitación, como olvidar ese cuerpo esbelto y delicado, ese aroma tan delicioso que me embriaga y me consume.

Su voz es música para mis oídos, pero debo admitir que es una chiquilla muy traviesa y muy inteligente, sospecha del engaño, pero debo seguir fingiendo un poco más y como lo dice, quizá sea yo quien se vuelva loco y decida hacerle el amor para callar esa boquita parloteadora.

Hoy aprovecharé que ella está distraída por algún lugar de la mansión para escabullirme y trabajar en mi despacho secreto, pero no pude evitar siquiera echarle un vistazo por medio de mi pantalla móvil, ya que tengo cámaras por toda la mansión, es tan hermosa, tantos años de negarme y cerrarme al amor, de ser indiferente a las mujeres, pero viene ella y con un solo choque a robado mi corazón.

Al parecer las noticias vuelan, no solo me encargué de llevarle a la ruina a toda la familia de ese bastardo de Ángel, sino que pronto me encargaré de cobrarle por cada una de todas por las que me ha hecho en el pasado.

Me duele ver como aun mi diosa piensa en ese imbécil, el nunca la mereció y nunca podrá merecer una joya tan preciosa como ella.

Camino por las escaleras, verla llorar desconsolada me parte el corazón, no soporto verla así, yo me encargaré de curar cada una de sus heridas, me acerco sin que ella se dé cuenta y si lo hace y me descubre, no me importaría, lo más importante es ella.

Pero me doy cuenta de que sus manos están en su barriga ¿Acaso le duele el estómago? - pensé. La tomé en mis brazos y la llevé hasta la habitación, colocándole en la cama, inmediatamente llamé a Felipe y a Lorenzo.

Pronto llegaron, Felipe la atendió y sacó muestras, pues mi bella dama aún seguía dormida.

- ¿Cómo está? - le pregunte a Felipe.

- ¿Qué le hiciste para que esté en ese estado? - me reclama de muy mal humor.

- Soy inocente - alzó mis manos.

- Cómo pudo desmayarse sin ningún motivo, ¿algo más pasó? - me interroga Lorenzo.

- Creo que las noticias son las culpables - les dije enseñándoles el periódico.

- Si no sabes como cuidar de mi hermana, hoy mismo me la llevaré - me amenaza.

- Es mi esposa, sé cómo cuidar de ella, además, ella aún no sabe que eres su hermano - le respondí muy serio.

- Si desean discutir háganlo fuera que en cualquier momento puede despertar y no será nada bueno si nos ve a los tres juntos aquí - interviene Lorenzo, ya que mis ojos siguen fijos en Felipe.

- Será mejor que vaya a hacer los análisis y saber la causa de su desmayo, pero... - se queda callado..

- Pero qué? - decimos Lorenzo y yo al mismo tiempo.

- Voy a usar el laboratorio de la mansión, los veo después - responde y se va.

Una hora y mi diosa aún no despierta.

- Tengo los resultados - Anuncia y pone una cara difícil de ver.

- ¿Qué tiene mi esposa? - le pregunto preocupado.

- No sé cómo lo vayas a tomar, pero....... primero te pido perdón en nombre de mi hermana y mi familia...

- Corta el drama y dime que es lo que tiene? - Le grite sin poder más con su discurso.

- Lo siento amigo, eres mi cuñado, pero mi hermana está embarazada - Anuncia la maravillosa noticia.

- ¿Embarazada? - Le pregunté. ¿Estás seguro que está embarazada? - le volví a preguntar.

- Así es, no hay duda, aquí están los resultados, es por eso el desmayo, quizá tuvo una conmoción fuerte lo que le produjo el.......

- Voy a ser papá? - dije.

- Felicidades hermano, no pensé que tan rápido dieran sus frutos - me felicita con una palmada Lorenzo.

- ¿Papá? Espera si entiendo bien, este niño no es del novio de mi hermana? - pregunta haciendo que me moleste.

- Claro que no lo es, ese niño es mi hijo, ella y yo....... - me callé, no puedo decirle lo que hicimos.

- Tu hermana y aquí nuestro amigo, tuvieron un encuentro antes de la boda, por lo que ese niño sin duda es su hijo - le cuenta.

- ¿Cómo piensas hacerte responsable de ella y del bebé si estás fingiendo una parálisis delante de sus ojos? - me pregunta muy serio mi cuñado.

- Eso se acabó, mañana despertaré y será como si no pasara nada, me dedicaré a cuidarla y hacerla feliz - le respondí honestamente. Pero nadie debe saberlo, solo seremos nosotros, mi esposa y Petric.

¡Voy a ser padre! Esa es la mejor noticia que he recibido en toda mi vida, la mujer que amo me dará un hijo, solo tengo que enamorarla lo antes posible.

Toda felicidad que sentía en ese momento fue interrumpido por Petric, quien venía con mala cara.

- Señor su madre y una señorita acaban de llegar, no les permití subir - informa muy asustado.

- No te preocupes, ve y entretenlas hasta que estemos listos - Le digo y sale corriendo.

Lleve a mi esposa a la habitación de alado, la dejo muy cómoda, mientras que vuelvo y regreso a mi parálisis.

- Te dije que quiero ver a mi hijo - gritaba mi madre empujando la puerta.

- Señora lo siento mucho pero...

- ¿Cómo está mi hijo? - pregunta Interrumpiendo a Lorenzo.

- Por el momento se encuentra estable, será mejor que lo dejemos solo para que descanse - Dice Felipe mientras finge guardar todos los objetos, entre ellos los análisis.

- ¿Cuándo despertará mi prometido? - Pregunta esa voz chillona irreconocible.

- Lo siento señorita Camila, pero el señor....

- ¿Por qué tanto alboroto? - dice mi diosa entrando por esa bendita puerta.

Ya éramos muchos en la habitación.

- ¿Y esta mujer quien es? - Pregunta mi madre.

- Ella es la esposa de Rafael, permítame presentarla - Dice Lorenzo, mientras se coloca a lado de mi diosa.

- ¿Cómo que su esposa? ¿Qué chiste de mal gusto es este? - dice mi madre muy alterada.

- Cálmese señora Ginoble, cuando su hijo despierte podrá pedirle todas las explicaciones, por ahora intente llevar la calma - intenta suavizar las cosas mi cuñado.

- Ninguna mujerzuela será calificada como mi nuera excepto a la única que elegido y ella es Camila ¿me escucharon? - grita como una loca.

- No le faltó el respeto porque es la madre mi marido, pero eso no significa que no me vaya a defender, usted debería saber cuál es su posición para que se atreva a ofenderme, no soy una grosera como usted, pero eso no quita que en el futuro lo sea si usted vuelve a ofenderme - Le deja muy en claro mi diosa.

- Insolente ¿Cómo te atreves? - mi madre intenta darle una bofetada pero es detenida.

- Señoras cálmense por favor, es mejor que dejemos descansar a Rafael - Interviene Lorenzo.

- Señora permítame ayudarla, no es bueno que se haya levantado tan pronto - dice Petric ayudando a mi esposa a sentarse.

- Encima de insolente, floja - Con eso sale mi madre de nuestra habitación.

Por la manera en que respira y aprieta mi mano, quiere decir que esta muy molesta, debería prepararme para el parloteo diario, con la diferencia de que ahora no será uno gracioso.

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