Capitulo 3

La ceremonia dio su inicio con todos los invitados de alto prestigio y justo en el momento perfecto mi venganza se hace pública.

- Sacerdote… ¿Hay alguien en esta iglesia que impida que esta ceremonia se lleve a cabo? – pregunta el sacerdote a los invitados-

- Yoli… yo me opongo – dice mi amiga –

- Ángel… ¿Qué es esto Yoli? – pregunta sorprendido-

- Yoli… no te hagas el inocente, imbécil – le suelta-

Las imágenes empiezan a rodar por toda la pantalla, mi padre hizo un excelente trabajo.

Toda la multitud murmuraba consternada y sorprendida, mi tía, ja mis tíos, mi prima con una sonrisa y el imbécil negándolo, intentando darme una explicación.

Rompiendo todo aquel laso intento salir de la iglesia a toda prisa pero mi supuesta prima no me lo permite.

- Dora… No sé si debo darte las gracias o quizá debería decirte *estúpida* -intenta darme una bofetada, pero la retengo en el aire-

- Amanda… No te permito – la encaro-

- Carlos… No se ocurra ponerle un dedo encima a mi hija, por más que seas de mi sangre si te atreves a tocarle un solo cabello no te lo perdonaré – la amenaza- a partir hoy quedan rotos nuestros lazos familiares, al igual que la sociedad entre la Empresa Baroncello y Textiles Noa – sin más me toma de la mano y me saca de la iglesia-

Si mi padre fuera un príncipe, sería el mejor de todos, estoy muy feliz de que sea mi padre, mi madre quien no para de llorar se lamenta una y otra vez por no haber estado ahí apoyándome en su momento, pero solo puedo consolarla diciéndole que todo estará bien.

Melodramática mi historia pero así empieza mi propia historia de amor.

Los días y semanas pasaban, dos meses después, hoy por fin llegaría mi título, por fin sería una arquitecta con nombramiento, pero las sorpresas no terminan ahí.

- Carlos… Hija, necesito hablar contigo, ven un momento por favor – dice mi padre apenas ingreso por la puerta de su casa-

- Amanda… Ok papá ¿Cuál es el misterio? – le pregunto mientras lo sigo-

- Carlos… tomo asiento querida, esta charla será muy larga.

- Amanda… no me asustes papa y dime que sucede – le vuelvo a preguntar un tanto angustiada-

- Carlos… hace unos meses el abogado de tú difundo abuelo visito las instalaciones de la empresa, como sabes nuestra empresa fue fundada por mi tatarabuelo Cristino Baroncello, la empresa ha sido pasada de generación en generación…………..

- Amanda… Espera papá, toda la historia de nuestros antepasados me la vuelves a contar por algún motivo ¿verdad? – lo interrumpo, ya que siento que sus próximas palabras me dejara un muy mal sabor de bocas-

- Carlos… Eres muy inteligente cariño – me dice mientras me da la espalda- dentro de un mes se cumplirá el plazo en el que esta prescrito que mi próximo sucesor debe contraer matrimonio dentro de este mismo tiempo, por lo que es importante que te cases lo antes posible, ya que así evitaremos la perdida de la empresa como de todos los bienes por los que he trabajado muy duro. – me dice sin titubear-

- Amanda… Esto es un mal chiste verdad papá? – le pregunto poniéndome de pie- ¿Cómo que debo casarme? ¿De dónde salió este dichoso abogado y su dichosa cláusula? Papá me juegas una broma ¿verdad? – le vuelvo a preguntar-

- Carlos… que más quisiera yo que se tratase de una broma hija, pero no es así, en su momento yo también me case con tu madre bajo ese mismo contrato – me confiesa así como así- hija, no necesariamente necesitas estar enamorada para casarte, que más quisiera yo que tu felicidad sea a lado de un buen hombre y que te cases por amor, pero – se detiene- como tu padre velo por ustedes y todo lo que tu madre y yo hemos construido es el futuro de ustedes cariño, no quiero que tu hermano y tú se queden en la calle, cariño……….

- Amanda… no me casaré papá – lo interrumpo- y menos con un desconocido, ese…….

- Carlos… Amanda, como hija mayor es tu deber y aunque me odies te exijo que cumplas con el acuerdo si no quieres ver a tus padres y tu hermano en la calle – me dice muy serio- algún día me entenderás y sabrás perdonarme por ser un padre egoísta, por cierto no te preocupes por tu futuro esposo, ya lo escogí, no tienes el porqué preocuparte por ello, tú solo debes estar presente el día y la hora indicada, espero que no falles a la familia – me dice y me deja sola en el despacho-

¿Qué otras sorpresas iba a recibir? Llore amargamente, sin lágrimas ya que derramar y muy decidida quería enfrentar a mis padres, pero su conversación me detuvo.

- Rebeca… Cariño ¿no crees que fuiste muy duro con nuestra hija? – decía mi madre-

- Carlos… Querida mía, cada palabra me ha dolido, no quisiera que esto tenga que pasarle a nuestra hija, pero si no cumplimos con la voluntad de mi padre, no solo perderemos todo, sino que nuestro hijo pagara las consecuencias – se lamenta mi padre- si pudiera volver en el tiempo nada de esto tendría que pasar.

- Rebeca… Mi pobre hijo – llora mi madre-

Pero que rayos? ¿Mi hermano? ¿Acaso hablan de Ernesto?

- Carlos… Es importante que la cláusula se cumpla si queremos recuperar a nuestro hijo, mañana por la noche será la boda y no hay marcha atrás – lo dice con tristeza en sus ojos-

- Rebeca… ¿Por qué tu padre nos arrebató a nuestro hijo? – llora mi madre- ¿Qué culpa tuvo nuestro hijo?

- Amanda… ¿De qué hijo hablan? – les pregunto-

- Carlos… ¿Hija? ¿Sabes que de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

Claro que me enseñaron, pero esto es algo de lo que realmente vale la pena escuchar e interrumpir.

- Rebeca… déjala querido, es mejor que sepa la verdad – contesta mi madre- ven hija, te contaré toda la historia, espero que después tomes la decisión correcta.

- Carlos… se la contaré yo – dice mi padre-

no se pero tengo un muy mal presentimiento sobre la historia de mis padres, solo espero que mi suerte cambie después de escucharlo.

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