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Capítulo 8

Una semana después, en la casa de Mariana, se presentó el abogado de Dante. Al llegar a las puertas tocó el timbre y espero.

Rosa se acercó a la puerta y al abrir se encontró con el abogado.

-Hola señora, buen día, estoy buscando a la señora Mariana. ¿Ella se encuentra?

-Buen día, sí. ¿De parte de quien?

-Soy el abogado de Dante.

-Ho. Si claro, pase ahora la llamo. Por favor tome asiento.

El abogado se sentó en el sofá y Rosa fue rápidamente a buscar a Mariana. Golpeo la puerta de su habitación y cuando ella se lo permitió paso.

-Mariana, abajo esta el abogado de Dante buscándote.

A Mariana el saber eso no le sorprendió en lo más minino. Asintió y se levantó de su asiento para ir a ver que quería el abogado.

Al llegar abajo, lo encontró sentado en el sofá.

-Abogado, ¿A qué debo su visita tan temprano?

El abogado apenas la vio, se sorprendió, ya que todavía tenía la boca hinchada por el golpe que Dante le había dado hace una semana. Pero rápidamente le respondió sin dejar ver su sorpresa.

-Buenos días, señora, estoy aquí para traerle la sentencia del divorcio.

Eso sí que la sorprendió a ella.

-Qué rápido que salió la sentencia. Me deja sorprendida, abogado.

-Su exesposo me pidió que lo apurara lo más posible.

-No me cabe la menor duda de eso. ¿Le dijo que piensa hacer de nuestro bebe? ¿Estará en la vida de él o no?

El abogado miró durante unos segundos a Mariana y saco de su portafolio dos sobres. Le dio el más grande primero, diciéndole.

-Esa es la sentencia del divorcio, le entrego su copia. Y este...

Le dio el segundo sobre.

-Este es un documento donde el señor Dante niega sus derechos y obligaciones como posible padre de ese bebé.

Unas lágrimas se le escaparon a Mariana al oír esas palabras.

-Creo que es lo mejor.

Dijo después de limpiarse la cara.

-Le agradezco abogado.

-No tiene nada que agradecer. Pero le quería hacer una pregunta. ¿Usted leyó el acuerdo de divorcio antes de firmarlo?

-No, ¿Por qué?

-Porque, su esposo no le dejo nada. Ni un centavo. Usted tiene que desalojar la casa cuanto antes.

-¿Qué?

-Así es señora. No le dio nada.

-¿Y mi cafetería?

-Lo lamento, pero eso tampoco se lo quiso dejar.

Después de eso el abogado se fue dejándola en un silencio absoluto. No podía creer lo maldito que podía llegar a ser Dante con ella. ¿Cómo iba a dejarla con nada?

Después de estar ahí un rato, se levantó y fue a buscar su teléfono. Al tenerlo en su mano, hizo la llamada que debería haber hecho hace mucho.

Al tercer timbrazo contestaron.

-¿Hola?

-Hola, papá.

-¿Mariana?

-Si papá, soy yo. Te necesito.

-Dime, ¿Qué sucede?

-Me divorcié de Dante y no tengo donde ir.

-Prepara tu maleta, mandaré un avión por ti, antes de que anochezca tiene que llegar. Dentro de un rato, te mando los detalles.

-Gracias papá.

-No pasa nada hija. Cuando llegues, habláremos de lo que paso.

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Después de salir de la casa, dejando a Mariana en un estado de decepción por las aptitudes de su esposo, el abogado fue hasta el banco a buscar a Dante para darle la copia de la sentencia de divorcio.

La sentencia había salido ayer a última hora y solo hoy fue a darles la noticia a los involucrados. Cuando llego pidió a la secretaría hablar con él, ella rápidamente le comunicó a su jefe que el abogado lo esperaba y este le dijo que pasara.

Al pasar el abogado, Dante se levanta para saludarlo de un estrechón de manos.

-Abogado, ¿a qué debo su visita?

-Solo venía a informarle que ya salió su sentencia de divorcio. Y además le traía su copia.

-Ho, qué rápido.

Dijo este sorprendido, por la rapidez con la que el abogado hizo el trámite.

-Lo aceleré lo más rápido que pude, como usted me lo pidió.

-Sí, sí. Eso es correcto.

Dijo Dante un poco contrariado por su divorcio con Mariana.

-Le cuento que ya me comuniqué con su esposa, bueno su exesposa para darle su copia del acta.

-¿Y ella qué dijo?

-Solo le sorprendió lo rápido que salió la sentencia. Y además quería saber si usted iba a ser parte de la vida de su bebé.

-¿Sigue insistiendo en lo del bebé?

-Sí, pero le di el documento que usted me firmó negando su paternidad.

-Está bien. Eso me deja más tranquilo, a ver si con eso entiende de una vez que no me podrá engañar. Seguro te hizo un escándalo cuando le dijiste que se tenía que ir de la casa.

Dijo Dante queriendo saber como había reaccionado Mariana.

-No. Solo le sorprendió que no le haya dejado absolutamente nada.

-¿Pero no hizo un escándalo?

Dijo sorprendido por esa actitud de ella.

-No, solo dijo que desocuparía la casa lo más pronto posible.

Después de decir eso y darle la copia de la sentencia de divorcio a Dante, el abogado se fue, dejando a Dante terriblemente enojado.

Dante no podía entender por qué Mariana no estaba aquí reclamándole por no haberle dejado nada.

En su estado de confusión decidió llamar a Lucía, para que ella lo iluminara sobre lo que estaba pensando hacer Mariana.

-Hola cariño.

Dijo ella al contestar, su voz, era de felicidad, al recibir una llamada de su amado.

-Hola Lucía.

Dijo Dante, en un tono de vos más cortante.

-Dime cariño, ¿acaso ya me extrañabas?

-Te llamo para contarte algo...

Ahí fue cuando le contó de la sentencia del divorcio y de como reaccionó Mariana al enterarse de que ella no se llevaría nada. Esta noticia la puso doblemente feliz, no solo ya el hombre que amaba era libre, sino que ella podría en un futuro disfrutar del dinero que Mariana, no se estaba llevando en ese momento.

Entonces, con gran agilidad, le empezó a llenar la cabeza a Dante de que Mariana tal vez ya tenía a otro hombre con dinero, al cual sacarle ese dinero que él no le estaba dando. Esas palabras ocasionaron que él se pusiera como una fiera y empezara a tomar un poco de alcohol y le cortara la llamada sin dejarla terminar.

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