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Capítulo 12

Una semana después de que Mariana llegara a casa de sus padres, la pareja la acompañó al médico, para ver como estaba todo lo relacionado con el bebe que estaba creciendo en el vientre de su hija.

En esta semana Silvia y Esteban no han dejado a Mariana hacer nada, están sobre ella a cada paso que esta da. Se han vuelto muy sobre protectores con ella. No la han dejado levantar, ni siquiera un vaso de la mesa por si sola.

Esta actitud de sus padres, a Mariana, quien desde hace mucho tiempo no tiene esta clase de atenciones por parte de ellos ni de nadie, medio la divierte, medio la atosiga. Sin embargo, no quiere hacerlos sentir mal, por lo cual no les dice nada con respecto a eso.

Para ellos, enterarse de la noticia de que serían abuelos, les cayó de golpe, sorprendiéndolos primero y después dejando paso a la alegría. Es por eso mismo que están tan animados, mientras iban en el coche a la consulta con el médico.

Esteban no ha parado de decir, desde que salió de la casa, que él tendría un nieto y Silvia no ha parado de discutirle que, en realidad, tendrán una hermosa nieta. Mariana, queriendo calmar las aguas entre sus padres, les dice a ambos.

-Tranquilos, que ya sea una niña o sea un niño, yo lo amararé igual y ustedes también.

Los padres la miran unos segundos y le dicen a la misma vez...

-Claro que sí.

Para después cada uno decir...

-Igual eso no quita que será una niña.

-Igual eso no quita que será un niño.

Es entonces que siguen hablando de que será el bebe. La pobre de Mariana ya se cansó, así que los deja seguir discutiendo sin darle mucha importancia a su conversación.

Cuando el auto se detiene en la clínica, por fin la discusión absurda de la pareja termina, para que todos bajen en silencio.

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Una vez en el consultorio, el médico mira asombrado a los tres que ingresaron a la consulta y empieza con preguntas de rutina a Mariana y luego le hace una ecografía. Los abuelos estaban que no daban más de la felicidad, la madre, obviamente también.

Cada uno se llevaron consigo varias copias de las fotos del bebe que le hizo el médico con el ecógrafo. Todos iban a presumir lo más que podrían, del pequeño bebe.

Por suerte el médico le dijo que todo estaba en orden, así que Mariana no tenía nada de que preocuparse.

Por ahora, esta familia, solo se preocuparían y encargarían de empezar a remodelar una habitación en la mansión para que el bebé estuviera lo más cómodo posible. Lo que si, la habitación tenía que estar al lado de la de Mariana, así lo pidió ella, para poder escuchar al bebe si lloraba o por cualquier emergencia.

Claramente, sus padres estaban más que de acuerdo con esa ida. Y Rosa también, ella muy inteligentemente, ya había pedido hace días el título oficial de niñera para el bebé, por supuesto que Mariana no se lo negaría jamás, en ese momento, luego del pedido, abrazó a Rosa y le dijo.

-Claro que tú puedes ser la niñera de mi hijo o hija. ¿A quién, más que a ti, le voy a poder confiar a la persona más importante de mi vida?

Rosa, emocionada por las palabras de Mariana, la abrazó más fuertemente.

-Lo trataré con tanto amor.

-De eso, no me cabe la menor duda.

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Un mes después, en el banco donde Dante es director, Lucía se presentó para hablar con él. Hace más de un mes que estos no se veían y eso la tenía muy preocupada. Había hecho mucho para lograr separar a Dante de Mariana, para que cuando ellos se separaran, Dante se metiera con otra y no con ella. Eso no lo iba a permitir.

En este tiempo se han visto diferentes fotos de Dante en las revistas, con mujeres guapísimas y ni una sola de ellas era de ella con él, por lo cual ha empezado a surgir el rumor de que ambos ya no se frecuentan. Obviamente, el rumor era verdad, pero eso no quita que quiera sacarle las greñas a más de uno por refregárselo en la cara.

Pero por suerte, hace unos días, se empezó a sentir mal. Por lo que acudió al médico y este le dijo que estaba embarazada, afortunadamente solo ha estado con Dante desde que le contó la mentira del engaño de Mariana, por lo que esta segura que ese bebe solo puede ser de él.

Sin embargo, no todo es felicidad en su mundo de mentira, ya que cuando llega a la oficina de Dante, no estando su secretaria en su puesto, ella aprovecha y entra sin percatarse de los ruidos que salían de allí. Así que al abrir la puerta, se encuentra a Dante sentado en su silla, con una mujer sobre él a horcajadas, subiendo y bajando sobre su miembro.

-¡Dante!

Grita Lucía muy sorprendida de verlo en esta situación.

Dante y la chica al escuchar su grito se dan la vuelta, pero ni caso le dan y siguen en lo suyo hasta que Lucía, muy enojada, se va sobre la mujer y la agarra de los pelos, apartándola de él bruscamente.

-¿Qué crees que haces? ¿Estás loca? ¿No ves que me estoy divirtiendo y vas tú y te metes en medio de lo que estoy?

Lucía no podía creer la desfachatez de Dante, él estaba desnudo delante de ella diciéndole que ella estaba interrumpiendo su momento sexual con otra mujer. Ella lo quería agarrar a los cachetazos, pero sabía que tenía que guardar calma.

-Dante, yo te abrí los ojos con respecto a Mariana, yo me entregué a ti en cuerpo y alma... ¿Y ahora me sales con esto?

-Deja de hacer drama Lucía.

-¿Drama? ¿Tú te estás follando a esta mujer y yo hago dramas?

-Yo jamás te prometí nada.

-Sí, eso lo sé, pero ahora me tendrás que cumplir porque estoy embarazada de tu hijo y nos tendremos que casar.

-¿Qué?

Dijo Dante en shock por las palabras embarazo y casamiento.

-¡Lo que oyes! Estoy embarazada. Por lo que está mustia se va ahora mismo de aquí.

Dijo Lucía apuntando a la puerta, encontrando allí al padre de Dante, quien miraba la escena, sorprendido por todo lo que escuchaba.

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