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Capítulo 19

El día de hoy, después del almuerzo, Mariana, en compañía de sus padres, fueron a su cita con el médico, para que les diga como andaba el pequeño bebe que crecía en su vientre.

Al llegar a la clínica, solo esperan unos minutos, para luego pasar al consultorio. Como cada consulta, el doctor le alegra ver a los tres ahí adentro. Después de los saludos y preguntas de rutina, el médico hace una ecografía a Mariana.

-Bueno, mamá, abuelos… Sé que han estado apostando por el sexo del bebe, ¿Quieren ya saber que es?

-Ay, doctor, ¿Ya se puede ver?

Pregunta Mariana emocionadísima por esa noticia.

-Sí, aquí se han movido y ya nos permiten saberlo.

-Si doctor, díganos, por favor.

Dijo Mariana, mientras sus padres empezaban a pelearse otra vez por si sería un niño o una niña.

-Bueno, pues felicidades al abuelo ganador… ¡Es un niño!

-Ay, yo lo sabía, ja ja ja.

Dijo Esteban muy contento mientras le daba un beso en el cabello a su hija. Silvia, por otro lado, estaba un poco triste porque perdió la apuesta y ahora tendría que hacerle masajes a su esposo cada vez que él quisiera.

-Me alegro de que nuestro niño esté bien, hija.

Mariana se empezó a reír al ver la cara de su madre y le dijo.

-Yo lamento que tengas que masajearle los pies a papá de ahora en adelante.

-Ja ja ja.

El médico y Esteban se empezaron a reír a las carcajadas por la expresión de Silvia al oír a su hija.

-¡Mariana!

Le dijo tratando de reprenderla, pero entre tanta risa ella también se empezó a reír.

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Después de la consulta con el médico decidieron no volver a la empresa, en cambio, se fueron para un centro comercial a por fin comprar ropa para el bebe. Como no sabían si iba a ser niño o niña no habían comprado nada y la habitación la habían decorado de colores más neutros, por lo cual ahí no habría ningún problema.

Compraron bodis, gorritos, pantalones y remeras de varios colores y tallas, ya que no sabrían todavía si el bebe cuando naciera sería grande o más pequeño.

Luego de terminar de comprar se fueron directamente a la mansión y al llegar se sentaron en la sala a ver la televisión y en esa dejaron en un programa de noticias de negocios. Lo que ninguno se iba a esperar era ver era una noticia sobre el nuevo matrimonio de Dante en ese programa.

Todos habían quedado en shock al ver a Dante en una foto vestido con traje al lado de una mujer con un vestido de novia. Si bien no se lo veía muy contento ni sonriente a Mariana, aun así le dolió verlo así con la era su amiga hace solo unos meses. Sin embargo, lo que más le frustró de todo era que el reportero contaba que iban a tener un bebe. Su niño nacería sin padre porque él al parecer la odiaba, pero a Lucia si le iba a dar una familia.

Sin poder contenerse, empezó a llorar y abrazo a su padre, en busca de contención.

-Ya, ya, mi niña. No llores por ese desgraciado, que ya sabes que él no vale la pena.

-Lo sé, pero aun así me duele mucho. Ella era mi amiga y ahora se casó con él. Ellos me han lastimado tanto, juro que algún día van a pagar muy caro lo que me han hecho.

-Sabes que tienes todo nuestro apoyo, esos desgraciados merecen un buen castigo por todo el daño que te han hecho, así que cuenta con nosotros para lo que quieras.

-Gracias, papá.

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Por otro lado, en una fiesta de casamiento estaba la novia más feliz y el novio más infeliz que se han podido ver esos invitados jamás. A Lucia, la felicidad no le daba para más, había cumplido con su sueño de casarse con Dante. Sin embargo, a Dante, la infelicidad lo invadía, no quería ese matrimonio, pero no pudo decir que no y se le notaba en toda la cara.

Algunos invitados hace rato que se habían dado cuenta de la cara de Dante y su padre ya había ido a pedirle que cambiara su actitud y sonriera porque la gente estaba comentando de eso. Sin embargo, poco le importo a su hijo su pedido y siguió con esa cara toda la noche.

La felicidad de Lucia se vio empañada por las sonrisas condescendientes y varios comentarios de ciertas señoritas que se burlaron de ella y su felicidad. Así que sin poder armarles un escándalo a esas mujeres, se fue a reunir con Dante, pero lo vio salir del salón muy discretamente en compañía de una mujer muy guapa.

Sin pensarlo, fue detrás de ellos y los descubrió a los besos. Enojadísima por lo que veía, salió de donde estaba escondida y le dijo.

-Este es el colmo Dante, nos acabamos de casar y tú ya estás haciendo de las tuyas.

La mujer que estaba con él, al ver a Lucía, salió de allí sin decir nada. Los problemas de pareja que los arreglen entre ellos y a ella que no la metan.

Dante ya se estaba cansando de la actitud de Lucía, por lo que deja salir un suspiro y le dice.

-Ya basta Lucía, no estoy de humor para tus quejas. Quería desestresarme y tú me arruinaste eso.

-Sabes que yo te puedo sacar todo el estrés que tengas acumulado, no necesitas de otra más.

Dijo Lucía, avanzando hacia Dante y empezándolo a tocar en el bulto de sus pantalones, para excitarlo a tal manera que no se pueda negar a ella. Cosa que funciono, porque tomándola del cabello la hizo arrodillarse en el suelo y saco su miembro para que ella se ocupara.

-Esto no cambia el hecho de que nuestro matrimonio, no será un color de rosas. No se te olvide que si me case contigo, fue por nuestro hijo.

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