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Capítulo 18

Después de la reunión en el quinto piso, con el jefe de recursos humanos, Mariana se fue otra vez a su oficina. Entró, después de decirle a Dalia, que ya se encargó de ponerles un alto a los demás empleados.

-Si por esas casualidades te llegan a molestar otra vez me lo dices de inmediato.

-Claro que si, señorita. Se lo agradezco mucho.

Dijo Dalia muy contenta de que su jefa sea una buena persona, que esta dispuesta a ayudarla.

Una vez adentro de su oficina estuvo terminando de revisar los papeles que había dejado sobre el escritorio hasta que se le hizo la hora de la comida. Justo cuando iba a llamar a su padre para preguntarle que iba a hacer en el almuerzo, su puerta es golpeada.

-Pase.

Dice, sorprendida, de que alguien le haya golpeado la puerta en vez de que Dalia lo anunciara. Sin embargo, cuando entran sus padres sabe que ellos le dijeron que no los comunicaran.

Como ellos vinieron a proponerle salir juntos a comer ella, y ella ya tenía hambre, sale con mucho gusto con ellos. Después de haberse comido dos platos enormes de diferentes pastas, Mariana quedo muy contenta.

Silvia, aprovechando el humor de su hija, le comenta que ya le tenía lista una psicóloga para que empiece mañana mismo sus terapias, a lo que Mariana le agradece mucho por su ayuda.

Después de eso, todos se regresan para la empresa, donde Mariana y Esteban se van a sus oficinas y Silvia se regresa con su chofer a la mansión a contarle a Rosa como le fue con Mariana.

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Al día siguiente Mariana, después de salir de la empresa, se va para el consultorio de la psicóloga que su madre le consiguió, al llegar allí no estaba muy convencida, pero decide quedarse y ver que tal. Una sesión no la iba a matar.

Cuando es su turno pasa y empieza la sesión. La doctora la ve muy nerviosa, por lo que le dice.

-Mariana, yo estoy aquí para ayudarte, no para obligarte a que estés aquí. Si tú no quieres estar aquí y hablar conmigo, eres libre de irte. Pero si te quedas yo te puedo ayudar a superar lo que hayas pasado.

Esas palabras, aunque en un principio fuertes, a Mariana, la hicieron hablar y contarle cosas de su matrimonio con Dante, las cosas buenas. Luego la doctora le pidió decir algo malo de Dante y ella dijo...

-Él me lastimo.

-Explícame como fue que te lastimo.

Le dijo la doctora y Mariana le contó, se abrió totalmente con ella diciendo cosas que jamás le podría contar a un extraño.

Cuando termino la hora de la sesión, la doctora le dijo a Mariana que sería bueno hacer las sesiones tres veces a la semana, a lo que Mariana estuvo de acuerdo.

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Es así como en cada sesión ella ponía todo su esfuerzo para explicar la situación con Dante, dándole a la doctora las herramientas para que ella la pudiera ayudar lo más posible. Sin darse cuenta ya había pasado más de dos meses desde que empezó las sesiones con la doctora y ya se notaba un gran cambio en Mariana.

La doctora le hizo ver que, de cierta manera, no todo era color de rosa en su relación con Dante, antes de que su matrimonio se vaya al caño, cosa que ella antes no se había dado cuenta. Sí, él antes no la había golpeado ni hablado mal, pero no la había dejado desarrollarse profesionalmente como ella quería, la había dejado encargada de una cafetería que ni siquiera después del divorcio le pudo dejar, no la defendía de algunas situaciones con su familia y muchas veces discutían por eso.

El darse cuenta de estas cosas fue un golpe duro para Mariana, pero supo salir adelante. Se puso una meta y hasta alcanzarla no pararía. Por otro lado, los momentos de violencia que sufrió Mariana fue uno de los temas más delicados en cada sesión, la doctora le hacía hablar muy poco de eso hasta que un día Mariana, le dijo que ya estaba lista para hablar de eso y le contó que fue lo que paso.

Después de eso, la doctora pudo al fin empezar a ayudarla desde ese lado, explicándole que ahora ya Dante no le podría hacer daño, es más, le dio la idea de tomar clases de defensa personal cuando naciera su bebe. A Mariana esa idea le gusto mucho por lo que acepto.

Sin embargo, no todo eran buenas noticias en la vida de Mariana, en la empresa ha estado muy ocupada, ya que tuvo que mandar a hacer una auditoria, la cual todavía esta en curso por la gran cantidad de documentos a revisar. Así que ha estado tapada de trabajo, porque no quiere que los gerentes de los hoteles se enteren de la auditoria para que puedan borrar sus huellas.

Sus días los pasa en la oficina, las sesiones de terapia y en la casa. Casi no ha salido a ningún lado, aparte de las veces que se va a sus citas con el médico para ver como esta creciendo el bebe, el cual estaba muy bien de salud por todo lo que el doctor le decía.

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