CARRO

Sandra pensativa, escuchaba la respiración de Elías a su lado y algún ronquido ocasional. Y eso podría haberle parecido enternecedor si no hubiera cometido uno de los mayores errores de su vida.

¿Qué iba a pasar a partir ese momento? Nada sería igual, seguramente Elías esperaría que volvieran a hacer el amor, pero no podía quedarse allí siendo su amante, sobre todo por Lían.

El niño perdería la ingenuidad muy pronto y, si seguían así, Lían descubriría tarde o temprano que su madre y su tío se acostaban juntos.

¿Podría estar Elías pensando en matrimonio? No, era absurdo.

Seis años antes había encontrado un montón de razones por las que Cristian no debería casarse con ella, que no se movían en los mismos círculos, su pobreza, incluso sus ambiciones. Y nada de eso había cambiado.

Tal vez sentía afecto por ella, incluso podría querer una relación sexual, pero de ningún modo habría pensado en proponerle matrimonio.

Los Villa eran personas prepotentes, Siempre la mirarían por encima del hombro y nunca olvidarían la muerte de Cristian.

Apoyándose en un codo, Sandra estudió el rostro de Elías.

Dormido no parecía el hombre duro y cínico que era, y tuvo que hacer un esfuerzo para recordar que no podía confiar en él, Cuanto más tiempo se quedase en su cama, más difícil sería olvidar eso.

Tenía que irse de allí y hacerlo de inmediato

Su panti se habían perdido en la cama, pero encontró el brasier y el vestido y, después de ponérselos salió de puntillas de la

habitación.

De vuelta en su cuarto, abrió la puerta que lo conectaba con el de Lían. El niño estaba dormido y Rudy tumbado en la alfombra levantó la cabeza un momento antes de volver a cerrar los ojos.

Lían dormía en la cama que había sido de su padre, su niño era tan feliz allí, como si desde el primer día hubiera sentido que aquel era suyo, pensó ella con un nudo en la garganta.

Aquella vida privilegiada era el legado del padre al que nunca había conocido.

Miró entonces la fotografía de Cristian, el hombre alegre y divertido al que todo el mundo adoraba, y sintió como si lo hubiera traicionado.

Se sentía poderosamente atraída por Elías, pero esa no era una excusa válida porque había en juego algo más que sus propios deseos.

Ella quería que Elías la respetara, pero a partir de aquel momento sería una mujer más que había pasado por su cama.

Pero aunque se fuera de la casa seguiría teniendo que relacionarse con Elías y lo mejor que podría hacer era marcas nuevas reglas y respetarlas.

Parpadeando para contener las lágrimas, Sandra hizo un juramento, pasara lo que pasara, se demostraría a sí misma y a Elías que lo de aquella noche no había sido nada importante.

Ella se fue a su cuarto a dormir si la culpa la dejaba.

Elías despertó poco después del amanecer y no le sorprendió que Sandra se hubiera ido. Era lógico que quisiera estar cerca de Lían, pero no sabía qué sentía sobre lo que había pasado.

Ni siquiera sabía lo que sentía él mismo.

Se levantó a mirar por la ventana y vio la panti de

Sandra estaban a su lado, le vino un recuerdo de cómo se la había quitado antes de colocarse entre sus piernas.

No había querido acostarse con ella, pero lo habían hecho y no se arrepentía. Si estuviera allí en ese momento, nada le gustaría más que retomar lo que habían empezado por la noche.

Ese día tenía una reunión, pero no era urgente y

se sentía inquieto. Necesitaba un poco de aire fresco y ejercicio físico.

Suspirando, tomó el móvil y dejó un mensaje a su secretaria indicándole que programara la reunión para la semana siguiente.

Elías se bañó para salir a montar a caballo un rato, eso le ayudaría a aclarar las ideas. Tal vez después de eso sabría qué decirle a Sandra, pero

antes de salir de la casa tenía una llamada importante que hacer.

Lían y Sandra ya habían despertado, ella estaba en el cuarto del niño preparándolo para bañarlo cuando él le preguntó:

LÍAN: ¿Mi papá era tan bueno como el tío Elías?

Esa pregunta fue como una bofetada para ella, tuvo que respirar un momento antes de responder.

SANDRA: tu padre era bueno, pero de otra manera.

LÍAN: ¿De qué manera mami?

SANDRA: a él le gustaba hacer sonreír a la gente, le caía bien a todo el mundo.

LÍAN: ¿Al tío Elías no le gusta hacer sonreír a la gente mami?

SANDRA: es que tu tío Elías le gusta hacerse cargo de las cosas, organizar todo.

LÍAN: Podrías casarte con el mamita, así él podría ser mi tío papá.

Sandra lo miraba muy emocionado con lo que decía y se dio cuenta de que su hijo de verdad sentía el vacío que había dejado su padre y lo quería llenar con su tío.

SANDRA: no creo que el tío Elías quiera casarse conmigo.

LÍAN: ¿Por qué no? Si eres muy bonita mami, hasta un ciego se podía dar cuenta de eso.

SANDRA: ja, ja, ja que cosas dices Lían, lo que pasa es que a tu tío le gusta dar órdenes y a mí no me gusta obedecer a nadie.

Lían se quedó pensativo un momento buscando más preguntas y dijo:

LÍAN: ¿A mi papá le gustaba darte órdenes?

SANDRA: no ven, vamos para que te bañes y después sacar a Rudy tenemos que sacarlo antes de desayunar.

Ella se puso a pensar que no quería ver a Elías sus caricias la habían vuelto loca y había

respondido como una adolescente sin control y ahora tenía vergüenza.

¿Le habría pasado a él lo mismo? Se había mostrado tan apasionado, tan intenso, pero conociéndolo como lo conocía, no podía dejar de preguntarse si estaba en lo cierto, Elías no era el tipo de hombre que se dejaba llevar por el deseo.

Salió de sus pensamientos para terminar de bañar a Lían, después que desayunaro salieron a jugar con Rudy, Lían tiraba un palo para que Rudy fuera a buscarlo.

Sandra los miraba sonriendo. Era una fresca mañana y ella como buena madre tenía que hacer todo lo posible para que su hijo fuera feliz, a Cristian le habría gustado que su hijo creciera allí, pensó.

¿Pero cómo iba a lidiar con Elías después de lo que pasó?

¿Cómo iba a evitar acabar en su cama de nuevo?

La sacó de sus pensamientos la nana que llegó con jugos para que el niño refrescaba y él le preguntó:

LÍAN: ¿Usted conoció a mi papá nana?

Se quedó inmóvil un momento, pero respondió con tomo amable un segundo

después.

NANA: sí, era un niño como tú cuando empecé a

trabajar aquí.

LIAN: ¿Y cómo era él?

NANA: se parecía mucho a ti, tu tío Elías tiene fotografías, pero ahora él no está. Dile que te las muestre cuando vuelva a casa.

Sandra se imaginó que Elías se había ido para no encontrarse con ella.

En cualquier caso, ella tenía que salir un rato de allí con Lían, iban para el cumpleaños del hijo de su prima y ese respiro le iría bien.

El niño siguió interrogando a la nana.

LÍAN: ¿Qué le gustaba hacer a mi papá?

NANA: le gustaba jugar, hacer chistes. Todo el mundo lo quería.

LIAN: ¿También conocías al tío Elías?

NANA: Claro, eran hermanos.

LÍAN: ¿Al tío Elías le gustaba hacer chistes?

NANA: a tu tío Elías le gustaba montar a caballo, creo que ahora está en eso.

LÍAN: ¿A cuál de los dos me parezco más?

NANA: no lo sé, creo que a ambos, ellos también eran muy parecidos.

SANDRA: ya Lían tomate el jugo para llevarte a que te corten el cabello antes de ir al cumpleaños de Jonás.

LÍAN: no mami, no quiero cortarme el pelo.

SANDRA: hay que cortarlo hijo, así ponte pilas.

Después de contarle el pelo a Lían regresaron a casa para almorzar, Sandra no se había encontrado con Elías y para ella era un alivio.

Cuando por fin estuvieron listos para irse al cumpleaños eran las cinco de la tarde.

Estaba saliendo del garaje cuando un carro se detuvo frente a la casa.

Ella salió y se acercó a preguntar a quién necesitaba.

SANDRA: ¿Necesita algo?

–Estoy buscando a Sandra Contreras.

Ella lo miró sorprendida, no entendía como llegó ese hombre hasta allí preguntando por ella so no se conocían.

SANDRA: soy yo, ¿qué necesita?

–Firme aquí, es para usted.

El hombre le dijo entregándole uno documento.

- Los papeles están en la guantera y esta son sus llaves.

SANDRA: ¡no espere un momento!. Tiene que haber un error… yo no he comprado ningún carro.

–No hay ningún error, el carro fue comprado y pagado esta mañana por el señor EliasVilla. Él pidió traerlo hasta aquí hoy mismo.

Sandra apretó los dientes indignada, si Elías pensaba que podía comprarla…

SANDRA: habido un malentendido

Le dijo al conductor, llévese el carro y devuélvale el dinero al Elías Villa.

–Pero el señor Elías dijo…

SANDRA: ¡Lléveselo! No pienso aceptarlo.

El hombre le dio miedo al ver su enojo, se subió al carro y se fue.

Ella pensó que¿Estaba Elías intentando comprar su gratitud o recompensarla por servicios prestados?

Ella tenía su carro, deteriorado y todo, pero tenía en que transportarse, cuando volviera hablaría con él. Era hora de exigirle que dejara de jugar con ella.

Elías estaba en su empresa pensando 💭 si Sandra estaría conduciendo su nuevo

carro, seguramente debería haberle consultado antes de comprarlo.

Pero veía su carro tan deteriorado que no quería que condujera el viejo ese viejo carro. Lo único que quería era que Lían y ella estuvieran seguros.

Había pasado gran parte de la mañana y tarde pensando en la noche anterior, tener a Sandra entre sus brazos había sido maravilloso; y la

idea de repetirlo esa noche era suficiente para excitarlo. Pero sabía que Sandra no era la clase de mujer que querría ser solo una compañera de cama.

Incluso le había dado vueltas a la idea del matrimonio.

Esa sería la manera más sencilla de asegurar el futuro del hijo de Cristan y mantener a Sandra a su lado. Pero había muchas razones por las que

no podría salir bien, para empezar, él no estaba hecho para ser un buen marido; su fugaz matrimonio lo había dejado bien claro.

Además, no tenía razones para creer que Sandra estuviera enamorada de él. Y luego estaba su madre, que nunca aceptaría la mujer a la que culpaba por la muerte de Cristian.

Pero sobre todo estaba el secreto que él guardaba en su corazón. Un secreto que si se descubriera, podría destruir a su madre y alejar a Sandra para siempre.

Sandra salió con Lían a la fiesta de Jonás que cumplía cinco años Lían estaba deseando

llegar.

El sabía todo lo que iba a comer en la fiesta, pizza, masmelos y variedades de dulces, ellos le compraron una balón ⚽ de fútbol.

Sandra y Lían llegaron a la fiesta que era en un salón del restaurante, su prima Raquel era la esposa de Edil fuentes, él era el propietario del restaurante en el que Sandra había trabajado una vez como camarera, el restaurante en el que había conocido a Cristian.

Ellas se apartaron para hablar un rato, ya que tenían días sin verse.

RAQUEL: a ver cuéntame ¿Vas a quedarte en la mansión?

Le preguntó su prima, Raquel era unos años mayor que ella, pero siempre habían tenido una muy buena relación.

SANDRA: no lo sé, por el momento parece lo mejor para Lían.

Vivir allí tiene muchas ventajas y al niño le encanta, pero para mí… la verdad es que no lo sé.

RAQUEL: ¿Qué ocurre? ¿Es por Elías verdad? ¿Por qué se parece tanto a Cristian?

SANDRA: ¡no, no es eso!

Y no lo era, Elías y Cristian eran dos personas completamente diferentes.

SANDRA: he vivido durante años pensando que Elías me odiaba.

RAQUEL ¿Y sigue siendo así?

SANDRA: desde que descubrió la existencia de Lían se ha mostrado muy amable y generoso, pero también es muy controlador. Es como si

quisiera hacerse cargo de nuestras vidas, no sé qué hacer.

Sandra se detuvo para mirar a Lían jugando su primo.

SANDRA: esta mañana me regalo un carro, pero he hecho que lo devolvieran al concesionario.

RAQUEL: ¿Por qué? Tu carro es muy viejo.

SANDRA: ¿Cómo voy a aceptarlo? Sería como…

Sandra se detuvo pensando 💭 en lo que había pasado entre los dos, sacudió la cabeza, sin saber cómo terminar la frase.

RAQUEL: ¿Hay algo que no me hayas contado?

SANDRA: si anoche, después de la fiesta en su casa… Elías había roto con su novia y una cosa llevó a la otra. No sé cómo pasó, pero acabamos en su cuarto he hecho una tontería, Raquel.

RAQUE: bueno, lo hecho hecho está. Has vivido como una monja durante demasiado tiempo, ya era justo y necesario ja, ja, ja ¿Qué tal, por cierto?

Sandra rio también y se puso colorada.

SANDRA: fue maravilloso, me gusto mucho.

RAQUEL: ¿Estás enamorada de él?

SANDRA: ¿Enamorada? No, por favor, Elías es el hombre más arrogante, manipulador e insoportable que he conocido en toda mi vida. Y

ahora… No sé qué hacer, si no fuera por Lían, haría las maletas y me iría de esa mansión.

RAQUE: huir no servirá de nada cariño, lo único que puedes hacer es enfrentarte con lo que ha pasado y ser sincera con él.

Raquel se alejó para recibir unos invitados y Sandra suspiró. Su prima quería lo mejor para ella, pero enfrentarse con Elías y decirle lo que

Pensaba solo serviría para empeorar la situación, Sería mejor evitarlo, Elías la entendería.

Cuando la fiesta terminó eran las ocho de la noche y tenía ganas de llover

Se despidieron de Raquel, Jonas y Edil y se fueron a casa.

Cuando tomó la carretera 🛣 unas gotas de agua empezaron a caer sobre el parabrisas, mientras pisaba el freno del carro con los neumáticos

viejos, no podía arriesgarse a patinar.

La casa estaba a unos veinte minutos, y Lian se había quedado dormido en el asiento trasero y esperaba que no despertara hasta llegar a casa.

Depronto sintió que el motor de carro empezó a hacer un ruido alarmante, Sandra apenas tuvo

tiempo de girar el volante para estacionarse a un lado de la carretera antes que el carro se

detuviera.

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Comments

quelir68

quelir68

ella no piensa que el ponía todas esas excusas al hermano para que no se casará con ella, porque él estaba calentito con ella y la quería para el

2024-08-12

0

Yvonm Sanchez

Yvonm Sanchez

que casualidad ahora se le daño el Carro , como para que acepte el otro .

2024-08-06

1

veronica pinto

veronica pinto

jajaja 😂 el que se enoja pierde y el orgullo no sirve de nada 🤭😉😉

2024-08-05

1

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