Escena de celos

Me levanto y agarro la foto, lo acerco y le doy un beso sobre el cristal dejando mis labios marcados en él, lo vuelvo a dejar en su lugar y corro a la salida, el chófer abre la puerta y yo camino a zancadas hacia él, me subo rápidamente y el chófer lo cierra.

Sara

Regresó a la oficina y me siento en la silla, entro a la computadora y vuelvo a buscar en todos los archivos, encuentro un archivo raro y sin pensarlo lo abro, un video asqueroso aparece en la pantalla, lo quito rápidamente y me llevó las manos a la cara.

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Me llegan dos correos de la secretaria repentinamente y los abro, tengo que tener un contrato listo y firmar los documentos que están en la mesa. Aparto la mirada de la computadora y veo los documentos detrás de esta.

Voy a esperar a que mi mamá regresé y los firmé, yo me encargaré del contrato, estuve mucho tiempo haciéndolo hasta que la alarma de mi celular suena, mi mamá entra en ese momento a la oficina y me ve, me levanto y me acerco a la puerta.

—Ya me tengo que ir a trabajar, si no entiendes algo, llámame y te explicaré—dije antes de salir, no le di tiempo a mi mamá de que me dijera algo por lo apurada que estoy, entro al ascensor y apretó el botón del primer piso, las puertas se cierran y esperé pacientemente a que terminará de bajar.

Aún tengo 20 minutos para llegar, por eso no me preocupo mucho, el ascensor se detiene y se abren las puertas, estaba a punto de salir cuando una tipa rubia de ojos verdes choca con mi hombro.

—¡Fíjate!—le grité en la cara y ella solo sonrió de manera burlona, refunfuño y salgo del ascensor. <>.

Salgo casi corriendo de la empresa y me acercó al chófer, él me abre la puerta y yo me subo, la cierra y se sube él también.

—¿A dónde la llevo, señorita?—inquiere.

—A mi casa—él asiente y arranca el auto.

Antonio

Reviso detenidamente los documentos y soy interrumpido por los golpes fuertes de la puerta.

—¡Adelante!—grito con frustración, Tania entra enfadada y se detiene frente a mí con los brazos cruzados.

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—¿Por qué sigues hablando con esa tipa?, ¡Cuántas veces tengo que decirte que la bloquees!—espeta, golpea con la palma de su mano la mesa. <>.

—Tú no eres nadie para darme órdenes y deja de meterte en mi privacidad—dije con voz tranquila.

—¡Soy tu novia!, tengo derecho a ver con quien te mensajeas—réplica Tania, como quisiera desaparecer en estos momentos por la vergüenza que estoy sintiendo de que mis compañeros escuchen sus gritos.

—Eso no te da derecho a nada—ella con mucha ira empieza a tirar todo, quito la computadora y dispersa todas las hojas por el suelo, suspiro con fastidio y un guardia de seguridad entra en ese instante.

—Señorita, le voy a pedir que me acompañe a la salida—dice el guardia con firmeza, ella se da la vuelta y gruñe.

—¡Yo no voy a ir a ningún lado con usted!—grita, el guardia se acerca a ella y la toma del brazo, ella intenta empujarlo y pegarle para que la suelte, dejo la computadora en la mesa.

—¡No me toque!.

—¡Tania, ya basta!, hablamos en la casa—dije mientras me levanto y recargo mis manos en la mesa, ella me asesina con la mirada al instante que el guardia se la lleva.

Resoplo, me agachó y empiezo a recoger todo, algunas hojas están arrugadas y eso me pone mucho peor, espero que no ser regañado de nuevo por lo mal que las entregaré.

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12 minutos después, Sara.

Corro a mi trabajo sin detenerme a descansar ni un segundo. No necesité que el chófer me dejará en mi trabajo, ya que no está tan lejos y me gusta caminar o en este caso correr, me detengo frente a las puertas y doy un pequeño respiro antes de entrar, mis amigas me reciben como siempre con mucha emoción de decirme algo.

—Sara, adivina quién está embarazada—dice Nicole con emoción, me asombro y miro detenidamente a todas mis amigas, me pongo a pensar por un momento analizando todo.

—¿Dulce?—inquiero no tan segura.

—¡Sí!—dicen todas al unísono mientras la abrazan, <>.

Se dibuja una sonrisa en mi rostro, me acerco y abrazo a dulce con cariño.

—Felicidades, amiga—dije con voz tierna, me separo y veo sus lágrimas rodando por sus mejillas.

—Gracias, Sara y lo siento es mucha mi emoción—todas nos empezamos a reír junto con ella, todas tuvieron que regresar a su área de trabajo, yo registré mi entrada y guardé mis cosas en mi casillero, me dirijo a mi puesto y empecé a trabajar como de costumbre.

5 horas después.

Entró al comedor y me siento en una de las mesas de la esquina, pongo mi libro favorito en la mesa <>. <>.

Estaba a punto de abrir el libro cuando recibo una llamada de mi hermano, contesto al momento y acerco el celular a mi oreja.

—Hola hermano, ¿Estás bien?, ¿Cómo fue el viaje?, ¿Ya estás en la cabaña?, ¿Ves algo inusual?—indago con preocupación, él se queda callado unos segundos y empiezo a mover mis piernas sin control.

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