Capítulo 18: La Oscuridad Ama A La Luz*

No puedo creerlo, majestad sabe perfectamente que revelar algo así es totalmente peligroso, tanto los magos como los sacerdotes querrán quitarle su poder para acabar con su familia - *Dijo el Sumo Sacerdote pues el no quería una guerra, no otra vez*

-Lo sé su santidad, pero le dije esto porque me parece que oí que ustedes pueden proyectar los recuerdos de una persona a un espejo para que esté pueda ver su vida - *Dijo Marcelo ya que si Angelica hacia tal cosa ella podría destruir a Rihanna.

- Eso es verdad, pero esto lo hacíamos para revelar sus pecados, si ella aprende esto su poder debe ser más fuerte para soportar la carga de imagen que ella deba proyectar - *Dijo el Sumo Sacerdote*

- ¡¡¡PRINCIPE MARCELO!!! - *Había llegado una persona en un hermoso caballo blanco*

Marcelo al ver a la persona se sorprendió demasiado, ya que está vino sin escolta o acompañante alguno.

- ¡¡Angelica que haces aquí!! - *Dijo Marcelo quien extendía su mano para ayudarla a bajar*

Angélica acepto su mano y bajo del caballo con la ayuda de Marcelo quien tenía una mirada llena de preocupación.

- Vine también a ver al Sumo Sacerdote, quiero decirle sobre mi poder así podría ayudarte a hablar con el - *Dijo Angélica tomando las manos de Marcelo*

Marcelo por ese acto se puso rojo hasta las orejas, el comportamiento de Angélica cada vez se le hacía más difícil convivir con ella sin pensar en robarle un beso, pero sabe que no puede hacer tal cosa ya que ella solo tiene 13 años y el 18 años por lo que las personas los vería de mala manera y lo que necesita es la confianza de esas personas para derrocar a su padre.

- Señorita Angélica no era necesario que hiciera tal cosa, pero agradezco mucho su ayuda - *Dijo Marcelo quién sonrió dulcemente*

Angélica se sonrojo por completo, su corazón latía fuertemente, ahora mismo estaba arrepentida por haber escrito que la verdad Angélica a pesar que Marcelo se esforzaba por ganar aunque fuera un poco de su amor con detalles y palabras de amor nunca lo consiguió por lo que se sumergió en una desesperación y dolor por la falta de cariño, esto la puso triste y agachó la cabeza, esto lo noto Marcelo quien de inmediato le dió un beso en la frente para calmarla.

- Espero y eso te haya hecho sentir mejor - *Marcelo solo acaricio su cabello*

- Oye no me desarregles mi cabello - *Dijo Angélica muy nerviosa*

- Buenas tardes señorita Angélica, soy el Sumo Sacerdote - *Dijo mientras se inclinaba ante ella *

- Oh sí es un placer para mí también verlo su santidad - *Dijo Angélica inclinándose ante el sacerdote*

- Sin duda alguna es la viva imágen de su padre, aunque puedo sentir la misma fuerza en su espíritu que poseía su madre - *Dijo muy feliz el sacerdote, ya que él sentía un cariño especial por la difunta madre de Angélica*

- .Muchas gracias por el cumplido su santidad - *Angélica sonrió feliz*

- El principe Marcelo me dijo sobre sus poderes, así que si me permite me gustaría comprobar ello señorita - *Dijo el Sumo Sacerdote extendiendo su mano*

Angélica sostuvo la mano del Sumo Sacerdote ya que el podía sentir el nivel de poder de una persona con solo tocar sus manos.

El Sumo Sacerdote comprendió lo que decía Marcelo y era verdad, Angélica podía controlar el poder divino de Dios pero también poseía el poder un un mago, esto sin duda alguna era sorprendente y si sus poderes aprendía ella a controlar podría acabar con la tiranía de la familia Imperial si se lo proponía.

- Ahora entiendo a lo que se refería su majestad el príncipe Marcelo, sus poderes son de verdad muy fuertes, será un honor para mí ayudarle a controlarlos a la perfección si usted me otorga ese honor señorita Angélica- *Dijo el Sumo Sacerdote sonriendo ante ella*

- Me alegra mucho oír sus palabras, y por supuesto asistiré para que usted me enseñe a controlar mejor mis poderes ya que quiero ayudar a alguien quien lo necesita - *Angélica solamente agachó la cabeza pues no quería que el Sumo Sacerdote viera su rostro triste*

- Bueno señorita Angélica gracias por su ayuda, pero tengo una pregunta porque no trajo consigo ningún escolta - *Pregunto Marcelo, ya que no creía que su padre siendo tan protector la haya dejado venir sola*

- Ah bueno es que la verdad yo... - *Angélica evitó su mirada y se puso muy nerviosa*

- Angélica acaso viniste sin que tú padre lo supiera - *Marcelo la tomo de los hombros muy asustado*

- Jejeje tal vez?? - *Angélica rió muy nerviosa por ello*

- ¡¡¡ANGÉLICA TU PADRE VA A MATARME, VÁMONOS EN ESTE MOMENTO!!! - *Marcelo la subió a su caballo y esté se fue de inmediato*

Mientras sus guardias se montaban a sus caballos y fueron tras el principe Marcelo para mantenerlo a salvó, mientras el Sumo Sacerdote sonrió un poco ante tal escena.

- Su santidad de verdad permitirá que esa señorita entre a nuestras tierras - *Dijo aquel comandante*

- Por supuesto y también podrá entrar el principe heredero si el lo desea - *El Sumo Sacerdote lo dijo con total calma*

- ¡¡¡PERO SU SANTIDAD!!! - *Cuestionó aquel comandante*

- Detente, se que tú tienes un gran odio hacia la familia Imperial por lo que le hizo a tus padres, pero ese príncipe tiene oscuridad en su corazón y aquella joven es una bella luz, si ambos están juntos serán capaces de derrocar a ese Emperador tirano - *Dijo el Sumo Sacerdote*

Estás palabras no las comprendió en su totalidad aquel comandante, el Sumo Sacerdote logro ver la luz radiante que desprendía el alma de Angélica, pero Marcelo desprendía una oscuridad siniestra algo que con el paso del tiempo sería peligroso, está oscuridad solo la posee los hijos del Emperador Felipe y sabe que es imposible rescatar el alma de esos niños pues estaban condenados a sufrir por el resto de su vida, pero el principe Marcelo al estar en contacto con Angélica está oscuridad se fusiona con su luz creando una perfecta armonía entre ambas almas y haciendo que el sufrimiento no sea eterno...

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...Mientras En La Mansión Leinot...

- ¡¡¡SIGAN BUSCANDO A MI HIJA, COMO ES POSIBLE QUE ELLA SE FUERA DE REPENTE Y NADIE PUDO NOTARLO!!! - *Gritaba el Duque Isaac con gran desesperación*

Todo el mundo, tanto los sirvientes cómo los caballeros corrían de un lado a otro, el Duque cuándo se enoja da mucho miedo pero todos saben que esté enojo es causado por la preocupación de que algo malo le haya pasado a lo más importante de su vida.

Mientras el Duque tenía puesta una armadura y se subió a su caballo, el mismo buscaría a su hija.

Cabalgó por mucho tiempo hasta llegar a una zona no muy habitada y de repente logro ver dos siluetas que caminaban con algo de dificultad, para cuando logro distinguirlas quedó aterrado y fue corriendo a su rescate.

- ¡¡¡ANGÉLICA HIJA QUE PASÓ!!! - *Dijo el Duque con lágrimas en sus ojos pues su hija tenía sangre escurriendo de su frente*

- Papá me alegra mucho verte - *Dijo Angélica sonriendo débilmente, hasta que se desmayo*

- Duque yo lo siento, no pude protegerla - *Dijo Marcelo muy adolorido por sus heridas*

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