Intervención

Era tarde, ese día solo terminaba informes locales, nada emocionante, agarro mi abrigo y me lo pongo, afuera el clima era terrible, al salir me doy cuenta de que estaba sola en el piso, al parecer aquí cada uno es por su lado, estaba acostumbrada a que mis compañeros fueran a despedirse o en su defecto salir todos juntos y comer Hot dogs en el puesto de la esquina.

Salgo de la división y bajo al parqueadero, mi cuerpo empieza a temblar, subo rápido a mi auto, mi departamento era cerca así que no me tomó más de 15 minutos en llegar.

Enciendo la calefacción y pongo a trabajar mi cafetera, a mi mente llega el recuerdo de la vez que estaba haciendo lo mismo y George llegó a mi casa, sacudo mi cabeza en desaprobación, no podía pensar en eso, debía continuar mi vida y hacerme a la idea de que jamás volvería a ver a George.

Me pongo mi calurosa pijama y me acuesto a ver televisión, hasta quedar profundamente dormida.

Al día siguiente estoy de nuevo en la división Europea, paso por una panadería y compro algunos panes y croissants para el desayuno, subo a las oficinas y me escabulló en mi oficina, los agentes aquí no eran muy amigables y siento sus miradas acusadoras por no cumplir la misión y también ignorando el hecho de la curiosidad que les genera saber si tuve o no sexo con George, es algo que no pienso hablar con nadie.

Me concentro en mi trabajo, la división Europea, tenía más casos sin resolver que América, se me tomará todo el día leyendo estos casos, pero no me importa, no es que tuviera algo más interesante que hacer.

Hay un informe que llama especialmente mi atención, este proviene de Gran Bretaña.

..."La muerte del empresario Lucca Garivaldi es todo menos un misterio, se sabe perfectamente que los gota fueron los que idearon y perpetraron atroz crimen, el jefe de la organización criminal, George Tall, se quedó con dichas propiedades, manifestando que se las había comprado curiosamente un día antes, el poder que tienen es incalculable"...

Este George Tall no podía ser el mismo que yo conocí.

- Soy una idiota- me auto incrimino

Me recuesto en mi silla mientras agarro mi tabique.

Me lleno de recuerdos y revivo internamente la vez que me entregué a este criminal, no puedo pensar más en él, tengo que ser una buena agente y olvidarlo.

- Stone?- me interrumpe el mayor Thomas.

- ¿Sí?, lo siento mayor, estaba un poco cansada.

El mayor pone atención a la carpeta que tenía abierta y sabe perfectamente que es de Los gota.

- Hay reunión en cinco minutos- se retira

Cierro la carpeta y suspiro, genial el mayor debe estar pensando en que soy una agente obsesionada por mi verdugo.

No me emociona esta reunión, teniendo en cuenta que mis compañeros no han sido los más amables, pero debía asistir, entro a la sala de juntas y todos me observan atentos, busco la silla más alejada de la habitación.

- No deberías ocultarte - me dicen con voz baja

- Observó y encuentro a un hombre muy guapo, solo puedo sonreír, no lo había visto antes.

- Soy James Coll- me ofrece su mano

- Kathy Stone- sonrió

- No me diga que mis compañeros la han hecho sentir mal y por eso está aquí escondida.

- No me estoy escondiendo, no quiero llamar la atención es todo- respondo.

- Sé que los franceses pueden ser algo descorteses al principio, pero son buenas personas apenas los conoces-puntualiza

- Supongo entonces que no eres de aquí- le digo curiosa.

- Supone bien, soy de Londres- dice orgulloso.

Yo solo asiento y me fijo en la charla del mayor.

Poco más de una hora se da por terminada la reunión, todos comenzamos a ponernos de pie y seguir con nuestras labores.

- Stone!, a mi oficina - dice el mayor Thomas.

Todos me observan, era realmente un momento incómodo.

- Suerte- me susurra James

Me dirijo a la oficina del mayor, me pregunto qué pasaría.

Toco suavemente la puerta y este me indica que siga.

- Mayor, ¿Me necesita?- pregunto curiosa.

- Tome asiento Stone- me indica.

Hago lo que me dice y lo miro atenta.

- Tiene una cita en 15 minutos con el terapeuta de la organización, cuando nuestros agentes salen de misiones difíciles lo ideal es que visiten el terapeuta, supongo que no has tenido tiempo de visitar uno- me dice serio.

Yo me quedo anonadada con lo que acaba de decir, ahora cree que no superó a George porque me encontró la carpeta de los gota, ¿Será que tiene razón?.

- No creo que necesite una terapia, pero si es por protocolo lo haré- contestó.

- Perfecto, oficina P- 103 - me indica.

Yo asiento y salgo de ahí, como siempre mis nuevos compañeros nada simpáticos me ofrecen su mejor mirada, empiezo a aburrirme de esto, así que hago caso omiso.

Al llegar al lugar que me indican toco suavemente la puerta y para mi sorpresa James es quién abre la puerta.

- Stone, bienvenida - me dice efusivamente.

- Así que eres el psicólogo de la división Europea- le expreso.

- Así es, ven Siéntate- me ofrece el sofá.

¿Quiere algo de beber?

Yo solo niego con la cabeza y tomo asiento.

- Acabamos con esto de una vez- le digo directamente.

Él sonríe y saca un llamativo bolígrafo y comienza a escribir.

- Stone, ¿Cómo se ha sentido esta última semana?- me pregunta tranquilamente.

- Muy bien- respondo.

- ¿Ha tenido algún tipo de contacto con George Tall?- pregunta de nuevo

Yo me sorprendo con esto, ¿La división cree que me veo a escondidas con George?

- Por supuesto que no- expreso de manera contundente.

James deja de escribir y me observa atento, debo decir que en él veo un poco de preocupación.

- Stone, perdona nuestra manera de actuar frente a esta situación, solo que pensamos que esa misión marcó su vida de manera negativa- me expresa.

Pienso que obviamente esto marco mi vida, que por muy preparado que estés esto puede contigo, que tuviste tu primera experiencia sexual y que nunca se olvida, pero como decirle esto a la división y a un psicólogo que apenas conoces.

- Claro que marco mi vida, soy una novata que se dejó engatusar del criminal más peligroso de Inglaterra, que pensé que podría realizar la misión a cabalidad y estaba muy equivocada, me marco por el simple hecho de que no pude culminarla no por el motivo que todos aquí piensan, no me enamore de él, no podría enamorarme de un asesino- le expreso.

James no pierde la calma y parece comprender mis palabras.

- ¿Lo extrañas no es así?- me dice.

Me sorprendo por sus palabras, parece que no creyó nada de lo que le dije, creo que indirectamente acepte lo que todos piensan.

-¿Qué?- digo molesta.

- Stone lo que hablemos aquí, no sabrá nadie, puede estar tranquila- me dice en un tono dulce.

- La sección de hoy la doy por terminada James, gracias- le digo.

Me pongo de pie y me dispongo a salir de ahí.

- Stone, esta es mi tarjeta, estoy disponible 24/7- Sonríe

Agarro la tarjeta y salgo de la oficina.

Llego a mi oficina y suelto el aire que tenía retenido, trato de aclarar las ideas, pero siento como si mi vida fuera una montaña rusa de emociones, en este preciso momento no se que hacer con ella, sé que no amo a George, solo que la química sexual de ambos es única, solo he tenido esto con él, tal vez si experimento esto con alguien más se me quite esta sensación y mi vida vuelva a hacer la misma de antes.

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