Oslo

Abro mis ojos y me encuentro en mi pequeña cama, el olor a café y pan fresco hace que mis fosas nasales se abran hambrientas.

- Arriba hermana, ramona espera para ser ordeñada- dice mi hermano feliz.

-Ven aquí pequeño travieso- lo lleno de besos, sé que le molesta esos afectos en exceso.

Me levanto y bajo a la cocina, observó a mi madre correr de un lado a otro, preparándome con amor el desayuno.

- Mi Kathy, he preparado tu desayuno favorito, mermelada de frambuesa recién echa.

Me acerco a mamá y la huelo mientras le doy un beso, si ella tan solo supiera el amor que tengo por ella, parece irreal.

- Gracias ma- le sonrió y me dispongo a sentarme en la barra de la cocina.

- Debo decir que no te esperaba en otoño, ¿Está todo bien?

-Mamá, todo está bien, solo que tengo mucho trabajo y me ausentaré por un tiempo.

Mi madre me observa atenta.

- ¿Debo preocuparme por tu ausencia?- pregunta.

Mamá no puedo darle muchos detalles, solo quiero que sepas que me voy por un tiempo a una misión, traje un dinero que sin duda te ayudará unos meses y voy a llamarte cuando pueda, ok?

Mi madre asiente y se dispone a salir, sé que esto le afecta y se preocupa, la retengo con delicadeza y la abrazo.

- Todo estará bien mamá, es un logro profesional que me tiene feliz- Trato de tranquilizarla.

- Tienes de todo menos felicidad hija mía, solo quiero que sepas que sea lo que debas hacer, voy a esperarte en primavera y confío en que lo harás bien- Dicho esto, me da un beso y sale de la cocina, Orión se acerca a mí y se recuesta en mis piernas, lo subo en mis piernas.

A ti también te echaré de menos mi pequeño amigo- le digo.

Los tres días se pasan como un suspiro, ya organizaba mi maleta para estar de vuelta, mamá lloraba en silencio, mientras mi hermano se hacía amigo de Orión, antes de bajar las gradas me encuentro con la foto familiar, mi padre sonreía feliz, recuerdo que esa foto fue tomada el día en que compraron la granja, mi padre me tenía en brazos, éramos tan parecidos, tengo sus ojos, me enseñó todo lo del campo y agradezco a esto, porque gracias a ello pudieron pagar mi carrera, lástima que él no pudo ver en la agente que me estoy convirtiendo.

- Te espera el taxi- interrumpe mi pequeño hermano.

Me pongo a su altura y lo abrazo, serás un buen chico, nos veremos pronto.

Mi madre y Orión me esperan en la parte baja y puedo ver en los ojos de mi madre la tristeza de verme partir, la abrazo.

- Todo estará bien mamá, deséame suerte..

- Suerte hija mía, te amo, te amo mucho.

Cierro fuerte mis ojos y la abrazo más, Orión espera que también me despida de él, así que le acaricio su cabeza y salgo de mi casa con el corazón en la mano.

El viaje fue un poco más largo, estaba totalmente sola, apenas aterriza el Jet me llevan a la división, debía presentarme nuevamente ante el mayor Rodríguez.

-Stone, espero que haya descansado- me dice

- Sí mi mayor, mamá le manda mermelada de cerezas, es casera.

- Delicioso, es mi favorita, Stone, están ultimando detalles en Londres para su llegada, debe estudiar estos tres días que faltan, Tall es impenetrable, pero confío en que derribara eso, vuelva a su casa y estudie, métase en la piel de Tall.

Anderson interrumpe y entra sin ser invitada, es obvio lo que este par se trae.

- Mi mayor, un reporte de Tall- ¿Todo bien en la granja Stone?- me refuta.

- Sí Anderson, Ramona le manda saludos

-¿Quién diablos es Ramona?- Pregunta curiosa.

- La vaca- Le digo.

El mayor no puede contener la risa y esto molesta aún más a Melissa, me mira con ganas de darme una bofetada.

- Puede irse Stone, lleve esto con usted- me entrega la carpeta que traía Anderson y salgo rápidamente, busco a Dallas y no la encuentro así que decido irme.

Se sentía un frío intenso, el aire daba la bienvenida al invierno, subo a mi auto y me dirijo a mi apartamento, apenas llegó, la soledad se apodera de mí, Orión sin duda me hacía falta, hasta que veo a Dallas husmear algo en mi cocina.

- ¿Hola?, acaso me he equivocado de apartamento.

- Bienvenida, quería sorprenderla con una buena sopa de espinaca, pero déjame decirle que en esta cocina no hay más que sobras.

Me acerco a Dallas y la abrazo, me hace feliz verle.

-Bueno debo decir que no soy buena haciendo remesa, prefiero la comida de afuera- le refutó y ella sonríe.

- ¿Trajiste lo que te pedí?- pregunta ansiosa.

- Mermelada de frutos rojos, aquí tienes.

Los ojos de Dallas se iluminan, debo decir que mi madre es famosa por sus deliciosas mermeladas, inmediatamente Dallas agarra una cuchara y se sienta a degustar de ella, me dirijo a mi habitación, busco mi camisón favorito y descalzo mis pies, recojo mi cabello con una moña alta y por fin me siento libre, acompaño a Dallas en el sofá..

-No existe algo más delicioso que esto, deberían crear una empresa de mermeladas- dice con la boca llena.

- Jajaja, tal vez, gracias por estar aquí, sin duda me hubiese sentido sola.

-No eres la única que tiene días libres, soy merecedora de unos también.

- No entiendo, ¿A dónde vas?- pregunto curiosa.

- Iré contigo a la misión, claro que estaré tras bambalinas.

Me emocionó al escuchar estas palabras, sé que tengo quien me cuide las espaldas, pero saber que Dallas está ahí para mí me reconforta- sonrió feliz.

-Vamos a estudiar, me quedaré contigo esta noche, conocerás más a Tall que él mismo.

Estudio en compañía de Dallas mientras comemos pizza.

- Puede creer que Tall es soltero, es imposible- lo dice asombrada.

- Jajaja, Dallas las cosas que dices, debe estar soltero, pero una fila de mujeres sin duda.

- Tampoco hijos, ¿Crees que espera la mujer de sus sueños?

- No creo que crea en esas tonterías, aquí dice que su hermano es su mano derecha y hombre de confianza, Río Tall.

-No sabía que tenía un hermano, esto es nuevo- dice intrigada Dallas.

- Cómo entrar en la vida de Tall, es lo más inquietante para mí, tal vez pase desapercibida para él.

- Eres hermosa, vas a llamar su atención, lo aseguro, tienes el cielo en tus ojos- me anima Dallas.

Terminaba de organizar mi equipaje, llevaba lo necesario, no puedo llevar nada personal, siento muchísimo esto, dejó mi teléfono y me marchó sin mirar atrás.

Todos nos encontrábamos en el hangar, el mayor trataba de alivianar los ánimos, era evidente los nervios de todos allí.

Subimos al Jet y embarcamos el viaje, esperando volver de nuevo.

El viaje trascurre con normalidad, aterrizamos y me llevan a una pequeña casa al norte de Londres, sería mi hogar por varios meses, debo decir que el vecindario era precario, ahora era Kathy Oslo, aquí dejaba a Kathy Stone, moriría por unos meses.

Todo era cálido, pero pequeño, tenía un teléfono que solo podía utilizar en caso de emergencia, así que busco un escondite para el, organizo mis pocas cosas y espero las indicaciones.

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