En brazos de morfeo

No entiendo, ¿Qué respuestas?- le aseveró

Me lleva hacia un sofá y cierra la puerta, se pone al frente mío y me observa atento.

Un hombre entra y le entrega una carpeta, supongo que son mi maravillosa y poca emocionante hoja de vida, comienza a leer y me observa.

- ¿Dónde murieron tus padres?- pregunta

- No lo sé- respondo

Ellos murieron cuando era pequeña, desconozco mi origen- agrego.

Él se levanta y me rodea, siento un escalofrío, siento como si en cualquier momento me fuera a cortar la cabeza, pero permanezco quieta.

- ¿Tienes hambre?- me pregunta al oído, debo decir que me sorprende sobremanera esa pregunta.

-No, solo quiero irme a mi casa, ¿Puedo irme?- pregunto.

- No, aún no voy a dejarte ir- insiste

- ¿Quién es usted?, ¿Qué hice mal?

- Ponte cómoda Kathy, hoy no saldrás de aquí- me afirma.

Sale del lugar y siento como suena el pasador, me levanto ansiosa, pero recuerdo que podía haber cámaras y estudiar mi comportamiento, así que me siento y guardo la calma, apague mi micrófono es lo último que recuerdo y pienso en lo preocupados que pueden estar en la división, me recuesto en posición fetal en el sofá hasta quedar profundamente dormida.

Cuando abro mis ojos, despierto en una cama gigante, no recuerdo en qué momento fui trasladada aquí, me asusto y me levanto rápidamente de ahí, una empleada entra y al verme baja la mirada.

- ¿### Hola?- le digo, pero ella solo asiente y me deja una bandeja con comida, sale rápidamente, me acerco y podía olfatear ese delicioso olor, no sabía en qué momento tenía tanta hambre, así que doy un mordisco a los croissants que estaban recién horneados, sabían a gloria, sentía como se derretía en mi boca, la puerta se abre y entra Tall, estaba con ropa deportiva, podía jurar que venía del GYM, de quita la camisa sin pudor y sin dejar de mirarme.

- ¿Has dormido bien?- pregunta.

- ¿Qué hago aquí?- lo digo con mi boca llena.

El alza una ceja y agarra de la charola algo de fruta.

- El sofá puede ser incómodo- dice tranquilamente, mientras come.

- Quiero irme a mi casa, necesito ducharme, no entiendo que quiere de mí.

- Tall me echa un último vistazo y me sonríe.

Vamos a ducharnos juntos- me extiende la mano.

Casi me atragantó con esta afirmación.

- Claro que no, solo déjeme ir, me levanto y me dirijo hacia la puerta intento abrirla, pero el seguro estaba por fuera.

- Es inútil, es imposible que salgas de aquí sin mi consentimiento- dice.

Le doy una mirada fulminante y me siento a metros de él.

Este suspira y se levanta, me agarra fuerte del brazo y me lleva hacia el baño, trato con todas mis fuerzas de negarme rotundamente, cierra la puerta y comienza a preparar el jacuzzi, le adiciona una variedad de aceites yo me quedo anonadada con este comportamiento.

- Quítate la ropa, ya casi está el baño- me ordena.

- No, no vas a verme desnuda- le aclaro

Este se carcajea, al parecer le Parezco graciosa, se desnuda frente a mí sin quitar su mirada, yo no puedo evitar la mirada a su miembro, grueso y grande, jamás en mi vida había visto algo semejante, instintivamente desvío la mirada y le doy la espalda, no sé en qué momento mi garganta se secó, no era capaz de modular palabra alguna, siento el calor en mis mejillas.

- ¿Vas a entrar?- me pregunta.

- Dije que no, así que me dirijo a la puerta y salgo de ahí, empiezo a tratar de abrir la puerta de la habitación y seguía con el seguro, golpeó duro la puerta queriendo salir desesperadamente, siento unos brazos agarrarme fuerte y subirme en los hombros, desde mi punto de vista puedo ver su trasero.

- ¡Puedo caminar!, bájame de aquí.

Pero este parecía ignorarme totalmente, en un movimiento rápido me desnuda totalmente, a pesar de que di la pelea y evitarlo, me lleva hasta el jacuzzi y se sumerge allí conmigo.

Trato de levantarme, puedo decir que nadie me había visto desnuda, siento una vergüenza intensa, pero Tall parece disfrutar de mi rabia.

- Solo es un baño, no exageres- dice tranquilamente.

- Siempre es así, ¿Obligas a las mujeres a tener sexo?- le grito.

- Debo decir que las mujeres se me ofrecen en bandeja, eres la única que se opone rotundamente.

Me salgo del jacuzzi y busco el camisón de pijama, no encontraba mis bragas por ninguna parte, así que prácticamente seguía desnuda, lo miro fulminante y salgo de nuevo a la cama.

Me recuesto en posición fetal y espero hasta que Tall salga del Jacuzzi, sale con la tranquilidad del caso, seguía desnudo mientras se secaba un poco los brazos, ignoro ese cuerpo, cierro mis ojos con fuerza.

- No secaste tu cabello, debes tener frío- dice.

Lo ignoro totalmente y cambió de posición en la cama, George se mete en las sábanas y me atrae hacia él, huele mi cabello.

- Trata de descansar- dice con voz cansada.

Parece que seguí su orden al pie de la letra, porque cuando abro mis ojos estaba aferrada a este hombre, me sobresalto y él me hala de nuevo a su pecho, ahora todo estaba oscuro, ¿Cuántas horas dormí?, me pregunto internamente.

- Es tarde, debo volver mi perro me espera- miento.

-Pequeña mentirosa no tienes un maldito perro- responde.

Lo miro sorprendida, claro ya tuvo que revolcar toda mi casa, mi corazón trabaja a mil por hora, supongo que no encontraron mi laptop ni mi arma, estaría muerta.

- ¿Acaso me estás espiando? - le digo molesta.

- ¿Algún problema con eso?- responde.

- ¿Con qué derecho haces tal cosa?, no me conoce y desconfía de mí, ¿acaso quien es usted?.

Tall bostezaba parecía ignorar mis preguntas, su manera despreocupada de responder, me sacaba de quicio.

- No importa quien sea yo, ven aquí y sigamos durmiendo.

- Acaso estás perdiendo la cabeza, somos dos completos desconocidos, me tiene aquí en contra de mi voluntad, buscas no sé que cosas en mi casa y actúas normal, que se supone que haga aquí, si es sexo lo que desea, tómame y déjame en paz- le digo, lágrimas salen de mis ojos con frustración, no saber que intenciones tiene conmigo me hace sentir una estúpida.

Tall me observa atento, se levanta y se acerca a mí, limpia mis lágrimas con su enorme pulgar.

- Odio que una mujer llore, tranquila voy a llevarte de nuevo a tu casa.

Me sorprendo al escuchar estas palabras, mi cara tuvo que cambiar un poco, ya que Tall me mira atento.

- ¿De verdad?- le pregunto incrédula.

Tall da media vuelta y se dirige a su gran vestidor, en cuestión de minutos sale con ropa casual, no puedo evitar dejar de observarlo, era realmente guapo.

- ¿Estás lista?- pregunta.

Yo asiento en aprobación, este me sube a sus hombros, no traía zapatos, mi trasero queda expuesto en el aire, este aprovecha y me da una nalgada.

- No vuelvas a perder de vista la ropa interior, Odiaría que mis hombres te miren con morbo, a la próxima sé más lista.

¡- No creo que haya una próxima vez, bájame ahora mismo!!- le ordenó

Este se ríe y salimos del cuarto, varios hombres nos miran curiosos.

- Al que se atreva a mirarle el trasero es hombre muerto- les grita.

- ¿Qué haces con ella hermano?- le reclama Río quien nos lo encontramos de camino.

George me baja y me cubre con su cuerpo.

- No es asunto tuyo Río- le aseveró.

-Está chica estuvo ayer conmigo, veo que ya la metiste a tu habitación- le dice desafiante

Intento defenderme, pero George toma la delantera.

- Adiós Río- me conduce hasta la salida y sube conmigo a la camioneta..

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