Contradictorio.

En cuanto amanece el día siguiente ya me siento mejor. Los medicamentos y la dieta que me dio Eloá me ayudaron mucho. Voy a tomar el sol en el jardín, me sentará bien.

Karen me ayuda para que no me esfuerce demasiado. Sigo sin encontrarme del todo bien, en cuanto llegamos al jardín veo que uno de los árboles se mueve mucho.

Como no corre viento hacia ella, le pido a Karen que me lleve y veo que es una Pereira que está con muchos frutos maduros.

En cuanto nos acercamos veo quién está en el árbol y sigo sin creerme a esta chica trepando tan alto sólo para coger algo de fruta.

Miro hacia arriba y digo: ¡Baja de ahí ahora mismo! ¿Te estás volviendo loco? Mira qué alto es este árbol, ¡la última vez que te vi en un árbol te caíste encima de mí!

-Eloá- Quiero hacer unos postres y necesito muchas pérdidas. Estoy acostumbrada a trepar a los árboles desde que era pequeña. Caerse forma parte de la vida Gael, depende de nosotros tener la fuerza para levantarnos.

Crees que tienes siete vidas, ¡debes tenerlas! Baje de ahí, le pediré a un miembro del personal que se lo traiga. ¿Qué quieres? ¿Una palangana, una cuba de peras?

Deja que un empleado de la mansión te lo traiga, no hay necesidad de que te subas a este árbol tan alto, además del riesgo de perder la vida rompiéndote el cuello al caer.

-Eloá- Otro empleado podría subir aquí, tal vez caerse y romperse el cuello, perder la vida. ¿Pero yo no? ¿Cuál es la diferencia entre él y yo? Así que si él puede arriesgar su vida y subir hasta aquí, ¡yo también puedo! Yo no cambio mi vida por la de nadie y si ya estoy aquí arriba me dan la fruta, ¡sólo hay que balancearse un poco más y bajará la cantidad que necesito!

Se balancea de nuevo para balancear el árbol y la fruta cae, mucha fruta cae desde allí arriba y para mi disgusto casi se cae ella también.

Acabo empujando la silla hacia delante, sin prestar mucha atención a lo que estaba haciendo y acabo cayendo al suelo.

Eloa bajó rápidamente preocupada por mí y se arrodilló a mi lado poniéndome las manos en la cara preguntándome si estaba bien. La miré enfadado y le dije;

¡Es culpa tuya! ¡Si hubieras hecho lo que te pedí no estaría en el suelo ahora mismo! Miro a Karen y le digo: "Ayúdame a levantarme, quiero volver a mi habitación". No debería haberme ido de allí.

-Eloá- Gael, tu vida y tu alma tiene tanta tormenta que acaba creando un torbellino a tu alrededor alejando a todos de ti haciéndote caer en la inmensidad de la oscuridad. Mi consejo es: siempre hay un hermoso arco iris después de cada tormenta, tal vez ha llegado el momento de que aparezca el tuyo.

Eloá me dice estas cosas mientras ayuda a Karen a recolocarme en la silla y yo me limito a mirarla y a escuchar atentamente. Y una vez más la palabra arco iris entra en mi vida.

Estoy creando un conjunto de joyas con ese nombre, he visto un arco iris con él aparecer en el cielo y luego deshacerse y ahora lo vuelve a sacar.

Empiezo a pensar que es hora de que mi pena vaya.... ¿Es realmente hora de que mi vida vuelva a la normalidad? ¿Estoy en lo cierto?

Miro a Karen y le pido que me lleve a mi habitación mientras Eloá está allí recogiendo peras del suelo. ¿Qué hará con esas frutas?

Ya en mi habitación decido llamar a su tía, para saber si la historia que me ha contado es cierta. Suena el teléfono y al segundo timbrazo ella contesta y para no perder tiempo voy directo al grano;

"¿Mariah, te llamo para saber si Eloá durmió en tu casa hace dos noches? Sé directo, tengo cosas que hacer".

-Mariah- "¡Mi querido sobrino! Estoy esperando tu visita y la de mi ingrata sobrina, ¿cuándo vendrás? ¡La última vez que vi a Eloá fue en tu fiesta de bodas!".

"¿Sólo la viste en la boda?"_ confirma Mariah y yo cuelgo inmediatamente después. ¿Me mintió Eloá?

Miro el teléfono en mis manos sin creer que la misma criatura que se subía a un árbol para recoger fruta, me mienta y ¡hasta involucre a su madre!

Respiro hondo, voy a la puerta de mi habitación y la cierro, voy al baño y cambio la silla de ruedas. Me quito la ropa con cierta dificultad y me meto en el box, abro la ducha y dejo que el agua caiga sobre mi cabeza.

Porque me ayuda a pensar mejor. En este mismo momento hay una guerra interna dentro de mí, ya que mi inteligencia se niega a creer que esa chica que acabo de ver fuera, en lo alto de un árbol, intentando coger fruta madura para hacer postres en la cocina sea la misma mujer que describe su tía.

Mi inteligencia lucha contra mis emociones.... ¿Estoy sintiendo celos?

¿Cómo puedo sentir celos de una persona a la que apenas conozco y en la que no confío? Lo único que puedo hacer en este momento es dejar que mi inteligencia domine mis emociones.

Voy a darle a Eloá la oportunidad de demostrar que no es lo que yo creía que era en cuanto me metí en este matrimonio. ¡Espero que sea quien dice ser! Sinceramente, no quiero decepcionarla.

Termino mi ducha y tomo otra decisión, ¡voy a hacer la fisioterapia! Necesito volver a caminar y recuperar mi vida. En pensamientos hablo con Nara;

"¡Amor, siempre te amaré! Pero necesito encarrilar mi vida.... Siempre has sido una mujer tan amable. Creo que quieres verme bien y haciendo todas las cosas que deberías estar haciendo".

Salgo de la ducha y decido seguir trabajando en el escenógrafo de joyas. Voy a recuperar mi vida y dejar de autocompadecerme. Espero que el mundo esté preparado para mí.

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