Chantaje emocional.

Llevo aquí unos días y veo que lo mío va mejor, no quiero quedarme aquí mucho tiempo. Tengo una vida que vivir y parece que tendré que buscar otro trabajo, pues en el tiempo que llevo aquí mi puesto en el puesto de verduras probablemente ya lo haya ocupado otra persona.

El tiempo que llevo aquí me he dado cuenta de que mi primo trabaja mucho. Se levanta temprano y siempre vuelve a casa después de las 9 de la noche.

Cuando no estoy en la cocina, estoy en el jardín de casa. Es el único lugar que me recuerda de donde vengo, el campo. Hay modernización, pero también una naturaleza maravillosa a nuestro alrededor.

Casi nadie enferma durante mucho tiempo allí. Siempre tenemos nuestros remedios caseros. Incluso hice un jarabe con algunas hierbas que encontré en el jardín, pero mi tía Mariah prefiere los remedios de laboratorio.

Tengo que decirle que tengo un hogar al que volver. Sé que disfruta de mi compañía, se empeña en decírmelo varias veces al día.

Preparo nuestro almuerzo y ella viene y se sienta a mi lado diciendo;

-Mariah- Sobrina mía, ¡qué mesa más bonita! ¡No puedo esperar a probar cada cosita que has hecho! Hacía mucho tiempo que no comía tan bien.

¡Tía, tenemos que hablar sobre mi vuelta a casa! ¡Tengo una vida y un hogar esperándome allí! Sé que mi vecina cuida de mi jardín, también cuida de mi casa... Pero no he venido aquí a vivir para siempre.

-Mariah- "¡No puedo creer que este patán inútil, tenga la oportunidad de vivir en el lujo y la comodidad, pero esté deseando volver a esa vida de miseria!". Pienso mientras la miro fingiendo estar triste y digo; Sobrina mía, todavía no estoy en mi mejor forma. Pero sé que tienes una vida y quieres vivirla.

No es que la tía... Es que veo que estás mejor y ya no dependes de mí. Tengo la conciencia tranquila... Pero si quieres que me quede un par de días más, creo que puedo quedarme.

-¡Mariah! ¡Perfecto! Me sentiré mejor para entonces. ¡Ahora a comer porque seguro que todo está delicioso!

Comemos y hablamos de cómo van las cosas por el campo y acabo recordando que desde que llegué no he ido a una iglesia. Tía, ¿podrías pedirle a tu chófer que me lleve a una iglesia?

-Mariah- Sobrina mía, ¡ya no necesitas sentarte en un banco durante horas y horas escuchando a un pervertido íncubo que te dice lo que puedes y no puedes hacer con tu vida! ¡Eva ya no está aquí para obligarte a ir a una iglesia!

¡Te equivocas, tía Mariah! ¡Escucho al pastor contar la vida de alguien que murió por nosotros en una cruz cuando estaba claro que no estaba obligado a hacerlo! Y la tía Eva nunca me ha obligado a hacer nada, ¡siempre he ido a la iglesia porque me siento completa en presencia de Dios!

Si el conductor no puede llevarme, no hay problema. Puedo ir con mis propias piernas... Me levanto y empiezo a quitar la mesa y mi tía, nerviosa, dice;

-Mariah- ¡Ángel mío, no quise decir que no se la llevaría! Pero yo pensaba que sólo iba a la iglesia para complacer a Eva, que siempre ha sido una devota enfermiza de la iglesia. Pero el conductor puede llevarte, ¡sí!

Miro a mi tía y me entran ganas de defender a mi tía Eva, ¡pero quiero evitar peleas innecesarias!

Al caer la noche, cojo mi vestido más bonito y me lo pongo, me calzo unas zapatillas cómodas y en mi Biblia, bien guardada, cojo el collar que era de mi madre. Es un cordón de oro con un colgante.

Es cordón de oro con un colgante de jesús en la cruz. Fue lo único que gané de mi madre y puedo llevarlo conmigo toda la vida. Al terminar bajo y mi tía Mariah se queda helada mientras me mira el cuello y dice con dificultad;

-Mariah- Eso... ¡Era de Louise! ¿Llevas el cordón que mi madre le dio a mi hermana?

La tía Eva dijo que lo tuve en la mano cuando era un bebé y mi madre dijo que iba a ser mío. Lo llevo sólo a la iglesia, cuando no lo llevo lo dejo en mi Biblia. Este collar es muy importante para mí.

Veo que se le empañan los ojos, tía..._ aparta la vista de mi collar y dice;

-Mariah- Creo que es mejor que te vayas... ¡O llegarás tarde al servicio!

Se da la vuelta y se dirige a su despacho, y yo la sigo hasta la iglesia. Fue una noche bendita, pero algo que me dijo una hermana me dejó un poco pensativo... Me dijo;

-Hermana de la Iglesia- "Hermana, Dios me ha pedido que te hable de que incluso la rosa más graciosa tiene sus espinas, pero puedes cogerla de una manera que no le haga daño. También dijo que siempre han entrado serpientes en el nido, pero que no te preocuparas porque Él te protegerá".

Como todo lo que Dios hace está cubierto de misterio, ¡confiaré en Él! Vuelvo a casa y duermo perfectamente. Vuelvo a levantarme temprano y voy a la cocina a preparar el desayuno.

Cuando todo está listo, las chicas de la cocina me ayudan a poner la mesa. Oigo un llanto y sigo el sonido hasta el despacho de casa y allí está mi tía llorando y dice por teléfono;

-Mariah- ¡Pero no puedo hacer esto! Ella es muy importante para mí.... ¡Esto no es justo!

Mi tía cuelga y llora mucho... Entro y digo: ¡Tía, no sé lo que pasa, pero estoy aquí a tu lado!

-Mariah- Mi querida sobrina. No sabes el mal que se ha instalado aquí... Hay un hombre muy malo, que amenaza con quitarnos todo lo que tenemos. ¡No nos dejará en la ruina si cumplimos una condición!

Mi tía vuelve a llorar... Tía, ¿cuál es la condición?

-Mariah- ¡Exige que encuentre una chica virgen en mi familia para casarme! ¡Y tu prima desgraciadamente ya no es virgen!

Mi tía llora fuerte esta vez, y me pongo la mano en la boca y en el corazón.... ¡Qué sinvergüenza! ¿Cómo puede hacerle esto a una mujer?

-Mariah- ¡Tengo hasta esta noche para encontrarle una novia virgen! Por la mañana estaremos en la calle, sin dinero, sin casa y sin compañía.

Me siento, no puedo entender... ¿Qué hizo que este hombre le hiciera esto a mi tía?

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