¿Casarse con un desconocido?

Mi tía está desesperada, pero al mismo tiempo me pregunto cómo ha llegado a esta situación.

Tía, ¿qué te ha llevado a algo tan drástico de este hombre?_ ¿Le has ofendido gravemente?

-Mariah- ¡No, Eloah! ¿Era un viejo contrato que tenía con mi difunto marido y ahora me lo dejan a mí? En este contrato está escrito que puede quedarse con todos los bienes si no le arreglamos un matrimonio con una virgen.

¡Esto es absurdo! Sólo tienes hasta esta noche para hacer esto... ¿No puede darte más tiempo?

-Mariah- ¡No, Eloah! Es un hombre terrible, la maldad de la tierra... Mi querida sobrina, no conozco a nadie que pueda ayudarme. Tu prima se entregó a un amor cuando aún era joven, dijo que si pudiera volver atrás se casaría sin pensárselo dos veces.

¡Tía Mariah, no puedo hacer algo así! Va en contra de mis principios, ¡y no podría acostarme con un hombre al que no conozco y al que ni siquiera he visto en mi vida! ¡Y mucho menos casarse!

-Mariah- ¡Tienes razón, sobrina mía! ¡No puedo cargarte con esta responsabilidad! Creo que voy a ver qué puedo meter en la maleta, aún no sé adónde vamos. Pero estoy seguro de que Dios tiene un plan mejor para nosotros.

Miro a mi tía, que está apoyada en la mesa y llora. ¿Qué haría una persona en una situación así en mi lugar?

Tía... ¡Necesito rezar! Habla con Dios, para pedirle orientación, te prometo que te daré una respuesta más tarde.

-Mariah- Si aceptas, salvarás a nuestra pequeña familia de la pobreza. Estamos acostumbrados a la vida que llevamos, sobrina mía. Pero eso no es lo que importa, ¡estamos siendo coaccionados y sólo usted puede ayudarnos!

Que me diga esto sólo aumenta la responsabilidad sobre mis hombros. Me voy a mi habitación y me arrodillo para rezar y pedir a Dios que me guíe en estos momentos difíciles.

Pero cuando cierro los ojos en mis oraciones veo a alguien que sufre, solo, en la oscuridad. ¿Qué quieres decirme con esto?

No entiendo Padre, ¿debo o no casarme con un extraño para ayudar a mi familia? Oigo que alguien llama a mi puerta y cuando abro veo que es uno de los empleados de la casa que me dice

-Sirvienta- ¡Señorita, se ha desmayado en el salón! ¡Ven rápido!

Bajo las escaleras prácticamente corriendo y cuando llego al salón veo a los empleados colocando a mi tía en el sofá. Al acercarme veo que está un poco pálida y al mismo tiempo oigo que alguien dice que ya viene su médico.

Pronto llega un hombre vestido de médico, pero algo en él no concuerda con la profesión. Señor, ¿puede decirme qué le ha pasado a mi tía? No me contesta, sólo le toma el pulso y usa algo para despertarla.

Mi tía se despierta y mira a su alrededor, cuando clava sus ojos en mí se pone nerviosa y le dice al médico;

-Mariah- No le has dicho a mi sobrina acerca de mi condición ... ¡No quiero que lo sepa!

-Richard- Sra. Sugg, ¡hay cosas que no es bueno ocultar a la familia! Especialmente tu condición cardíaca. ¡Las personas que tienen un soplo cardíaco no pueden tener emociones o disgustos que las lleven al límite de su esfuerzo físico y emocional! ¡Todo lleva a un callejón sin salida!

Tía Mariah, ¿por qué no me dijiste la verdad? No debería haberla hecho esperar tanto.

¡Tía Mariah, acepto! ¡Por nuestra familia, haré este sacrificio! Dios está conmigo y estoy segura de que si esto está en sus planes, es porque hay algo bueno para mí más adelante.

-Mariah- ¡Tengo la mejor sobrina del mundo! Miro a Eric, que me sonríe: "Ya lo hemos arreglado todo, va a decirle cuando esté en la mansión que el doctor Richard es su hermano gemelo. Miro a Eloá y veo que está nerviosa, pero no me importa.

Tras aceptar la locura de casarme con un desconocido, acabo recibiendo la otra noticia que no me hace demasiada gracia.... La boda se celebrará dentro de unos días.

No conozco al hombre, no sé quién es. Y lo que hace para ganarse la vida... Me caso con un extraño, sin amor, sin afecto, sólo para salvar a mi familia.

He estado yendo a la iglesia todos los días, rezo y le pido a Dios que me dé fuerzas para lo que voy a hacer. Acabo descubriendo que detrás de la iglesia a la que asisto hay un enorme árbol frutal.

Me acerco a ver qué fruta es, y me encuentro con un manzano, hay algunas manzanas, pero no llego y decido subir a coger algunas y hacer una tarta.

Sigo arrancando las manzanas y tirándolas a la hierba, oigo la voz de alguien que dice algo. Pero no puedo ver quién es. Sigo recogiendo algunas manzanas, hasta que oigo de nuevo la voz que me dice que voy a perder el equilibrio y caerme desde aquí arriba.

Cuando intento ver quién es, acabo resbalando y cayéndome. No es muy alto, pero sé que puedo hacerme daño si golpeo una roca.

Pero no es sobre una roca que caigo y al mismo tiempo que mi cuerpo cae al impactar con otro cuerpo, algo se desploma y nos lleva al suelo.

Al abrir los ojos veo que un hombre me está abrazando, estamos caídos en el suelo y hay una silla de ruedas volcada también, el hombre parece muy enfadado y se vuelve hacia mí mientras me dice;

-Gael- ¿Por qué te has subido al manzano de la iglesia para robar manzanas? ¿No tienes dinero para comprar algunas en el mercado?

Todavía estoy conmocionado y sorprendido de que el hombre que me salvó de hacerme daño esté en una silla de ruedas. Debía enfadarme por la forma en que me habla y por haberme juzgado mal.

Como el manzano está aquí y al pastor no le importa que recojan un poco, lo que me sorprende es el hecho de que él, incluso en silla de ruedas, se arriesgara para salvarme.

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