Bailando bajo la Lluvia.

Estoy demasiado cansado, hoy ha sido un día tenso. Una de las empleadas decidió humillarme y gritarme sólo por el hecho de que chocó conmigo a propósito.

Exigió una disculpa en voz alta y yo le dije tranquilamente que no me disculparía por algo que no había hecho, ya que tenía la cabeza gacha porque estaba limpiando el suelo.

Cuando llego a la joyería a trabajar me doy cuenta de que Bart está un poco alterado y le pregunto qué ha pasado y me dice;

-Bart- Irina fue despedida ayer... Dijeron que no era apta para formar parte del personal de la joyería. Me siento fatal por ella.

En ese momento recuerdo mi discusión de ayer con Irina y por un momento pienso: "¿La han despedido por mi culpa?_ ¿O me van a despedir a mí también?".

Pero salgo de mis pensamientos cuando recuerdo que tengo que trabajar.

Llega el día de pago y no puedo creer la suerte que tengo, Gael no se ha metido conmigo y confieso que ha estado un poco más amable. Karen me dijo en secreto que le encanta mi comida.

Así que, aunque estoy cansada, llego a la mansión y voy directa a la cocina. Me gusta cocinar, me da paz. Y es algo que aprendí de la tía Eva, que en paz descanse.

Hoy es un día lluvioso aquí en la ciudad, pero para mí es un día perfecto, ya que podré enviar a Gert el dinero que le prometí.

Quiero oírla feliz porque está cambiando la vida de sus hijos. De vuelta a la mansión veo que está lloviendo y no me puedo resistir, voy a la puerta de la mansión y le doy mi bolso a Karen que está allí de pie y vuelvo al centro del patio a bailar bajo la lluvia.... Estoy muy contenta.

_Gael está dentro de casa, hoy ha vuelto pronto porque le dolía la cabeza y estaba irritable._

Oigo cantar a alguien y veo que la puerta de entrada de la mansión está abierta, Karen está de pie justo delante de la puerta de la mansión.

En la parte que es el balcón, me dirijo a ella y le digo; Karen, ¿por qué está abierta esta puerta? ¿no ves que está lloviendo? y ella me dice;

-Karen- ¡Puede que esté lloviendo, pero esta es la escena más mona que he visto nunca!

Al acercarme veo a Eloá bailando bajo la lluvia, gira las manos en el aire, baila descalza, sonriendo. ¡Esta loca está mojada de pies a cabeza!

No tiene ni una mancha seca, no puedo creer lo que estoy viendo y le digo: ¿por casualidad quieres enfermar? No deberías hacer eso, ¡ya no eres un niño! Y me dice alegremente;

-Eloah- ¡Deja de ser gruñón y aburrido! Todos tenemos un niño interior que necesita salir a jugar de vez en cuando. Ven, Gael... ¿Bailar conmigo?

Eloa viene hacia mí y se lleva la silla de ruedas al centro del patio y yo protesto; ¡te debes estar volviendo loco! Llévame de vuelta, Eloa.

Me estoy mojando completamente, igual que tú... No tengo tu edad, Eloa.

Pero ella me ignora y baila alrededor de la silla de ruedas, veo su vestido arremolinarse aún más cargado de agua de lluvia. Veo sus manos jugar graciosamente con las gotas que caen del cielo.

Baila, salta, juega. Encontró un charco de agua y empezó a dar golpecitos en él, en ese momento empecé a mirarla con otros ojos.

Sólo veo a una chica dulce que desea tanto ser feliz, es sencilla, dulce, divertida. Acaba cayendo al suelo al resbalar en la hierba e involuntariamente empiezo a reírme.

Es una risa que no puedo controlar, en ese momento miro al balcón y mis colaboradores están encantados. Saben que la última vez que me reí así fue cuando Nara aún vivía.

Y aún con este triste recuerdo en mi mente, no puedo parar de reír y miro a Eloá que un poco avergonzada me dice;

-Eloá- ¡No tiene gracia, Gael! ¡No te rías de una dama cuando está en el suelo! Pero como decía mi tía Eva, no puede pasar del suelo. "¿De verdad se está riendo? Vaya, es tan mono y sexy cuando se ríe. Ojalá pudiera verle así más a menudo". Pienso mientras me levanto del suelo y me limpio las manos viéndole reír.

¿Dónde ves a una dama? ¡Veo a una niña mayor a la que le gusta jugar bajo la lluvia! Ella pisa fuerte la lluvia que me salpica y yo digo: ¡Muy infantil! Y uno de los empleados de la casa me trae globos de agua y me pregunto;

Pero si es la guerra, ¡vale la pena! Cojo algunos globos y ella dice;

-Eloá- ¡Oye, no estoy preparado para esto! ¡No puedes hacer esto, es juego sucio!

¡Estamos bajo la lluvia para mojarnos, Baby! Y lanzo el primer globo de agua que golpea su brazo. Terminé todos los globos mientras Eloá corría alrededor de la silla de ruedas y eso me hace darme cuenta de algo Ha dejado de llover y tenemos un arco iris delante. Se acerca entusiasmada y dice;

-Eloá- ¡Vamos Gael, pide un deseo mirando al arco iris! Mi tía Eva solía decir que si pedimos un deseo cuando el arco iris aún se está formando, se hará realidad.

Pero, ¿eso no es para las estrellas fugaces? Siempre he oído decir que hay que pedir un deseo para las estrellas fugaces, y no existe tal cosa.

-Eloá- ¡No importa, es la fe la que te permite sorprenderte! Pruébalo... ¡Y luego me cuentas si, por casualidad, se hace realidad! ¡Voy a intentarlo!

Miro el arco iris y hago esa petición... Quiero que mi colección Rainbow se venda a un precio más alto que mi última joya exclusiva.

Miro a Eloá y le pregunto: ¿tú también has pedido un deseo?_ Si es así, ¿puedes decírmelo?

-Eloá- Sí lo hice... Pero cuando se haga realidad, serás el primero en saberlo.

Nos quedamos allí mojados mirando el arco iris hasta que desapareció y nos fuimos cada uno a nuestra habitación a ducharnos y quitarnos la ropa mojada.

Estoy realmente sorprendida de mí misma por permitirme disfrutar de la manera en que lo hice. Y por eso, ¡Eloá!

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