La boda.

Ha llegado el día de la boda, no me puedo creer que me vaya a casar y en todos estos días no haya visto al novio. No sé quién es, ni siquiera sé qué aspecto tiene, y mucho menos cuántos años tiene.

Lo único que sé es que me voy a casar con Gael Owens. Mi tía, sabiendo que madrugo, ya ha empezado los preparativos del día de la novia obligándome a estar casi 40 minutos dentro de una bañera de hidromasaje.

Que tenía en su interior pétalos de rosa entre otras cosas que ella añadía haciendo el baño demasiado perfumado. Luego me hizo hacerme un tratamiento para la piel y tardó como una hora.

Luego me maquillaron, me hicieron las uñas y me peinaron. Me obligaron a quedarme quieta durante 2 horas enteras. Al final la boda ni siquiera había empezado y yo ya estaba agotada.

Pensé que el vestido sería fácil, por cómo me lo probé. Pero mi tía me hizo llevar un corsé y eso ya me dejó sin aliento.

Miro a mi tía mientras me lo aprieta un poco más y le digo; ¿de verdad crees que es necesario llevar esto?

-Mariah- Eloah, sé que tienes un cuerpo perfecto sobrina mía, pero esto de aquí hará más evidentes tus curvas. Serás la novia más hermosa que haya visto.

Cuando por fin me llegó el vestido al cuerpo, me di cuenta de que mi tía lo había modificado en la cintura debido al corsé. Tía esto es demasiado, ¡y aún no he desayunado!

-Mariah- ¡Pero no puedes comer! Sólo en tu fiesta posterior podrás comer algo. Y no te preocupes, nos quitaremos el corsé antes de eso.

Esta boda ni siquiera ha empezado y ya quiero rendirme. Después de arreglarme me siento para ponerme el velo, cuando me ponen el espejo delante intento reconocer a la mujer allí reflejada.

Hay mucho maquillaje... Pero he oído a uno de los maquilladores decir que forma parte de la novia tener un maquillaje llamativo.

Después de que me llevan a la iglesia veo que mi tía realmente ha pensado en todo, ya que será una boda larga y tradicional.

Me lleva al altar mi tía, no tengo padre y ella es mi pariente más antiguo. Estoy con el velo difuminando la imagen delante de mí, pero puedo ver que el novio está sentado y me pregunto: ¿Por qué está sentado en la propia boda?

Pero me veo obligado a esperar para llegar al altar. Al acercarme puedo ver que realmente está sentado y que se trata de una silla de ruedas. Y en cuanto mi tía me levanta el velo no puedo creer lo que veo y digo al mismo tiempo que él: ¿Tú?

-Gael- ¿Tú?

Mi tía nos mira a los dos sin entender nada y dice;

-Mariah- ¿Ya os conocéis?

Miro a mi tía y no puedo contestar y Gael dice;

-Gael- Tal vez... ¡Acabemos con esto! ¡Quiero salir de aquí pronto!

Después de lo que dice mi tía se sienta y comienza la ceremonia...

Padre: ¡En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo!

Amén.

Padre: La gracia de nuestro Señor Jesus cristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con vosotros.

Todos: Bendito sea Dios que nos ha reunido en el amor de Cristo.

Padre: Gael Owens y Eloá Simpson, la Iglesia comparte vuestra alegría y os acoge de todo corazón, así como a vuestros padres, parientes y amigos, en este día en el que, ante Dios, nuestro Padre, sellaréis una alianza de por vida el uno con el otro. Que el Señor os escuche en este día de gran alegría y os envíe ayuda celestial, y os conserve así por mucho tiempo; que os conceda muchas gracias según vuestro corazón y colme todas vuestras aspiraciones.

Amén.

Padre: Recemos.

Padre: Señor, escucha nuestras súplicas, concede bondadosamente tu gracia a tus siervos Gael y Eloá, que hoy se unen en matrimonio ante tu altar, y confírmalos en un amor fiel y santo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Dios contigo en la unidad del Espíritu Santo.

Amén.

Lector: Lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios.

Lector: Hermanos, caminad en la caridad a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros. Maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella. Quiso santificarla, purificándola en el bautismo de agua por la palabra de vida, para presentarse como la Iglesia llena de gloria, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada. Así, los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie ha odiado jamás su cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo a la Iglesia; pues somos miembros de su Cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán dos en una sola carne. Es un gran misterio; lo digo en relación con Cristo y la Iglesia.

Lector: La palabra del Señor.

Todos: ¡Gracias a Dios!

Padre: Queridos novios Gael y Eloá, habéis venido a este templo para que, en presencia de este ministro de la Iglesia y de la comunidad cristiana, vuestra decisión de contraer matrimonio sea marcada por Cristo con un signo sagrado. Cristo bendice generosamente vuestro amor conyugal. Habiéndoos consagrado ya por el Bautismo, os enriquecerá y fortalecerá ahora con el sacramento del Matrimonio, para que os seáis fieles de por vida y asumáis todos los deberes del matrimonio.

Padre: Gael y Eloá, han venido aquí para unirse en matrimonio. Por lo tanto, te pregunto ante la Iglesia, ¿es por tu propia voluntad que lo haces?

Novios: Sí.

Padre: Al casaros, os prometéis amor y fidelidad. ¿Lo prometes de por vida?

Novios: Sí.

Padre: ¿Estás dispuesto a acoger con amor a los hijos que Dios te confía, educándolos en la ley de Cristo y de la Iglesia?

Novios: Sí.

Padre: Ahora, os invito, queridos novios Gael y Eloá, a que unáis vuestras manos y firméis la sagrada alianza del Matrimonio, manifestando públicamente vuestro consentimiento.

Gael: Yo, Gael Owens, te tomo a ti, Eloá Simpson, por esposa y prometo serte fiel, amarte y respetarte, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de nuestra vida.

Eloá: Yo, Eloah Simpson, te tomo a ti, Gael Owens, por esposa y te prometo serte fiel, amarte y respetarte, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de nuestra vida.

Padre: Gael Owens, ¿aceptas a Eloah Simpson como tu legítima esposa, para amarla y cuidarla, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

Sí.

Padre: ¿Tú, Eloah Simpson, tomas a Gael Owens como tu legítimo esposo, para amarlo y cuidarlo, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

Eloah: A mí sí.

Padre: Que el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, el Dios que bendijo a nuestros primeros padres en el paraíso confirme y bendiga en Cristo este compromiso que habéis expresado ante la Iglesia. Que nadie separe lo que Dios ha unido.

Padre: Nuestra protección es en el nombre del Señor.

Todos: Quien hizo el cielo y la tierra.

Padre: Que el Señor esté contigo.

Todos: Él está en medio de nosotros.

El Padre abre los brazos y reza la siguiente oración:

Padre: Oh Dios, que hiciste varias alianzas con los hombres a través de Noé, Abraham, Moisés, prometiéndoles una protección amorosa y dándoles la misión de formar, en tu amor, a tu pueblo para el nacimiento de tu Hijo, Jesucristo, bendice ahora estas alianzas que llevarán Gael y Eloah. Haz que sean el signo de su mutua promesa de protección, fidelidad y amor, y un recuerdo continuo de la misión que han recibido de ti de preparar un entorno humano y cristiano para testimoniar tu presencia en el mundo.

Amén.

Gael: Eloah, recibe este pacto como signo de mi amor y fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Eloah: Gael, recibe este pacto en señal de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Padre: El novio puede ahora besar a la novia.

Me agacho para darle un beso a Gael, el mismo susurra;

-Gael- ¡Date prisa! ¡Quiero acabar con esto de una vez!

Le doy un Celinho y no tardo ni 5 segundos.

Padre: Oh Dios, que creando al hombre a tu imagen, varón y mujer los creaste para que, unidos en un solo corazón y una sola carne, cumplieran su misión en la tierra. Bendice ahora a estos hijos tuyos, extendiendo sobre ellos tu mano protectora. Concede a Gael y a Eloah que, por el sacramento del matrimonio, se comuniquen mutuamente los dones de tu amor y, siendo el uno para el otro signo de tu presencia, lleguen a ser un solo corazón y una sola carne. Concédeles también sostener con su trabajo el hogar fundado hoy, y educar a sus hijos según el Evangelio, para que participen de tu familia en el cielo. Dígnate derramar tus bendiciones sobre esta hija tuya, Eloah, para que, cumpliendo la misión de esposa y madre, caliente el hogar con su ternura y lo adorne con su gracia. Acompaña también con tu bendición a tu hijo Gael, para que cumpla con fidelidad y solicitud sus deberes de esposo. Por último, Padre celestial, concede a Gael y Eloah, que hoy están unidos en tu presencia, la gracia de participar un día en el banquete del cielo.

Padre: Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

Los novios se levantan.

Padre: Que el Señor esté contigo.

Todos: Él está en medio de nosotros.

Trazando la señal de la cruz con la mano derecha, continúa:

Padre: A todos los aquí reunidos, bendito sea Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Amén.

El Padre finalmente despide a la gente, diciendo:

Padre: Id en paz y que el Señor os acompañe.

Todos: Gracias sean dadas a Dios.

¡No me lo puedo creer! Me casé y ya no hay vuelta atrás.

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