Capítulo 20 La Boda (Parte 2)

Mickey

Llegar a la iglesia representó un gran esfuerzo y de no ser por Timmy que ha estado todo el tiempo a mi lado sosteniéndome, no dudaría en dejarme caer al suelo…

El lugar está decorado hermosamente, mi madre se ve hermosa a mi lado dándome su apoyo. Mi padre y Anna, serán los encargados de entregar a Maggie en el altar.

La música suena y entonces veo la silueta de una pareja acercándose. Mis ojos no la enfocan bien pero es ella junto a mi padre.

Al estar más cerca puedo contemplarla, por Dios está bellísima… Siempre supe que Margareth Austeen era una mujer hermosa que se ocultaba detrás de su apariencia descuidada, pero al verla ahora delante de mí con un perfecto maquillaje, un peinado hermoso y ese increíble vestido blanco, me hace sentir muy afortunado.

Mi padre la entrega y me pide que la cuide, lo que yo acepto. La ceremonia transcurre hasta llegar a los votos. Tenía todo preparado para este momento, pero con lo sucedido estoy algo aturdido. Así que solo dejo fluir lo que siento en mi corazón, que al parecer fue mejor de lo esperado.

Las palabras de Maggie al decir los votos me conmueven, me hacen decidir poner todo de mi parte para que este matrimonio sea lo más llevadero posible, por los dos, pero más por ella.

Al escuchar al padre declararlos marido y mujer, mi corazón late con fuerza y cuando dice que puedo besarla…

Dios… He estado deseando probar esos labios otra vez, así que no lo dudo…

Podría decir que ese ha sido el segundo mejor beso de mi vida, cabe decir que los dos han sido con ella…

La felicitaciones de todos seguidas de abrazos no tardan en llegar y creo que son todos los abrazos y el hecho de que la tengo tomada de la mano, lo que impide que las fuerzas me abandonen.

El rostro de felicidad de mi madre, la mirada de satisfacción de mi padre, la emoción de Anna, tantas emociones al mismo tiempo. El hecho de que Timmy esté a mi lado para sostenerme es una muestra de confianza que refuerza nuestra amistad.

Al salir de la iglesia y subir a la limusina por fin puedo respirar con tranquilidad y permitir que las fuerzas me abandonen.

Maggie no ha soltado mi mano en ningún momento y al estar sentada junto a mi me pregunta dulcemente

-Mickey ¿Cómo te sientes?

Recuesto mi cabeza al asiento y cierro los ojos mientras aprieto su mano con fuerza y suspiro aliviado

-Ahora muy bien…

Ella vuelve a apretar mi mano y la besa mientras vuelve a hablar

-Gracias Mickey, gracias por hacer todo el esfuerzo para llegar… te juro… te juro que haré todo lo posible porque valga la pena…

Abro los ojos para observarla, los suyos están cristalizados lo que hace que una sensación de pánico me inunde al recordar que estuve a punto de no llegar a nuestra boda

-Tuve tanto miedo Maggie, solo de pensar que no llegaría sentía que me moría… yo… jamás haría algo para lastimarte, eso no me lo perdonaría jamás…- le digo mientras acaricio su rostro.

Ella me observa y de repente hace algo inesperado… ella me besa… es un beso dulce, muy dulce y lleno de ternura.

-Gracias… te quiero…- dice sobre mis labios.

Esas palabras,  aunque pueden no encerrar el amor de una pareja, me hacen sentir muy bien…

-Y yo a ti Maggie…-respondo con una sonrisa mientras vuelvo mi cabeza al respaldo del asiento.

Al llegar a la recepción el auto se detiene y la puerta se abre dejándome ver a mi padre junto a una enfermera, la mujer se acerca para tomar mis signos y al finalizar le dice

-Creo que debería tomarse una pausa, su presión está bastante baja

Mi padre asiente y nos observa con preocupación.

-¿Creen que puedan estar sólo unos minutos para que las personas no saquen conclusiones equivocadas?- pregunta.

-Yo creo que deberíamos ir a casa para que Mickey se recupere, puedes dar cualquier excusa…- dice Maggie.

-No… no… Maggie, creo que puedo estar por lo menos un corto tiempo- digo mirándola.

Ella y mi madre hicieron tanto esfuerzo para que todo fuera hermoso y perfecto, en especial para ella.

-¿Estás seguro Mickey? no quiero que tu salud se complique…- dice pero la interrumpo tocando nuevamente su mejilla.

-Maggie estaré bien… tranquila- le digo.

Mi padre hace una seña para que Timmy se acerque y entre ambos me ayudan a salir del auto.

Maggie lo hace también y toma mi mano con fuerza, se acerca a mi oído y dice

-Puedes apoyarte en mí, yo te sostengo, no voy a soltarte

Esas palabras son el aliciente que necesito para empezar a caminar hacia el lugar dónde nos esperan. Al llegar allí, no me arrepiento del esfuerzo que estoy haciendo, todo es hermoso, la decoración es tan sencilla y elegante a la vez, es como ella, se nota su sello en cada detalle.

La miro y sonrío, porque sé que le costó mucho trabajo decidirse al momento de elegir todo.

Ella sonríe y me dice con las mejillas sonrojadas

-Blanco y topacio… el anillo, me dio la inspiración.

Sonrío y tomo su mano para mirar el anillo pasando mi dedo sobre él.

Saludamos a las personas, caminamos de un lado a otro hasta llegar a nuestro lugar.

Las palabras de mi padre, de Anna y al final las de Timmy…

-Margaret y Michael son mis mejores amigos, creo que desde antes de nacer…- dice haciendo reír a los presentes.-Puedo decir que ambos son personas maravillosas, transparentes y leales, muy leales. Capaces de luchar por sus sueños y tomar decisiones en favor de otros, sin importar sus propios intereses. Por eso estoy seguro que jamás harían algo que perjudique al otro. Deseo que este matrimonio perdure en el tiempo, lo digo de corazón y con la certeza de que ustedes juntos tienen mucho futuro… Los quiero chicos y desde este momento me declaro el protector oficial de su relación… Eso sí Mickey, si la lastimas te juro que voy a ser el primero en partirte la cara…- esto último lo dice en broma, pero me hace sentir que es real.

Luego del brindis llega el momento del baile de los recién casados. Escoger la canción es lo único en lo que le pedí a Maggie que no interviniera.

Las primeras notas de la canción Thank you for loving me,  de  Bon Jovi se escuchan y ella sonríe.

-No hay nada más que te quisiera decir en este momento… gracias Maggie…

La tomo de la cintura y empiezo a moverme junto a ella al ritmo de la melodía.

Es difícil para mí decir las cosas que algunas veces quiero decirte.

Pero ahora no hay nadie más aquí que tú y yo, y esa vieja farola rota.

Cierra esa puerta, dejaremos al mundo fuera, todo lo que tengo para darte

esta noche, son estas cinco palabras:

Gracias por quererme, por ser mis ojos cuando no podía ver.

Por separarme los labios cuando no podía respirar.

Gracias por quererme,

gracias por quererme.

Nunca supe que tenía un sueño hasta que ese sueño fuiste tú.

Cuando te miro a los ojos el cielo es de un azul diferente.

Atraviesas mi corazón y ahora no llevo disfraz,

si lo intentase, me harías creer que te crees mis mentiras.

Gracias por quererme por ser mis ojos cuando no podía ver.

Por separarme los labios cuando no podía respirar.

Gracias por quererme.

Tú me recoges cuando caigo, tocas la campana antes de que cuenten 10,

si me estuviera ahogando, tú separarías el mar y arriesgarías tu propia vida para rescatarme.

Cierra esa puerta, dejaremos al mundo fuera, todo lo que tengo para darte

esta noche, son estas cinco palabras:

Gracias por quererme, por ser mis ojos cuando no podía ver.

Por separarme los labios cuando no podía respirar.

Gracias por quererme, gracias por quererme, gracias por quererme,

por quererme.

Al terminar la melodía ella tiene sus ojos llenos de lágrimas. Sé que está tan confundida como yo, y sé que está aterrorizada por todo lo que tendremos que vivir de hoy en adelante.

-Estaremos bien Maggie, te lo prometo- le digo antes de volver a besar sus labios.

Los aplausos de los asistentes me aturden, la tomo de la mano y le digo

-Ahora sí creo que es hora de irnos antes de que me desmaye aquí mismo.

Le dedico una mirada a mi padre que está junto a Timmy, los dos se acercan a nosotros mientras caminamos hacia el auto.

-¿Te sientes bien?- pregunta mi padre.

-Si… solo necesito descansar- le respondo.

Subimos al coche en compañía de Timmy mientras mi padre dice que se encargará de todo.

Durante el trayecto Maggie no suelta mi mano ni un segundo y al llegar a la casa de mis padres, Timmy me ayuda a bajar y a llegar hasta la que será nuestra habitación desde que empecemos a vivir aquí.

Mi madre se ha esforzado para que sea acogedora y agradable, lo cual agradezco cuando veo la mirada tranquila de mi esposa recorriendo el lugar.

-Bueno amigo, creo que ya es hora de que descanses, la enfermera llegará en un momento para chequearte y Albert pasará a revisarte en horas de la noche- dice Timmy con sus manos en los bolsillos.

Tiendo mi mano hacia él y le digo

-Gracias hermano, no sé qué habría hecho sin ti

Él sonríe y dice

-Lo sé, sin mi tu vida sería un total fracaso- dice riendo.

-Te acompaño…- dice Maggie.

-No te preocupes Maggie, no creo que quieras bajar las escaleras y volver a subirlas con ese vestido- dice riendo y haciéndola reír.

Ella se acerca a él y lo abraza con fuerza mientras él le devuelve el gesto.

-Gracias Timmy, eres el mejor amigo de todo el mundo..- le dice.

-Lo se… ustedes… sólo hagan que esto valga la pena ¿ok?- responde.

Timmy sale de la habitación y ella suspira.

-Creo que me quitaré el vestido…- dice sonriendo.

Me la quedo viendo unos segundos antes de que ella se dé la vuelta par caminar hacia el vestidor que hay en nuestra habitación y dónde mi madre a acomodado sus cosas y las mías.

-Maggie…- la llamo.

Ella se gira para verme

-No te lo dije antes pero.. estás realmente hermosa…- le digo.

Ella sonríe y sus mejillas se sonrojan

-Gracias… tú también te veías muy guapo…- dice volviendo a caminar hacia el vestidor.

Mis ojos se cierran y aunque no estoy dormido todo parece estar entre bruma.

-¿Mickey? ¿Mickey?- la escucho llamarme.

Abro los ojos y la observo confundido, todavía lleva el vestido de novia puesto.

-¿Podrías ayudarme? no he podido abrir el cierre del vestido- dice avergonzada.

-Oh, claro- le respondo levantándome con dificultad, lo que hace que ella se incline para ayudarme.

Siento el aroma de su perfume y el calor de su respiración…

Ella se da la vuelta y yo veo una fila de botones…

-Ehh.. son muchos botones- menciono, -¿pretendías asegurarte de que no pudiera desnudarte?- le pregunto en broma.

Ella ríe y dice

-Algo así… pero solo tienes que hacerlo hasta la mitad, yo puedo hacer el resto…- responde riendo.

Uno a uno los botones van cediendo y poco a poco la piel de su espalda va quedando expuesta. Puedo percibir que al roce de mis dedos su piel reacciona, lo que me hace sonreír en mi interior.

-Listo… ¿estás segura de que no necesitas que los quite todos?- pregunto.

-No… así está bien…- dice girando hacia mí, -ahora vuelve a la cama, luego vendré a ayudarte para que te pongas algo más cómodo..

Vuelvo a acostarme con su ayuda y luego ella se va a retirar el vestido. Un tiempo después vuelve a despertarme, trae en su mano un pantalón de pijama y una camiseta blanca, me ayuda a sentarme sobre la cama

-Ven, déjame ayudarte con esto- dice mientras desata el moño de mi corbata.

Luego retira la chaqueta del traje, el chaleco y por último la camisa. Rápidamente me ayuda a poner la camiseta.

Intento ponerme de pie apoyado en sus hombros y ella afloja el cinturón de mi pantalón. Noto su incomodidad por lo que aparto con delicadeza sus manos y abro mi pantalón para dejarlo caer quedando solo con mis bóxer y volver a sentarme sobre la cama.

Ella se agacha y termina de retirarlo mientras que en la misma posición me ayuda a poner el pantalón del pijama. Vuelvo a ponerme de pie y termino de subirlo.

-Gracias Maggie…- le digo.

Ella levanta su rostro y sus mejillas están rojas como un tomate.

-Voy a avisarle a la enfermera que ya puede entrar- dice saliendo de prisa de la habitación mientras yo regreso a la cama.

Maggie, Maggie… creo que convivir contigo no va a ser tan simple como lo habíamos planeado…

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