Capítulo 17 Los días antes de la boda

Narrador omnisciente

Durante los meses siguientes Michael y Margareth estuvieron más unidos, los preparativos de la boda le obligaban a permanecer más tiempo juntos y sin darse cuenta en ocasiones parecían una pareja real que reía, cuestionaba y opinaba acerca de todo lo relacionado al tema.

Los padres de Michael, así como la abuela de Margareth estaban casi convencidos de que la pareja lo lograría, que superarían el hecho de haber sido presionados para casarse y terminarían llevándose tan bien como cualquier matrimonio.

La relación de Michael con Sussie no había terminado pero pasaba por sus peores momentos, los cuestionamientos de la chica ya no solo se referían a los asuntos de la boda, sino que también se mostraba en extremo celosa y con el fin de mantenerla tranquila y que no cometiera una imprudencia, él la complacía en cada capricho por más costoso que fuera, lo que ella compensaba con increíbles sesiones de sexo.

Por su parte Timothy había llegado a un punto de su relación con Margareth en el que una mezcla de sentimientos lo tenían al borde del colapso.

Después de aquella noche en la que casi habían tenido sexo, el chico no sabía exactamente que era lo que ella provocaba en él. Era su amiga, de eso no cabía duda, pero el deseo que despertaba cuando la tenía a su lado sumado a la decepción que le habían provocado sus palabras, lo llevaban a pensar que la opresión en su pecho podría deberse a que sentía algo más por ella. Todo esto aunado al sentimiento de culpa por su amigo y el desconcierto que le generaba la actitud de Michael hacia su prometida, definitivamente lo estaban enloqueciendo.

Por su parte Margareth no entendía los cambios de humor y de actitud de Michael hacia ella, había llegado a creer que la presión de la boda habían despertado en su prometido algún trastorno de bipolaridad, esa era la única explicación que le encontraba a su extraño comportamiento.

Algunas veces era tierno y cariñoso, y en algunas ocasiones lo había sorprendido observándola de una manera que le generaba un extraño cosquilleo en el estómago, pero luego volvía a ser el mismo Mickey indiferente, limitado a la relación de amistad, que solo se dirigía a ella por asuntos de la compañía y lo estrictamente necesario en relación a la boda.

Desde el momento en que Timothy había ingresado a su oficina algunos meses atrás para devolverle el anillo que había olvidado en su departamento, el ambiente era algo más tenso. En aquella ocasión, Michael se encontraba en la oficina de Margareth cuando Timothy entró para devolver la joya.

En el momento en el que su amigo había tomado la mano de su prometida para devolver el anillo a su lugar, su reacción había sido extraña, un poco agresiva y particularmente seca. Había prácticamente arrebatado la joya de la mano de su amigo al igual que la mano y él mismo había vuelto a poner el anillo en su dedo.

Michael por su parte no se sentía cómodo con la manera con la que ahora se relacionaba con Timmy, él era su mejor amigo desde siempre y detestaba que a causa de la boda, no pudiera relacionarse con él de la misma manera.

Adicional a ello, había escuchado el fragmento de una conversación entre ellos y cada vez que la recordaba, sentía como su corazón se oprimía en su interior.

-Entonces ¿estás bien con eso?- decía Timmy.

-Por supuesto, ahora estoy segura de que lo mejor es que no se haya repetido- respondió Maggie.

-Bien, pero puedes estar segura de que no me arrepiento, sólo prométeme que Mickey nunca lo sabrá- volvió a hablar él.

-Eso es obvio, no soportaría ver como tú y él dejan de ser amigos por mi culpa- dijo ella.

Michael no pudo evitar sacar sus propias conclusiones y sentirse dolido, ofendido y hasta traicionado, aunque en el fondo sabía que no había razón para ello. Desde ese momento estar cerca de su prometida y de su mejor amigo le resultaba incómodo.

Por su parte Timothy procuraba tomar un poco de distancia con su amiga, no quería seguir confundiéndose, y debido a que aún no regresaba del todo a sus labores en la compañía automotriz, dedicaba tiempo a perfeccionar los sistemas informáticos del bufete de su familia. Allí permanecía más tiempo con Emma, con la que poco a poco se iba sintiendo más cómodo, al punto de haberla invitado en varias ocasiones a cenar o al cine.

La chica era agradable, muy linda y sencilla, se sentía halagada con cualquier detalle que Timothy tuviera con ella, lo que al chico le generaba bastante ternura. Pero había algo que empezaba a generarle inquietud, y era el hecho de que en varias ocasiones al tocar el tema de Sussie en sus conversaciones, Emma mencionaba detalles de la vida de la chica que eran desconocidos por ellos.

Detalles como el hecho de que faltaba seguido a clases, existían rumores de romances con varios estudiantes e incluso maestros, era prepotente y hacía parte del grupo de chicas de la universidad que fastidiaban a todo el mundo.

Desconocía que tanto podría saber Michael al respecto, pero no le mencionaría nada, por lo menos no hasta tener información segura y detallada al respecto.

Ahora, a tres días de la boda, tenía la misión de organizar una despedida de soltero para ambos, contaba con la ayuda de Sara, de Annie de Emma y Mat, el barman del Ghostbar, para poder hacer algo sencillo pero que fuera del agrado de ambos y solo invitaría a algunos compañeros de la empresa con quienes trabajaban a diario.

Margareth y Michael llegaron juntos al bar y al hacerlo parecían una pareja normal. La noche transcurrió entre tragos, bromas y comentarios subidos de tono que hicieron a la chica sonrojar en más de una ocasión.

El momento álgido de la reunión se dio cuando en medio de los juegos y las bromas, Margareth se vio obligada a sentarse en las piernas de su novio y besarlo por un minuto. Lo que sucedió fue algo que ninguno se lo esperaba.

El cuerpo de Michael reaccionó ante el beso, el corazón de Margareth latió cual caballo desbocado, los ojos de Sara estuvieron a punto de salir de sus cuentas, Emma los miraba embelesada, Timmy comprendió que lo mejor que pudo haber sucedido fue haber sido interrumpidos aquella noche, porque lo que todos notaban era que definitivamente esa relación podría tener futuro.

Sin embargo en el lugar más oscuro del bar se encontraba Sussie quien no tenía idea de la reunión que se llevaría a cabo esa noche precisamente en ese bar.

Había ido al lugar en compañía de un hombre con quien ocasionalmente se veía y al observar la escena delante de sus ojos sintió que la rabia, el odio, la envidia se despertaba con violencia en su interior.

Maldita seas Margareth pero esto no se quedará así, tu y ese maldito traidor me las pagarán…

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