Capítulo 18 Yo también lo viví

Mickey

Las últimas semanas no han sido fáciles, los preparativos de la boda han sido un poco estresantes, pero no es debido a ello que me siento tenso pues poco a poco lo he asumido como mi realidad inmediata.

La relación con Sussie se ha vuelto insoportable y tener que mantenerla contenta y tranquila, ha sido monetariamente costoso, pero no hay otra manera. No puedo permanecer a su lado el tiempo que ella quisiera.

Por otro lado, hay una enorme confusión en mi interior. De alguna u otra manera el hecho de que Maggie vaya a ser mi esposa, me ha hecho verla de otra manera. Empieza a preocuparme las sensaciones que despiertan en mi al estar a su lado y al compartir momentos en el que debemos actuar como una pareja de novios normal.

Timmy también hace parte de esta confusión, porque no puedo dejar de considerarlo mi mejor amigo, pero tampoco puedo evitar sentir que lo detesto cuando lo veo cerca de Maggie, lo que empeora cuando sospecho hasta la casi certeza de que hayan cumplido aquel acuerdo…

No puedo negar que imaginarlos teniendo sexo es una imagen que continúa torturándome, y que he intentado borrar de mi mente cuando estoy con Sussie, en ocasiones no puedo evitar que Maggie venga a mi mente en esos momentos…

Sólo espero que mis dudas se aclaren cuando ya estemos casados y no tengamos que seguir fingiendo cercanía como pareja… aunque creo que será difícil, pero ya no tendremos los ojos de todo el mundo sobre nosotros…

Tres días, sólo faltan tres días para la boda. Ahora estamos en el Ghostbar con algunos amigos celebrando lo que sería nuestra despedida de solteros. Hasta el momento todo marcha bien, si alguien nos viera jamás podría dudar que somos una pareja de novios muy dichosos en los días previos a su boda.

Algunos miembros de nuestro equipo de trabajo han asistido y cómo reservamos un VIP, se han tomado el trabajo de organizar juegos y bromas propias de una celebración como ésta.

-Bueno siguiente pregunta…- dice Annie, ¿Cuánto ha durado el beso más largo que se han dado?

Veo las mejillas de Maggie sonrojarse mientras yo bajo la mirada.

-Uhhh, esa está difícil- dice Timmy riendo, lo cual me irrita sobremanera.

Ninguno de los dos podemos responder nada.

-Vamos chicos ¿cuánto? ¿30 segundos? ¿Un minuto? ¿Dos?- pregunta otro de los invitados.

-Ahh, no importa, podrían establecer su propio récord en este momento, pues ya que no respondieron deben pagar la penitencia- dice Annie.

-Siii- dicen varios a coro.

-Bueno, Maggie debes sentarse en las piernas de Michael y besarse por un minuto- dice otra de las chicas.

Maggie está sentada a mi lado y yo tengo uno de mis brazos sobre sus hombros, lo que me permite sentir como se tensa.

-Beso!! Beso!! Beso!!- gritan a coro.

La acerco a mí y le susurro al oído

-Vamos ¿Qué puede pasar? será solo un beso…

Ella me mira con la mejillas sonrojadas y esboza una sonrisa mientras se sienta en mi regazo. Toma mis mejillas con sus manos y se acerca lentamente. Puedo ver sus ojos… carajo… esos ojos verdes brillan como nunca…

Al unir nuestros labios una sensación de calidez me embarga, son dulces, suaves… poco a poco reacciono y la compenetración es perfecta… el beso transcurre suave y deseoso, nuestras lenguas se rozan entre sí y el fuego empieza a encenderse en mi interior, tanto como para que una parte específica de mi anatomía empiece a responder…

-Tiempo… tiempo… Hey muchachos… Era solo un minuto…- dice Sara riendo.

Al separarnos continuo sosteniéndola por la espalda…veo sus labios enrojecidos por el beso, su respiración un poco agitada y sus ojos llenos de… ¿deseo?

Los rostros de las personas a nuestro alrededor tienen diferentes expresiones, sorpresa, asombro, satisfacción y tristeza… esa es la mirada de Timmy… pero luego levanta su copa y su mirada cambia, a una más sincera cuando dice…

-Felicitaciones amigos… creo que su relación en realidad tiene futuro…

….

Mañana es la boda.

Durante los últimos dos días, Sussie me ha llamado insistentemente, aún luego de que hubiésemos acordado que no lo haría, que no nos veríamos hasta cuando Maggie y yo regresemos de nuestro viaje.

-Mickey, por favor, necesito verte… estoy desesperada, mañana te casaras con ella y yo no puedo evitar sentir que voy a perderte…- me dice entre sollozos.

Mi corazón se oprime en mi interior antes de responder.

-Está bien nena, espérame en casa, iré a verte al salir de la oficina- le digo antes de colgar.

Al finalizar la jornada voy a la oficina de Maggie, no pienso decirle que iré a ver a Sussie ya que en días pasados le informé que no lo haría sino hasta regresar del viaje.

Le digo que me reuniré con uno de nuestros inversionistas para firmar unos documentos. Me despido con un beso en la frente y salgo del lugar.

Al llegar al departamento de Sussie ella me espera con lencería sexy y una botella de vino. Me besa sin decir palabra y empieza a quitar mi ropa.

-Sussie, no puedo quedarme, sólo vine para que estés más tranquila- le digo.

-No importa amor, sólo quiero sentirte una vez más- me dice.

Caigo ante sus caricias, ella siempre ha sido una chica muy seductora y sabe que hacer para lograr su objetivo. El tiempo pasa y no sé en qué momento me quedo dormido…

Mis ojos se abren con pesadez y la luz que entra por la ventana encandila mis ojos. Intento moverme pero me cuesta mucho esfuerzo.

Sussie está sentada frente a mi, vestida informalmente.

-Hola cariño, ya despertaste- me dice con una sonrisa malvada.

-Sussie ¿Qué ha sucedido? ¿Qué hora es?- le pregunto confundido.

Mi vista es bastante distorsionada, todo da vueltas y siento un terrible dolor en mi cuerpo acompañado de un leve temblor.

-¿Creías que iba a permitir que te casaras con esa zorra?- pregunta burlonamente.

-¿Qué… qué dices?- pregunto mientras me incorporo con bastante dificultad sentándome en la cama, -Mi teléfono ¿Dónde está?- pregunto.

Ella ríe mientras se pone de pie al igual que intento hacerlo yo, pero un mareo me invade haciéndome caer de vuelta a la cama.

-¿Que… que… hiciste, Sussie? ¿Me.. me… drogaste? ¿Acaso… estás… loca?- pregunto intentando hablar coherentemente.

-Medidas desesperadas querido…- responde con una sonrisa.

-Déjame ir Sussie, no tienes idea de lo que estás haciendo- le digo.

-No!!! No vas a salir de aquí Michael, no voy a permitir que llegues a esa maldita boda. Te quedarás aquí, yo iré a comprar algo para hacerte de comer y pasaremos el día de tu boda, juntos en esa cama- dice mientras sale y cierra la puerta con llave.

-Sussie!!! Sussie!!! Regresa!!! Maldita sea!!!- grito mientras me pongo de pie haciendo esfuerzo por controlar el mareo y la inestabilidad de mi cuerpo.

La puerta está cerrada, busco mi ropa y no la encuentro, mi teléfono tampoco está por ninguna parte.

-No.. no.. no…, tengo que salir de aquí, no puedo hacerle esto… no a ella… no a Maggie- digo con desesperación.

Miro por la ventana, estamos en un tercer piso. El balcón del apartamento justo debajo es un buen lugar para saltar, tal vez allí pueda buscar ayuda.

Reviso en el armario si hay algo de mi ropa, pero es inútil. Busco en sus cajones algo que me sirva como ropa interior. Tomo un pantalón deportivo de lycra, es color rosa, pero no me importa, nada me importa en este momento sino salir de aquí y poder llegar a mi boda con Maggie.

-Esto es ridículo!!!- grito mientras me miro en el espejo.

Tomo una de sus camisetas, la que parece ser más grande y me la pongo mientras me burlo de mi mismo.

Abro la ventana y sin pensarlo me deslizo hasta dejarme caer al balcón justo debajo. Caigo de manera estrepitosa, pero sin hacerme un daño considerable. La puerta está abierta, un par de jóvenes duermen en la cama, por lo que camino sin hacer ruido hasta salir de la habitación.

Al pasar por la sala hay un gran desorden, es un apartamento de universitarios, no podría ser de otra manera, pero sin duda hubo una gran fiesta aquí la noche anterior.

Camino hacia la puerta pero también está cerrada, a pesar de mi estado hago fuerzas para abrirla cuando escucho una voz tras de mi

-¿Quien eres amigo?- volteo y el chico me mira con burla.

-Hola… creo que me pase de tragos anoche- le digo

El me mira y creo que aún está algo ebrio

-Vaya que te jodieron amigo…- dice.

-Si… - le respondo, -¿podrías prestarme tu teléfono?- le digo.

El chico mete la mano a su bolsillo y me entrega el aparato. Marco el número de Timmy.

-¿Hola?- responde.

-Timmy, Timmy, soy yo Mickey- le digo.

-¿Porque llamas de un número desconocido?- pregunta.

-Es una larga historia Timmy, debes venir a buscarme por favor…- le digo sintiendo que el mareo regresa.

-No te escuchas bien ¿Dónde estás?- pregunta.

-¿Conoces el edificio de apartamentos donde vive Sussie?- le digo.

-Mickey… por Dios… dijiste que no la verías hasta después de…- me dice pero lo interrumpo.

-Lo se Timothy, y lo hice… ella me llamó anoche llorando… solo vine a hablar con ella pero… creo que me drogó… por favor Timmy te lo diré todo cuando vengas ¿puedes hacerlo?- le digo.

-Voy para allá- dice y se que está enojado.

-No estoy en su departamento, sino en el de justo debajo, y trae algo de ropa por favor- le digo antes de colgar.

Tomo asiento mientras le devuelvo el teléfono al chico.

-Vaya amigo ¿así que Suzanne, eh?- dice riendo mientras recibe el aparato en su mano.

-¿Me darías un poco de agua?- le pregunto mientras llevo las manos a mi cabeza.

El dolor es insoportable, por momentos no logro ver nada y el temblor en mi cuerpo es cada vez mayor.

Se sienten golpes en la puerta y mi corazón da un vuelco.

-¿Jonas? ¿Jonas? puedes abrir por favor…-  es ella.

El chico me vira y ríe con burla, le hago señas de que no diga nada, porque en realidad me siento muy mal físicamente y en estas condiciones no se lo que ella sea capaz de hacer.

-Hola, hola Suzanne ¿Que te trae a mi humilde morada?- le dice mientras yo permanezco en silencio.

-Déjate de estupideces Jonas… un amigo vino ayer de visita y se pasó de tragos, creo que puede estar en peligro, lo has visto, puede estar desnudo..- dice.

El chico, Jonas, ríe con burla…

-Si, lo vi- dice volviendo a reír.

Maldita sea me va a echar al agua…

-Pero no iba desnudo, llevaba un delicado pantalón de lycra rosa y una camisilla ajustada, se veía tan… sexy…- responde.

Joder!!! el tipo es Gay!!!

-Sabes que eres un pervertido ¿cierto?- dice enojada haciéndolo reír.

-Vamos Suzanne, el tipo está buenísimo… ¿es tu novio?- le dice

-No… es un maldito traidor… y ahora se ha escapado… pero tarde o temprano  va a pagar- dice alejándose.

El chico cierra la puerta y me mira sorprendido.

-Por Dios amigo ¿Qué fue lo que le hiciste a la bruja?- dice caminando hacia mi.

-Nada… nada… que ella no hubiera aceptado…- le digo recostando mi cabeza al espaldar de la silla.

-¿En serio te drogó?- me pregunta a lo que respondo con un movimiento de cabeza.

Bebo el vaso de agua y siento que mi cabeza quiere reventar, mi cuerpo se llena de sudor y el temblor empieza a apoderarse de todo mi  cuerpo, solo espero que Timmy no tarde…

El teléfono de Jonas suena y el responde.

-Creo que es tu amigo- dice.

-Estoy aquí Mickey- dice.

-Sube Timmy, no creo que pueda moverme- le respondo.

Timmy llama a la puerta y Jonas le abre. Sus ojos al verme no pueden evitar la sorpresa.

-Por Dios Michael pero ¿Qué carajos?- dice.

-Oye amigo, el hombre en serio está muy mal, creo que es mejor que lo lleves a un hospital- dice Jonas.

Timmy me tiende una bolsa con ropa la cual me pongo con dificultad y con su ayuda. Me apoyo en él para poder caminar.

-Gracias Jonas- le digo al chico al salir.

-De nada amigo… Suzanne es una bruja, así que me alegra haberla jodido- dice riendo.

Ya en el auto me recuesto sobre el asiento del conductor mientras Timmy conduce hacia el hospital.

-¿Ahora si me dirás que pasó?- pregunta.

-Vine a hablar con ella anoche, solo eso… me llamó llorando y me sentí en la obligación de venir… lo último que recuerdo es que me dio un trago y me beso… hasta despertar esta mañana y verme desnudo en la cama… me quitó el teléfono, la ropa y me dejó encerrado en su habitación… tuve que saltar por la maldita ventana hasta el balcón de abajo..- le digo.

-Es una maldita loca…- dice

Al llegar al hospital entramos por urgencias. Timmy dice que hay sospecha de que he sido drogado.

Me llevan al interior, me acuestan sobre una camilla y antes de que se vaya le digo a Timmy.

-Hey amigo, gracias…, ¿Que hora es?- le pregunto.

-Las nueve de la mañana- responde.

La boda es a las 4 de la tarde, solo se que no me la voy a perder así tenga que escapar de este hospital.

-¿Puedes llamar a mis padres?- le digo a lo que el asiente.

Veo como me conectan un suero, la camilla empieza a moverse y mis ojos vuelven a cerrarse.

-Oh por Dios hijo…- escucho la voz de mi madre.

-Mamá…- digo.

La veo arreglada, maquillada y peinada, lista para acompañarme al altar, lo que me hace sentir muy culpable.

-Mickey, mi amor…- gracias a Dios despiertas.

-¿Qué hora es? … la boda…- le digo.

-Es medio día cariño- responde haciéndome sentir aliviado.

-Tengo que salir de este lugar… no puedo faltar a mi propia boda..- le digo.

-Tranquilo hijo, lo importante ahora es que te recuperes…- la escucho decir.

-Pero Maggie… mamá… no puedo dejarla plantada…- le digo sintiendo angustia en mi interior.

El doctor Albert Dukakis ingresa y saluda a mi madre, él es el médico de nuestra familia desde siempre.

-Hola Bertha- le dice saludándola con un beso en la mejilla, -Michael, ¿Cómo te sientes?- pregunta.

-Mareado, me duele todo el cuerpo y me cuesta un poco pensar, mi cabeza va a estallar- le digo.

-Es natural debido a la droga que te dieron… Benzodiacepina… Esta droga produce aletargamiento y pérdida de la voluntad, su efecto no es tan duradero como el de otras, pero es utilizada cuando se quiere mantener a la persona en ese estado durante un corto periodo de tiempo- explica.

-¿Puedo irme ya?- le pregunto.

-Lo siento Michael, pero debes permanecer en observación hasta que la droga haya abandonado por completo tu cuerpo- dice.

-Pero no puedo… por Dios!!! Voy a casarme en cuatro horas… mi novia… mi prometida me está esperando!!- digo desesperado.

-Cálmate hijo- dice mi madre con dulzura.

-Por favor!!! Por favor Albert!! Maggie me está esperando… no puedo hacerle esto…- digo con lágrimas en mis ojos.

-¿Te casarás con Margareth?- pregunta sorprendido, -Vaya…, es una grata sorpresa- dice.

-Por favor Albert, te prometo que después de la boda vendré al hospital de ser necesario, pero no me obligues a quedarme aquí, por favor- le digo.

-Veré que puedo hacer, permíteme unos minutos- dice antes de salir de la habitación.

Mi madre me mira con ternura antes de hablar

-Entonces ¿de verdad quieres casarte con Maggie?- pregunta.

-Claro… tenemos un acuerdo… no pienso dejarla plantada en el altar y siendo avergonzada delante de todos- le digo.

-La amas… amas a Maggie!!- dice emocionada.

-Claro que la amo… tal vez no como tú y papá quisieran, pero la amo, es imposible no hacerlo, la conozco desde siempre- le digo.

Ella me mira con una sonrisa…

-Ya verás que todo saldrá bien hijo…-me dice.

-¿Cómo puedes saberlo mamá? tú y papá… se aman… siempre han sido tan unidos, el amor es evidente entre ustedes… pero Maggie y yo…- digo.

-Lo sé hijo… yo también lo viví…- me responde y me sorprende.

¿Lo vivió? ¿Mi madre fue obligada a casarse?

Ella suspira antes de empezar a hablar.

-Tu padre y yo no éramos tan unidos como Maggie y tú, lo conocí solo unos meses antes de la boda. Él era un chico común y corriente, con grandes aspiraciones que no encajaban en el pensamiento de lo que debería ser a ojos de tu abuelo.

>>Su padre quería un economista\, un administrador\, alguien que se encargara de las empresas en el futuro. Pero tu papá tenía otras metas\, él soñaba con ser arqueólogo\, viajar por el mundo y hacer grandes descubrimientos. Tu abuelo decía que era un demente que solo quería gastar su fortuna en sandeces- me dice sonriendo.

>>Yo era una chica de mundo\, me gustaban las fiestas\, el modelaje\, pero no tenía una vida desordenada\, solo quería disfrutar de mi juventud antes de casarme. Tenía un novio\, su nombre era Stephan Duprê\, era un chico algo alocado. Andaba en motocicleta y mi madre lo detestaba. Decía que no estaba a mi altura y que solo estaba interesado en mejorar su posición social. Su familia era adinerada\, nuevos ricos.- Mi madre habla y yo la escucho sin tener la más mínima idea de que ella hubiera vivido algo similar a mi.

>>Así que no solo obligaron a tu padre a escoger una profesión acorde a su estatus\, sino que también organizaron un matrimonio arreglado para nosotros. Lo detestaba\, era insoportable\, engreído. Pensaba que todos tenían menos capacidad intelectual que él. Decía que yo era una chica vacía y poco inteligente. Así que nos odiábamos- explica riendo.

>>Cuando nos casamos\, nuestros padres nos obligaron a ir de viaje de bodas por tres meses para recorrer Europa. Ellos organizaron todo\, agendaron visitas\, hoteles\, restaurantes\, y al regresar vivimos dos meses en casa de sus padres. Al conocernos todo cambió\, la convivencia nos hizo conocer aspectos del otro que resultaban realmente atractivos y una cosa llevó a la otra. Nos enamoramos… - al mencionar esa parte sus ojos brillan\, señal que sigue sintiéndose de la misma manera con respecto a mi padre.

>>Siete meses después de la boda descubrí que estaba embarazada. Tu padre estaba feliz\, la familia estaba orgullosa de nosotros y la tranquilidad regresaba a nuestras vidas. Pero mi ex novio\, Stephan\, jamás pudo superar que lo hubiese dejado- una tristeza cubre su rostro al llegar a este punto de su relato.

>>En cierta ocasión me siguió hasta un centro comercial\, quería convencerme de que escapáramos\, decía que yo lo amaba y que no debía resignarme a un matrimonio sin amor. Yo quería huir de él y luego de discutir corrí hacia las escaleras\, tropecé y caí…-lágrimas corren de sus ojos mientras hace una pausa.

>>Ese día perdí a mi bebé… Stephan nunca se lo perdonó\, aunque no fue su culpa y durante mucho tiempo no hizo más que pedir perdón\, a mi\, a tu padre y a nuestra familia.  Con el tiempo se alejó\, se marchó a Europa. Luego supe que había conocido a una chica\, una bailarina de ballet\,  se casaron y tienen dos hijos.

>>Tu padre se derrumbó y yo tardé mucho tiempo en recuperarme\, tanto física como emocionalmente\, antes de embarazarme de ti. Fue un embarazo difícil y luego no pude tener más hijos\, por eso solo te tenemos a ti- termina de hablar acariciando mi rostro.

-No tenía idea que habías pasado por todo eso mamá- le digo apretando su mano.

-No tenías porque saberlo, hijo. Esa es nuestra historia de amor, pero créeme cuando te digo que no todas las personas tienen el privilegio de casarse con su amor a primera vista, o con el que tuvieron un largo noviazgo. Esa chica, Sussie…  si fue capaz de hacer algo como esto… eso no es amor…- me dice.

-Pero tampoco es amor lo que Maggie siente por mi…- le digo mirando a otro lado.

-¿Sabes cuál es la diferencia entre tu historia y la mía? Que ella no es una desconocida, que la quieres, qué has hecho mucho para protegerla, para  hacerla feliz y que ella no sufra con este matrimonio… ese es un gran paso para el amor…- me dice.

Albert regresa y sonríe antes de hablar.

-Voy a dejarte ir Michael, vamos a adecuar una habitación en tu casa para que tengas reposo después de la boda, recibirás tratamiento por dos días, así que tu viaje de novios tendrá que esperar- dice con picardía.

-Eso es perfecto Albert, te lo agradezco- le digo sonriendo.

-Y ¿a qué horas es la boda?- pregunta.

-A las cuatro de la tarde- le respondo.

-Bien ¿Qué esperas entonces? a la novia no se le debe hacer esperar, eso le corresponde a ella- dice riendo.

Mi madre me ayuda a levantarme y permanezco sentado unos minutos mientras me estabilizo. Mi padre entra en esos momentos y me mira con algo de enojo, no dice nada, pero se que tarde o temprano no podré evitar el sermón que vendrá luego de un “Te lo dije”.

Timmy espera afuera y al verme salir un gesto de alivio se dibuja en su rostro.

-Creí que tendría que devolver mi costoso traje de padrino- dice riendo.

Le sonrío mientras me apoyo en su hombro.

-No te librarás de acompañarme en esto amigo…- le digo.

Subo al auto de mis padres luego de despedirme de Timmy. En estos momentos no hay dudas con respecto a su amistad. Sí algo sucedió entre Maggie y él, estoy dispuesto a superarlo, ellos no me debían lealtad al respecto. Pero estoy dispuesto a que algo así no vuelva a suceder, estoy dispuesto a poner todo de mi parte para que este matrimonio funcione, para ser el esposo que ella necesita, para enamorarme y enamorarla..

No tendrás que esforzarte mucho tonto… ya lo estás

Al llegar a casa subo con algo de dificultad hasta mi habitación. Son las dos de la tarde, tengo el tiempo justo para tomar una ducha, afeitarme y vestirme.

Con dificultad lo logro, hasta cuando llega el momento de hacer el nudo al bendito corbatín. Unos golpes en la puerta me obligan a decir

-Adelante…

Es mi padre… me mira con algo de enojo pero no dice nada aún. Se acerca y toma la tela en mi cuello para, en silencio, hacer un perfecto nudo.

-No voy a decir nada que pueda hacerte sentir peor de lo que creo que te sientes…- dice con seriedad, -solo que… estoy orgulloso de ti Michael, muy orgulloso… estoy seguro de que podrás con esto… sólo no la lastimes… Margareth… ella tal vez está más asustada que tu, así que ahora tienes el deber de cuidarla y hacerla sentir segura, después tendrás tiempo para hacerla feliz- me dice.

-Gracias papá, créeme cuando te digo que estoy dispuesto a intentarlo, voy a poner todo mi empeño en ello…- le respondo.

Mi padre me abraza y dice

-Bueno, vamos… no queremos que nadie piense que has salido huyendo…- dice riendo…

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