Capitulo 19: " Un sentimiento dulce, un sentimiento amargo"

Un clima de tensión se había apoderado de la mansión Marshall. Después que, él Duke Laportt se había retirado, Deilyne se había adentrado en su oficina con la orden de que nadie la buscará. La impaciencia de todos en la residencia iba en aumento, hacía más de tres horas que su Señorita se había encerrado, nadie sabía cómo es que ella se encontraba, todos querían saber, pero nadie se atrevía siquiera a acercarse a la oficina de Deilyne.

En ese tiempo Deilyne estuvo sumida en sus pensamientos, algo que había evitado por tanto tiempo. La figura del hombre que siempre había observado cómo una espectadora, con el tiempo se difuminaba en su memoria. El rostro del hombre que fué su primer amor, con el tiempo, se distorsionaba. La voz masculina que tanto le gustaba y que pocas veces escucho pronunciar palabras para ella, con el tiempo como un eco se desvanecía en sus oídos. Las manos que siempre quiso que la sostuvieran, con el tiempo parecían ya no ser necesarias. Él tiempo parecía curar todo, pero ésto era solo una mentira que Deilyne quería créer incluso en ese momento, incluso cuando se dió cuenta que un solo momento bastó para tirar abajo el esfuerzo del tiempo.

Era mentira, era mentira que había olvidado su figura. Era mentira que había olvidado su rostro.

Era mentira que había olvidado su voz.

Era mentira que ya no necesitaba sus manos.

Era mentira y más mentiras las que se dijo así misma.

Pero había una fuerte verdad entre tantas mentiras, los recuerdos.

Los recuerdos de cuando esa figura siguió su camino sin voltear a verla.

Los recuerdos de cuando su rostro la miraba y le transmitía su desprecio.

Los recuerdos de cuando su voz dijo que no quería verla.

Los recuerdos de las veces que necesitó de esa mano para que la sostuviera pero nunca estuvo ahí.

Deilyne tenía memoria, memoria que no dejaba que las heridas de su corazón sanarán.

Memoria que le hacía tener convicción de no volver a caer en aquel poso sin fondo.

Pero Deilyne no podía asegurar nada, lo que ella sentía en ese momento, no sabría decir si sus tristezas o sus anhelos eran más fuertes en ese momento.

El miedo la consumía, solo ella sabía que miedo era ese.

Deilyne se esforzó por un largo rato en pensar en otra cosa así que busco algo que hacer dentro de su oficina para distraerse, pero le era muy difícil, sin duda la inesperada visita le dejo un sentimiento amargo que no sería fácil de afrontar.

Ella no había notado el tiempo que llevaba en su oficina, cuando estuvo lo suficientemente calmada salió para hablar con sus empleados.

El mayordomo se apresuró a su encuentro.

- Señorita la he estado esperando, debo disculparme apropiadamente por no cumplir mi trabajo, cómo le dije aceptaré cualquier castigo que usted me de.

Tomm estaba muy nervioso y aceptaría cualquier cosa que ella le ordenará pero evidentemente Tomm no conocía muy bien a Deilyne.

- Tranquilízate Tomm, no hay nada porque disculparse.

- Pero Señorita...

-Shh.. Tomm este tema ha acabado hoy aquí, entiendes? Sí lo has hecho vuelve a tus tareas.

Tomm no comprendía, pero hizo una reverencia y se retiró.

Deilyne que estaba parada en la sala de estar volteo a ver hacía donde estaba parado Gabriel..

-[ he visto mal o él estaba tocando mí rostro en la pintura? de seguro he visto mal] Deilyne que seguía parada ahí fue interrumpida por la abrupta aparición de Benjamín.

- Señorita?

Benjamín que no podía ocultar su rostro de preocupación quería preguntarle tantas cosas pero eso solo sería echarle más leña al fuego.

- Dime Benjamín?

- oh disculpe mi distracción, es con respecto a los caballeros que estaban de guardía en el momento que él anterior intruso ingreso, que castigo desea que se les aplique.

- Benjamín, no es necesaria tal cosa, solo deja que sigan haciendo su rutina..

- Pero Señorita ellos lo dejaron pasar incluso sabiendo que él no era bienvenido!

- Es suficiente Benjamín, ellos son solo caballeros y el es un Duke, dime qué palabra tiene más peso?

Benjamín no respondió nada, ya que está era la verdad.

Aunque Benjamín se las ingeniaría para darles una lección, puesto que la expresión que el estaba viendo en el rostro de Deilyne no era para nada bueno.

Mientras tanto Gabriel que ya había llegado a su mansión, lucía un rostro renovado, todos en la mansión se preguntaban que le había ocurrido puesto que nunca habían visto esa expresión en él.

Gabriel se sirvió un trago y se sentó en su escritorio, la molesta migraña se había ido y él se encontraba sonriendo estúpidamente.

- [Es por tí]

La figura de la mujer que por los últimos tres años dió vueltas en su cabeza, la cuál busco en otras, pero no logro borrar ni generar el mismo sentimiento que le producía el recordarla. Él dolor, el anhelo por alguien que él mismo orillo a que lo dejara, lo había acompañado por todo ese tiempo, el alcohol no servía de nada, las mujeres con las que estuvo sólo le hacían ver cuan grande había sido su error al dejarla ir. La culpa lo carcomía, pero la necesidad de tenerla le hacía creer que podía salir adelante en busca de ella.

El cabello rubio que parecía hilos de oro, no había otro tan bonito.

La piel suave y blanca, no había otra más bella.

Los ojos rojos como joyas, definitivamente no había otros iguales.

Los carnosos labios rosa, no había otros más tentadores.

La voz tan dulce como la miel, no había otra más atractiva.

Gabriel pensaba en esto mientras veía un retrato de Deilyne. Sí, había tomado uno de los pequeños retratos de ella sin que nadie se diera cuenta.

Gabriel recodo con la delicadeza que Deilyne le había servido él té, la forma tan tranquila y educada en la que hablaba. Todo, todo en ella ahora se veía perfecto para él.

- [ no es ahora, fué así siempre, pero fuí demasiado idiota.Pero ahora, ahora estás ahí de nuevo, de alguna forma te tendré para mí nuevamente, está vez no seré tan estúpido como para dejarte ir así nadamás.]

- Mi ambición es grande mi egoísmo también, espero que puedas entenderme.

Gabriel parecía haber sido invadido por un sentimiento

dulce como el perfume de Deilyne. O al menos el se sentía de esa forma.

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