Capitulo 18: " Una encuentro que algún día se daría"

Deilyne estába parada observando la figura del hombre en su sala, cuando esté le hablo.

- Hola Marquesa, cuento tiempo.

Su voz la hizo estremecer, este momento era algo que Deilyne estuvo evitando por mucho tiempo, uno de los motivos por los cuáles no quería entrenar en los círculos sociales. Lo había estado haciendo bien estos tres años, evitando pensar en él, manteniendo su mente ocupada con trabajo, tal vez tuvo algun tropiezo en algún tramo de ese camino de tres años pero de una u otra forma se había levantado, fueron tres años de falsa paz eso es lo que penso Deilyne al ver a ese hombre.

Todo estaba muy confuso. Qué hacía él ahí? Quien lo dejo pasar? Qué quería? tantas cosas sin respuesta en ese momento, Deilyne trato de calmarse, tenía que manejar esa situación, esto era algo que ella sabía que un día pasaría, si no era hoy podría ser mañana, pero algún día ellos cruzarían palabras. Esto pensaba Deilyne porque ambos eran nobles de alto rango que podían participar en las sesiones del Estado, Deilyne pensaba renunciar a este derecho, no tenía ningún interés político, y su familia siempre se mantuvo al margen de esos temas, pero había una reunión en la que su presencia era inevitable , una que era obligatoria, Deilyne penso que recién ese día lo vería, pero para su mala suerte eso se anticipó sin previo aviso.

Gabriel se estaba desesperado al no recibir respuesta a su saludo, cuando volvería a hablar, Deilyne al fin le respondió.

- Hola Duke Laportt.

-[ Duke Laportt?] porque esas palabras se escuchaban tan hirientes para Gabriel.

- [ Bueno es mí culpa, que es lo que esperaba]

- En esté momento, estoy confundida, como es que llego a mí casa y que es lo que necesita?

Cada palabra que Deilyne decía, parecían clavarse cómo astillas en Gabriel, porque cada palabra sonaba como si no lo quisiera ahí.

Cuando Deilyne termino de hablar un desesperado mayordomo llego a la sala de estar.

El mayordomo, que se encontraba en la cocina dando las indicaciones para la cena de ese día, se encontraba muy preocupado por él imprevisto invitado que se encontraba en la sala de estar, tal vez por ese hombre todos podían ser castigados ¿y cómo reaccionaría la Marquesa? era algo de lo que no tenía la más mínima idea, Tomm estába distraído con esos pensamientos cundo vio que el carruaje de la Marquesa ya estaba siendo guardado lo que significaba que ella ya estaba dentro de la mansión, Tomm dejo todo lo que estaba haciendo y apresuradamente casi que corrió en dirección de la sala de estar con la esperanza de encontrase a la Marquesa en él camino, pero Tomm llegó tarde él encuentro ya se había dado.

- Marquesa... Disculpé mi incompetencia, no pude darle aviso de nada, recibiré el castigo que usted decida.

- Tomm, no es momento de hablar ahora, traele un té al Duke. Hablaremos más tarde.

- Cómo usted ordene Marquesa.

- Para tí, no pediras uno?

- Gracias por su preocupación Duke, disculpe mi descortezia al pedirle que beba té solo, pero ya he bebido mucho té por el día de hoy.

- Oh ya veo. Él Duke parecía un tanto triste por esa respuesta.

Era una mentira, Deilyne no había bebido una sola taza de té ese día, no había tenido tiempo.

Pero la idea de compartir una con el Duke en ese momento no tenía ningún contexto, en los cinco años que vivieron juntos nunca lo hicieron. por qué lo haría ahora?

- Disculpe mi desatención, pero no sabía que él Duke vendría, puede tomar aciento.

- No tienes nada por que disculparte fuí yo quien irrumpió sin previo aviso.

-[Qué es esto? Por qué está siendo tan atento? ]

Para Deilyne en los cinco años en que compartieron el mismo techo nunca habían mantenido una conversación tan larga y él nunca fue así de amable.

-[ claro es que ahora ya no soy una molestia en tú vida, no hay razón para tratarme del mismo modo] La ideas de Deilyne eran erradas, y los pesares en su corazón aumentaban.

Cuando el té estuvo servido Deilyne volvió a tomar la palabra.

- Tal vez estoy siendo un poco apresurada, pero podría decirme en qué puedo ayudarle?

Gabriel que observaba silenciosamente a Deilyne no quería que él tiempo pasará el verla sentada frente a él era algo casi irreal, pero si no contestaba se vería como un estúpido.

- Bueno tal vez esto le suene extraño, hasta un poco tonto, pero quiero pedirle algo que al parecer solo usted puede hacer.

Deilyne no estaba segura sobre que hablaba.

- He disculpe pero que es eso que solo puedo hacer yo, no sé que es.

- Usted sabe de la migraña que he sufrido siempre, es descarado de mi parte venir a pedirle esto ahora pero créame que he buscado mil soluciones y ninguna me a servido, lo único que logró calmar ese dolor fué el té que usted preparaba .

Deilyne se sorprendió al escuchar esto, no esperaba para nada que eso fuera lo que él necesitaba, tampoco pensó que el sabía que era ella quién preparaba él té para su dolor de cabeza.

-[ eres estúpida Deilyne te alegras por algo tan tonto, no olvidemos cómo fué nuestra vida ahí, demoles lo que quiere y que se largue de aquí]

- oh se refiere al té de manzanilla, pero es un té que casi todos conocen y lo usan para eso.

- Si lo sé pero al parecer usted lo hace de otra forma, cómo dige anteriormente es descarado de mí parte precentarme de éste modo y todavía solicitarle algo, pero no he encontrado otra solución.

- [ ya veo también soy tú último recurso, no importa es mejor así, siempre fué así]

- no creo que mi té tenga algo especial, pero si le es de ayuda le escribiré el paso a paso de cómo lo hago.

Gabriel sonrió ampliamente ante su respuesta.

- Tal vez estoy siendo demasiado ambisioso en éste momento, pero no sería mucho pedir una taza de ese té ahora, es que no he podido dormir muy bien los últimos días.

Gabriel intentaba darle pena a Deilyne, pero Deilyne lo único que quería era que se fuera.

Deilyne acepto la petición del descarado hombre. Sirvió ella misma una taza de té de manzanilla.

Gabriel se la bebió toda, cómo era posible se preguntaba con el primer sorbo ya no sentía el molesto dolor.

Deilyne estaba incómoda quería que él se fuera, así que apenas terminó su té ella le hablo apresuradamente.

- Supongo que ya he cumplido con su solicitud, ahora si me disculpa Duke tengo mucho trabajo pendiente.

Gabriel en su cabeza trataba de buscar alguna otra excusa para poder quedarse más tiempo, pero no sé le ocurrió nada razonable, no quería irse quería mantener ese momento por más tiempo pero era evidente que ella no lo quería ahí.

- No tengo suficientes palabras para agradecerle, supongo que es momento de retirareme, en muestra de mi agradecimiento le haré llegar un precente.

- No lo necesito. Gracias

Las frías y cortantes palabras de Deilyne clavaron una astilla más en Gabriel. Ese día fue satisfactorio y a al ves doloroso para él. El verla la había hecho más feliz de lo que podía imaginar pero al escucharla sabía que ella no pensaba lo mismo que él.

De está forma la reunión menos pensada termino, Deilyne hizo que el mayordomo acompañara y despidiera a Gabriel. Ella por otra parte se encerró en su oficina. Pero algo que Deilyne desconocía también sucedido en la salida del Duke.

Cuando Gabriel disponía a retirarse fué interceptado por Benjamín, quién no parecía nada contentó con lo la presencia de Gabriel.

Benjamín que había estado entrenando lucía un tanto deliñado, pero cuando supo de la presencia de aquel hombre no dudo en salir corriendo, y para su suerte lo encontró justo cuando se retiraba.

- Usted es el Duke Laportt??

Gabriel que estaba por subir a su carruaje escuchó a alguien detrás de él preguntar ésto. Cuándo volteo un hombre de aproximadamente su edad, de pelo plateado y ojos dorados lo veía fijamente, por su físico bien entrenado y cómo lucía parecía ser un caballero.

- Así es, quién pregunta?

- Ja usted debe ser la persona más descarada que exista verdad, Yo soy el Conde Benjamín Marthell, comandante de los caballeros de la casa Marshall y escolta de la Señorita Deilyne, solo hay una cosa que me interesa que sepa, no me importa cules sean sus motivos no vuelva a hacercarse a ella, porque no me importará que usted sea un Duke.

Gabriel no podía creer lo que estaba escuchando, quién demonios se creía ese tipo para darle tal advertencia. Pero no haría un escándalo en la casa de Deilyne así que trato de calmar sus animos.

- Ja ! Eres muy osado caballero, y tú piensas que a mí me importa lo que digas, solo as el intento. Hasta la próxima caballero.

Gabriel miro despectivamente a Benjamín quien su rostro hablaba por sí sólo, pero hacerle algo al Duke podría generarle grandes problemas a Deilyne así que se mantuvo en su lugar viendo cómo el carruaje se alejaba.

Benjamín trato de ir a ver a Deilyne, pero ella dió la orden de que nadie la moleste. En la residencia Marshall un clima de tensión se había apoderado del lugar, todos estaban muy ansiosos por cómo reaccionaría su Señorita. Benjamín quería castigar a los guardias de la entrada que dejaron pasar a ese hombre, pero no podía hacerlo sin el concentimienti de Deilyne, así que tan sólo tendría que esperar a que ella decidiera hablar con ellos.

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