—¿Y qué tal estuvo tu cena con los suegros?—pregunta Estefania mientras se sienta en la cama de Diana.
—Divertida—ríe. —Charlamos un poco de diversos temas, y aunque los había conocido muy poco, de hecho, casi nada. Me enteré que son fans de Star Wars, y eso es un plus, también, no se si sabías o recordabas que David tenía una tía que practica la brujería—responde Diana mientras acomoda unos platos.
Estefanía niega con la cabeza. —No—ríe. —¿Está loca la señora? No recordaba que tenía una tía, bueno, nunca la menciono. Supongo que no la menciono por la misma razón, es una persona extraña y además practica la brujería, hacer magia según no está bien visto, por suerte estos no son los tiempos de antes donde quemaban a la brujas—contesta mientras abre la bolsa de Macdonald's, dentro vienes hamburguesas y papas.
Toma su plato y coloca la hamburguesa y papas. —Si, de verdad es muy extraña. Cuando me tocó me sostuvo la mano por unos segundos y fue una sensación extraña, como una especie de escalofríos y como si de pronto ella y yo estuviéramos conectadas, de verdad que me quede pensando en ese momento por un buen rato—comenta mientras busca una película en Disney+.
—Te entiendo, bueno, no te entiendo del todo porque no he vivido algo así. Pero he leído sobre la magia y brujería. ¿Tú crees que realmente la magia exista? O sea, todo eso de las brujas, magia, hechizos son solo fantasía, y cosas que suceden en libros como Harry Potter, de hecho creo que veremos esas películas hoy o mañana...—Estefanía le da una mordida a su hamburguesa.
—¿Tu no crees en la magia?—Diana sonríe mientras en la TV reproduce: Star Wars episodio 5: El imperio contraataca.
Estefanía toma su vaso de refresco y lo acerca a un costado de la cama. —Creo que solo es fantasía, como Star Wars o Harry Potter. A veces quisiera creer que existe, pero no lo sé. Aunque se supone que antes las quemaban vivas a las "brujas" por practicar la brujería, me lleva a pensar que realmente existe 9 existió, en nuestros días no conozco a nadie que afirme que algo así existe...—agrega con incredulidad. —¿Tú?—le observa con curiosidad.
Diana sonríe. —Si existe. No tengo pruebas, pero tampoco dudas—ríe a carcajadas antes de darle una mordida a su hamburguesa.
—Vaya vaya. ¿Que clase de sucesos has vivido y no los quieres compartir con tu mejor amiga?—ríe mientras coloca su teléfono en molestar, para evitar escuchar los sonidos de notificaciones por los mensajes que envían sus amigos o aplicaciones.
—No es eso, pero he leído en internet y me han contado algunas cosas que realmente me vuelan la cabeza, y es interesante el tema. Aunque según se, si tú o yo la practicáramos, sería pecado, ¿no?—pregunta ella mientras Estefanía le escucha.
—Se supone que sí, pero tampoco podemos de ser muy santurronas y lo sabes...—ríe. —Pero de igual forma, tal vez si exista, no lo sé...—responde. —Y que clase de experiencias te han contado o que es lo más relevante para resaltar de esas experiencias extrañas...—le mira con curiosidad.
—Al rato te contaré, para que te de miedo—ríe y ambas continúan mirando la película.
Horas más tarde...
Después de ver películas, reir, comer y distraerse. Diana toma su iPhone y se percata de algunas notificaciones que tiene, la mayoría mensajes de Diego.
...12:23 AM...
...Notificaciones • Messenger...
Diego: Oye, ¿podemos hablar? Por lo que sucedió el día de la posada.
^^^Diana: ¿De que quieres hablar, Diego?^^^
Diego: Te puedo llamar, solo será rápido. 🥺
^^^Diana: Jaja, eres como el típico niño que ofende a su madre y después de un rato viene llorando y la quiere abrazar. Diste un show en la posada, tuviste tus 5 minutos de fama e hiciste el ridídulo, ¿días después quieres hablar de eso?^^^
Diego: Lo siento, solo te llamaré para charlar sobre lo sucedido, será rápido. Se que ya te vas a dormir.
^^^Diana: Ash, llámame. 🙄^^^
—Diego, me llamará. Supongo que pedirá disculpas por lo del otro día, así que espérame poquito y ahorita continuamos mirando las películas—le comenta a Estefanía mientras sostiene el teléfono en su mano.
Diego de inmediato lee el mensaje y le llama.
Diego: Hola
Diana: Bien, ¿de que querías hablar?
Diego: Me disculpo por lo del otro día, también le envié mensaje a David, pidiéndole disculpas por lo sucedido. Me dejé llevar, es solo que dijiste que te darías tiempo para ti, y después te veo allá con David... me mentiste.
Diana: Si, te mentí. Lo siento, pero me sentí atraída por David, y pues se dio algo entre nosotros.
Diego: Está bien, dejemos eso de lado. ¿Podemos conservar nuestra amistad? Es lo único que me interesa
Diana: Claro, podemos seguir siendo amigos. Solo que por favor, ya no hagas actos como el último, es incómodo para mi verte haciendo dando esos shows frente a la gente.
Diego: Jaja, no te preocupes. Ya todo quedó en el pasado. Ojalá luego podamos salir a comer o vernos en algún lugar, Diana.
Diana: Claro Diego. Ya luego veremos, felices fiestas. Cuídate y buenas noches
Diego: Hasta luego, Diana. Gracias. Igualmente.
Finaliza la llamada y de inmediato Estefanía la observa.
—Aún sigue teniendo esperanzas contigo, cree que conservando tu amistad podrá existir la posibilidad que en el futuro se encienda de nuevo esa llama que se apagó...—comenta con algo de drama mientras ve a Diana bailar los ojos.
—No lo sé, por ahorita el futuro es muy incierto, veamos que sucede después—ríe.
Estefanía asiente. —¿Te parece si ya coloco mi colchón inflable? No se si ahorita sigamos mirando películas, o me cuentes esas historias extrañas sobre brujas—comenta ella mientras se levanta de la cama.
—Te digo que te acuestes conmigo, no tengo problema con eso—ríe.
—Te conozco, se que no te agrada del todo dormir con alguien más en la misma cama—responde Estefanía. —Mejor colocó el colchón inflable cerca de la cama y así las dos estaremos juntas—agrega mientras está a punto de sacar el colchón inflable de la caja.
Diana asiente, le ayuda a colocar el colchón inflable y darle cobijas y sábanas.
Después de unos minutos, finalmente termina de acomodar, Estefanía se cepilla los dientes y ambas se acuestan, la lámpara que Diana tiene en su habitación ilumina un poco la oscuridad, también lo complementa con una lámpara que muestra estrellas en el techo. Ambas están recostadas.
—¿Entonces?¿Me contarás la historia que conoces?—inquiere Estefanía mientras coloca su teléfono a un costado, observa al techo y las estrellas.
—Claro, es una historia corta, pero interesante. La leí en un foro de internet, ya sabes, lugares raros... —sonríe mientras se igual forma observa las estrellas transmitidas en el techo.
—La historia trata sobre un chico que está confundido respecto a su género, este chico lleva una vida triste y amargada... desea ser una chica, pero salir del closet como una chica trans no es una opción para él. Conoce a una bruja y está le dice que puede transformarlo en chica, abrir un portal y enviarlo a una realidad o mundo paralelo, donde él despertará siendo ella. El chico se burla de la bruja y con incredulidad asiente, ella comienza a preparar su hechizo, de pronto destellos y vientos se desprenden de un portal que se ha creado en la pared, un portal que le puede dar la vida que merece y que desea. Pero solo será por un tiempo, 4 semanas. Y hay un precio, si decide quedarse, jamás podrá volver a su antigua vida y tampoco volverá a ver a quienes quiere, en especial a su perro, Cookie, un fiel compañero que le ha acompañado por varios años de su depresión y tristeza. Cookie es un perro fiel, que a pesar de la pesada vida que lleva el chico, al ver las peleas de sus padres y vivir en un ambiente triste, el cachorro sigue ahí, apoyando y haciendo ver que a veces la vida... no es como uno quisiera, pero tarde o temprano siempre encontramos una luz...
Estefanía escuchando se sorprende un poco por la historia. —Ay, que tierno lo del perro. ¿El chico entró al portal?—inquiere Estefanía mientras observa las estrellas en el techo de la habitación.
—En efecto, con miedo y sin saber que le espera del otro lado, ingresa al portal. Por fin tiene la vida que anhela y desea, despierta y su alma ahora está en el cuerpo de una una linda chica. Parece que la bruja no era una loca como el creía, ahora se ha convertido en su heroina que le ha salvado de quitarse la vida. Ahora su vida se ha transformado y podrá vivir lo que tanto anhela y merecía, su pasado como chico quedó atrás, ese chico tal vez murió para que ella pudiera nacer. Ahora se enfoca en su nueva vida, vive nuevas experiencias y deberá tomar la difícil decisión si quedarse con esa nueva vida que tanto tiempo busco, o volver a su mundo donde es un chico, algo triste y amargada. Sin mencionar que su disforia de género le afecta y sus padres jamás le apoyarán... en ese nuevo mundo conoce amigos, amigas, chicos, tiene parejas y nuevas emociones, disfruta como si no hubiera un mañana... pero finalmente llega el tiempo que la bruja le había dado como límite para vivir ahí...—narra Diana mientras recuerda algunos breves recuerdos de su anterior vida.
—¿Y que decidió el chico?—voltea Estefanía a ver a Diana.
Diana gira un poco la cabeza y observo a Estefanía. —¿Tu que decidirías? Tener la vida que deseas, lo que siempre quisiste, ¿o volver a tu antigua vida?triste, deprimente, donde no puedes ser tú... pero, hay alguien que si te espera, y ese sería tu perro. Tu mejor y más fiel y compañero—contesta e interroga al mismo tiempo, ansiosa por escuchar a Estefanía.
—Pero si la bruja pudo llevarlo a él, ¿no puede llevar a cookie? Y así todos felices—ríe Estefanía.
—Ojalá fuera tan fácil, pero no lo es. Al menos aquí no fue así... no pudo llevarlos a los dos, deberá tomar una difícil decisión—Diana también ríe por el comentario.
—Si es una difícil decisión...
Diana le presiona. —Elige... quiero saber que harías tú...
—Carajo... primero quiero conocer lo que hizo el chico... yo no se que haría—responde Estefanía con desesperación por conocer la decisión final.
—Primero dime tu repuesta—ríe Diana al ver la inquietud de su amiga.
—Creo que no me quedaría, lamentaría no tener a mi perro, alguien que me hizo compañía en los momentos más difíciles. Tú sabes cómo soy con los animales, los súper amo. Me sentiría mal conmigo misma, por haber traicionado su confianza al abandonarlo en un lugar donde será cuestión de tiempo para que muera...—contesta Estefanía con un poco de confusión.
Diana la escucha con detenimiento y solo asiente. —Tal vez es una buena elección, ¿pero renunciarías entonces a tu felicidad? A esa vid que tanto quisiste y por mucho tiempo deseaste...—espera una repuesta de su amiga.
—Creo que sí. Dejar a mi cachorro, el único que me acompañó en mis momentos difíciles, que me esperaba emocionado cada que yo regresaba de la escuela... por eso creo que volvería, aunque eso significara renunciar a esa vida, de igual forma, sabes como soy, buscaría volver a esa vida, de una u otra forma—ríe.
—Lo sé, eso hace que sea difícil abandonarlo...
—¿Y? Que decidió el chico...—interroga Estefanía.
Diana ríe. —No lo sé, según el usuario anónimo que lo escribió dijo que no sabía si el chico volvió a su realidad, o si se quedó a vivir en su mundo anhelado...—contesta en un tono serio mientras observa al techo y medita la repuesta que dio su amiga.
—Ay, me dejas con la intriga. ¿Tú que elegirías Diana?—
—Rayos, no se que opción elegiría. Imagínate... haber vivido una vida llena de decepciones, tragedias, tristeza, soledad, donde no puedes ser tu... Y a su vez tener a alguien que en tu otra realidad te espera. cuando la tengas tener que decidir si vuelves o no...—contesta ella.
—Ojalá no fuera así, pero tiene lógica. No puedes tener algo que anhelas y deseas, sin que haya un sacrifico de por medio. Por más que tu vida sea miserable, siempre habrá algo que será bueno. En el caso de ese chico, tenía a su perro...—sentencia mientras revisa la hora en su teléfono —Pero en fin, son historias de fantasía. Interesantes, pero si me encontrara en esa situación creo que elegiría la opción que te dije—agrega antes de bostezar.
—En efecto, siempre tiene que haber algo que te complique los planes—finge risa.
Estefanía se da la media vuelta. —Creo que ya me dormiré, de repente me dio mucho sueño...
—Buenas noches, Estefanía. Descansa—responde Diana sin apartar su mirada de las estrellas qué hay en el techo de la habitación.
Sábado 18 de diciembre.
—Diana, Diana...—Estefanía mueve a su amiga para despierte.
Diana despierta de pronto con la respiración agitada y con una visible confusión. —¿Que paso, Fanny?—abre por completo los ojos, se le puede ver unas lágrimas y puede ver que el sol entra por la ventana.
—Estabas llorando, y también te quejabas... ¿Estás bien?—inquiere Estefanía mientras esta acostada junto a ella.
—Sí, estoy bien. Fue solo una pesadilla...—sonríe mientras se intenta levantar un poco y recargarse en su almohada.
—De igual forma ya es algo tarde, son las 11:47 de la mañana. Noté que traías tapones en los oídos y no te despertaste con la llamada de David, me tome la libertad de responder por ti...—guiña el ojo mientras le entrega su iPhone. —No se que quería, dijo que llamaría más tarde, eso fue hace como una hora...—agrega mientras abre las persianas para que ingrese más luz.
—Ahorita le mandaré mensaje—ríe mientras se seca las lágrimas que aún tiene en los ojos.
—¿Cómo fue tu pesadilla? ¿O soñaste algo relacionado a lo que hablamos antes de dormir?—ríe mientras se sienta al borde de la cama.
Diana ríe. —Para nada, eso sí sería muy loco... la verdad es que no recuerdo bien que soñé, tengo el defecto de olvidar muy pronto lo que he soñado... aunque hayan pasado unos minutos—responde mientras se levanta de la cama y se coloca su bata.
—No te culpo, yo también lloraría si tuviera una especie de sueño así, tener que decidir si tu felicidad o tu perro... aunque se que no actualmente no tienes perro, pero ya sabes como son los sueños—se levanta de la cama. —Iré al baño—camina hacia fuera de la habitación.
...•...
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Lindo día o noche.
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Comments
alexa c.amadeus
presiento que si se dio cuenta
2023-02-28
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