La novia

Especial Halloween 🦇 🎃

Finalmente, el día llegó, hoy me casaré, un 31 de octubre uniré mi vida con el hombre que amo con todo mi corazón. Después de muchos años esperando su propuesta se me declaró delante de toda mi familia. Debo admitir que la ansiedad me supera y perdí 10 kilos en un mes, bastante peso en tan poco tiempo. Pero eso a mi prometido Mateo Brown le hizo realmente feliz, y si él lo es, yo también.

La mañana paso sin contratiempos, mis amigas ayudaron a peinarme y a colocarme el voluptuoso vestido de novia, cortesía de Mateo. Ya vestida y obviamente con mi dama de honor, mi mejor amiga Betiana, nos dirigimos a la iglesia donde me casaría, en cuanto llegamos notamos que mi prometido no estaba y sus mejores amigos no sabían nada de él. Betiana, levantaba mi ánimo diciendo chistes sin sentido, y por supuesto me reí.

Pasadas las 12 del mediodía, y Mateo todavía no daba señales y yo seguía de pie, al lado del sacerdote que a esta altura estaba impaciente, cuando debería ser yo, la alterada. Betiana recibió una llamada y por su expresión de seriedad sé que algo grave había sucedido. Ella se acercó a mí y en voz baja me informó

-Lorena... No sé cómo decirte esto, pero... Mateo no vendrá...

-¿Por qué? ¿¡Ese imbécil se atrevió a dejarme plantada!?

Grité tan fuerte que toda mi familia y la de Mateo se acercaron hacia mí de inmediato

-¡No! ¡No es lo que parece Lore! Es que... El tuvo un accidente camino a la iglesia... Y él murió Lore.

El llanto que quería contener lo solté frente a toda mi familia y la de Mateo, de un momento al otro mi casamiento con el amor de mi vida, se transformó en el que tengo que ver al hombre que tanto amo ser sepultado bajo tierra.

Con mi voluptuoso vestido de novia, me retiré de la iglesia junto a Betiana, ella es una gran amiga, sin duda. ¿Qué podía hacer sin mi Beti?

El doloroso momento de sepultar a Mateo llegó. Realmente me sentía mal, frente al mismo cura que nos iba a casar, ahora estaba dictando la ceremonia del entierro, iba a dedicarle unas palabras de despedida, pero no tenía las fuerzas necesarias para decirlas, así que deje que Betiana las dijera por mí, mientras yo abrazaba a mi madre.

Unos minutos después, salude a toda mi familia, y con un gran dolor en mi alma abracé a mi ex suegros, y partí del cementerio junto a mi incondicional Beti, hacia el departamento que compartí durante muchos años con Mateo.

-¿Lore? ¿Cómo te sientes? Me pregunto Beti ni bien entramos al departamento

Logre decir un simple, bien...

-¿Quieres que me quede contigo?

-Eso no se pregunta, Beti... Me iré a duchar, tú ponte cómoda, le dije.

Después de unos minutos en la ducha, sasalí envié un mensaje a mi madre, me cambié y me encontré con Beti sentada en una de las sillas un poco rara, abanicándose, como si tuviera calor, le pregunté

-¿Beti? ¿Te sientes bien?

Ella quiso pararse de su asiento, y se tambaleó.

-Lore... Algo me sucede...

Sonreí, y le dije

-Lo sé, siéntate de nuevo o te caerás

Ella pareció no entenderme y quiso acercarse hacia mí, pero ni bien hizo dos pasos, cayó al suelo...

-Lore... ¿Qué me pasa? ¿Qué me hiciste?

La miré sorprendida¿Yo le había hecho algo? Negué con mi cabeza, hace unos minutos había enterrado al amor de mi vida, de verdad Betiana era una exagerada. Arrastre una silla frente a ella y me senté como la reina que ahora era. La miré fijamente y comencé a explicarle.

-Beti, Beti... Amiga ¿Pensaste que nunca lo sabría?

Ella a penas podía levantar su mirada, y el volumen de su voz era bajo, pero teníamos todo el día para charlar.

-Lo… Lore... ¿Qué te hice?

Lógicamente, me reí ante esa pregunta y comencé a enumerar las cosas.

-Hablar mal de mí a mis espaldas, querer robarme los proyectos de mi trabajo, acostarte con Mateo, planear una vida con el mientras yo estaba en el medio, organizando nuestra boda, no te basto cogértelo a tu gusto, que tuviste que quedar embarazada de él, cuando a mí ni siquiera me ha tocado uno de mis hermosos cabellos, ¿todo esto responde a tu pregunta.?

-Yo... yo...

-No hace falta que te disculpes, la herida ya está hecha y jamás cicatrizara. Tú eres una puta y él es un bastardo, son tal para cual y en este caso los ayudaré a reunirse en el infierno

-Lo... Lore, soy tu ami... amiga...

Por supuesto que la ignoré, me levante de la silla y la corrí unos cuantos metros, mi mirada fue directo hacia el techo, la soga estaba perfectamente colocada, me faltaba ajustarla un poco arriba y listo. Me subí a la silla y sonreí inevitablemente. Levante a la puta de Beti y aunque ella quería evitar mi cercanía, estaba tan drogada que la maneje a mi antojo. Coloque la soga alrededor de su cuello, y antes de que comenzará el plan ella me preguntó

-¿Desde cuándo lo sabes? Al parecer los efectos de la droga estaban desapareciendo

-Desde la primera vez que te lo cogiste, solo que soy muy buena fingiendo.

Acomode un poco más la soga en su cuello y escuche otra de sus estúpidas preguntas

-¿Cómo hiciste para drogarme?

-Un mago jamás revela sus trucos, pero te diré algo, para la próxima vez que quieras meterte con un hombre ajeno, piensa bien antes de dejar tu número como contacto de emergencia. Porque eso querida amiga, fue lo que te termino de delatar.

Ella me miró y yo simplemente bajé una palanca que hizo que el piso donde la puta estaba parada se abriera un pequeño agujero donde la persona que estuviera allí quedará colgando. Si tenía todo planeado, mire atentamente como se desesperaba por soltarse pero no podía perder más tiempo, era hora de comenzar con la escena merecedora de un Óscar.

Arroje todas mis pertenencias al suelo, rompí vasos platos incluso ventanas, la heladera terminó en el suelo junto a la cocina y lavarropas. Los cuadros de fotos junto a Mateo los arrojé en el techo de basura no sin antes romper el vidrio y tomar uno de ellos. Escuche voces muy reconocidas para mí, así que deje la carta de suicidio en la silla que estaba cerca del cuerpo sin vida de la puta. Allí estaba escrito las andanzas de Mateo junto a ella, su embarazo y que principalmente me "había asesinado" por sus celos enfermizos y que después se despedía de este mundo por no poder soportar esta vida sin su querido Mateo. Corte mis muñecas con uno de los vidrios, y golpee una y otra vez mi cabeza contra la pared, una vez que estuve satisfecha me senté en el piso a esperar a que encontrarán. Y así lo hicieron, los gritos de mi madre fueron música para mis oídos. Me relajé y dejé que todo siguiera su curso.

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