Ariana Martinez

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Tenía tal solo 9 añitos cuando una noche ya dormida en mi pequeña habitación fui despertada por un susurro gutural.

-Shh... No hagas ruido

Sentí que mi camisón era levantado y antes de que pudiera protestar, mi tío estaba encima de mí y con una de sus manos tapó mi boca. Me forzó para que abriera mis piernas e intente que me soltara. Me fue imposible porque él ejercía mucha fuerza. Recuerdo claramente como él desabrochó su cinto y sujeto mis manitos para que no tuviera opción más que aceptar mi cruel destino. Esa dolorosa intromisión hizo que gritara y llorara al mismo tiempo. Pero mi voz no salió debido a que él todavía seguía tapando mi boca No me tuvo piedad, a pesar de que se le pedí, es más eso lo motivo aún más para seguir lastimándome. Yo, Ariana Martínez no pude evitar ser abu*** sex** por el hombre al que yo quería como mi tío.

Ariana Martínez después de eso quedo afectada terriblemente. Su madre, la mujer que tanto amaba, fue la primera en no creerle, debido a que ella pensaba que su hermano jamás le haría algo así a su pequeña sobrina. Le era imposible pensar en eso, quizás solo era un invento de su hija para tener su atención. Pero debido a un gran cambio de actitud de Ariana y por el miedo de ser ella la denunciada, decidió enviarla un especialista para no levantar sospechas con las autoridades.

Por supuesto que el psicólogo detecto las señales del sufrimiento que la niña tuvo que pasar y por eso hizo lo más humanamente posible por ella. Realizo la denuncia y con el paso de los meses, el tío de Ariana confesó su fechoría pero su abogado defensor alego que la niña a esa edad era muy promiscua y que ella se le había insinuado, por supuesto que la defensa fue muy estúpida y al final el abusador únicamente fue sentenciado a 12 años de prisión, dándole a Ariana una pequeña esperanza de rehacer su vida. Pero no todo fue de color de rosas, en los años que su tío estuvo preso su madre descargo su ira en ella. Fue así como después de suplicarle a su madre que ya no le pegara, en una de las tantas palizas, la confesión que ella le hizo, le rompió el corazón

-Nunca debiste abrir tu asquerosa boca mocosa de mierda, ahora sin tu tío ¿Cómo haremos para sobrevivir?

Ariana lo entendió su madre sabía que clase de tipo era su hermano; sin embargo, ella solo la veía como un trozo de carne a quien podía sacarle beneficios. Esa misma noche, Ariana, escapo de su hogar, de su madre y de su tormentosa vida. Busco refugio en la estación de policía, poco a poco se fue instalando allí y a pesar de que a veces debía de irse, ella insistentemente se quedó como un animalito sin refugio. El jefe de allí investigo su historia, su pasado y entendió que la niña estaba desamparada sin alguien que la quisiera. Consulto con su esposa para poder acogerla y su mujer, sin pensarlo acepto. Ariana conoció a la señora Irene y sus dos hijos, Leandro y Martina. Ellos la aceptaron de inmediato, pero el joven quedó flechado por la niña a penas la vio.

Los años pasaron y la niña se convirtió en una hermosa señorita de 16 años, Ariana logro continuar con su vida, parecía que todo su sufrimiento había quedado atrás, pero ella en su mente aún planeaba como vengarse de ese hombre y de la mujer que la había parido. Tachaba los días en su calendario a medida que el tiempo pasaba, quería ver a ese desgraciado cara a cara. Empezó a entrenar diariamente, se alimentó correctamente y acompañaba a su padre adoptivo al trabajo. Hacia todo esto para cultivar su mente y cuerpo, faltaba cada vez menos para que ese día llegara. No fue sorpresa para la familia Thompson que Ariana siguiera los pasos de su padre adoptivo, Guillermo. Fue así como a sus 17 años, después de terminar sus estudios, entrego sus papeles para entrar a la academia policial y a los pocos días quedó preseleccionada para comenzar el internado que duraría 5 meses.

-Mi niña Ariana, no sabes cuanta falta nos harás en casa. Pero te vendremos a visitar cada vez que se pueda... Te queremos muchísimo.

Esa frase fue dicha por Irene, y Ariana la abrazo muy fuerte, ella era su madre, aunque no de sangre la amaba con todas sus fuerzas.

La chica abrazó a Martina y esa niña lloraba, sin dudas la consideraba como una hermana mayor. Leandro se mantuvo sereno, no podía demostrar debilidad en un momento así, por eso cuando recibió un abrazo por parte de Ariana él solo le dio palmaditas en su espalda, la chica rio y dijo

-Yo también te quiero, Lea.

El chico se sonrojó y Ariana lo soltó, por último y no menos importante, la chica abrazo con todas sus fuerzas a su querido padre, y aunque el hombre quiso contener su llanto, no pudo hacerlo, esa niña se había ganado su profundo cariño. La abrazo lo más que pudo y después de unos segundos, Ariana se alejó de ellos para iniciar el internado.

Los meses pasaron a ser dos años y finalmente la ceremonia de egreso llegó, la familia Thompson se hizo presente para festejar el logro de Ariana, se sorprendieron al encontrarla más delgada y con su cabellera totalmente teñida de rubia que le acentuaba de maravilla. Ariana se paró frente de su padre y le hizo saludo UNO en señal de respeto, ya que él era además de su padre un rango superior al de ella. Guillermo seco sus lágrimas y abrazo a la niña que tanto había extrañado. Martina se puso un poco celosa e hizo un puchero pero rápido fue atrapada por Ariana en un superabrazo y la lleno de besos haciéndola reír. Irene también recibió cariños por parte de la joven. Leandro asistió a la ceremonia, y observó a su familia desde lejos, debía admitir que había extrañado a Ariana, quería abrazarla, darle unos cuantos besos, pero tal vez sus acciones arruinarían todo, la chica solo lo veía como un hermano. Estuvo a punto de retirarse cuando la oyó decir...

-Oye, tú... Imbécil… ¿No me extrañaste?

Leandro casi se muere cuando la joven lo interceptó de esa forma.

-Yo… Yo... Hola... Ariana... Te, té... Te felicito por...

-Ya Cállate y abrázame, imbécil.

Leandro la abrazo y sin poder resistirlo mucho más, la besó. Aunque la chica tampoco quería admitirlo, también se había enamorado de él.

Así fue como el tiempo pasó volando, y en el cumpleaños número 21 de Ariana, Leandro pidió su mano delante de toda su familia, a lo que ella aceptó debido a que lo amaba más que nada en este mundo. Pero había algo que debía hacer primero, deshacerse de esas dos ratas asquerosas a las que no les había perdido el rastro, sabía que su madre trabajaba en un prostíbulo, y su tío mañana en la mañana salía en libertad. Todos estos años había esperado pacientemente a que este día llegara, así que después de hacer el amor toda la noche con Leandro, durmió como nunca lo había hecho en toda su vida.

En la mañana se puso su uniforme, se despidió de su guapo futuro esposo y partió a la seccional donde llevaría a cabo todo su plan. Con un celular pirata pidió a través de una aplicación los servicios de su madre ofrecía, concreto un horario y dirección con ella con otra identidad, y sabía lo que a ella le gustaba era el dinero así que le ofreció bastante y luego de que la estúpida cayera en su trampa, borro los mensajes que la incriminarían y antes de deshacerse de él, se excusó con su jefe de que se sentía mal, y que iba a ir al hospital en su coche. La prueba de que ella se había presentado a trabajar estaba y con eso no levantaría sospechas.

Con ese mismo celular pirateo el sistema de seguridad del servicio penitenciario y averiguo que el degenerado había salido en libertad hace media hora. Sonrió, borro todo el historial del teléfono y lo estrelló contra la parte dura del coche rompiéndolo por completo. Al ser un móvil viejo no le costó mucho hacerlo y de allí obtuvo su tarjeta SIM y la batería,los tomo y los guardo dentro de su pequeño bolsillo, mientras que arrojo el resto al costado de la calle. Condujo hasta el hospital y en la guardia admitió que se sentía mal y cansada, por suerte un médico conocido la atendió enseguida y le hizo un chequeo breve y rápido. Fue una sorpresa al enterarse de que estaba embarazada pero aun así se sintió feliz, le pidió al Dr. que le entregara los resultados de sus estudios. Otra prueba más que demostraría donde se encontraba ella al momento de que todo sucediera.

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