Capitulo 11

Gian veía como tranquilamente tomaba ella su café sin haberle afectado su mal humor, eso lo enojaba un poco, pero Alice era una joven fuerte que no se dejaba llevar tan fácil y si él no lo hacía fácil, ella tampoco.

Mientras disfrutaba de su café frente a la piscina Alice escucho la voz de una mujer, era Silvia la ama de llaves junto a dos chicas más que se encargaban del aseo y la cocina, no pensaban en ir a trabajar, pero Francesca las había enviado para que Gian pueda disfrutar de su luna de miel sin preocuparse del aseo y por la comida.

Alice se reincorporó para recibirlas mientras que Gian también bajó para darle las nuevas indicaciones a Silvia. La ama de llaves era una mujer muy dulce y siempre había estado cerca de Gian, desde su infancia se encargó de sus cuidados.

Las jóvenes que se encargan del aseo rápido fueron indicadas para que comiencen a trabajar mientras que Silvia se quedó junto a Gian.

-¡Felicidades, señor Gian Luca! Me hace muy feliz que haya decidido formar una familia.- Le hablo con dulzura la mujer mientras le daba un cálido abrazo.

- Muchas gracias Señorita Silvia, no ha sido una decisión fácil .-Contesto correspondiendo a su abrazo.

-Sé que no, teniendo en cuenta la clase de vida que usted tiene.

-Jaja ¿Qué tipo de vida señorita Silvia? Yo siempre he sido un santo.

-¡Eso no se lo cree ni usted!-Le contesto en forma de broma.

-No me deje mal frente a mi esposa por favor.-Continuaba bromeando.

-Ay si disculpe señora Rinaldi olvide felicitarla.-La mujer un poco apenada se acercó a abrazarla por lo que Alice la abrazo sin dudarlo.

-No se preocupe señora.-Contestó amablemente Alice.

-Estoy para lo que necesite, si quiere alguna comida en especial, solo debe decírmelo y estaré dispuesta a hacerlo.

-Muchas gracias Señorita Silvia. -Contestó Alice, la mujer quedó observándola con una sonrisa porque le gustaba mucho esta joven para Gian.

-Bueno, volveré a mía quehaceres. Ya saben que lo que necesiten solo deben pedirlo.

-Muchas gracias.-Contestó Gian. -Alice ven, debemos hablar cariño. -Dirigiéndose a Alice con una sonrisa fingida. La tomó de la mano guiándola hacia el pasillo.

-¿Qué es lo que quieres??-Pregunto ella disgustada porque la había tomado de la mano.

-Escúchame pequeña, habrá un cambio de planes.-Hablo poniéndose frente a frente.

-Bueno habla, no tengo todo el día...

-Por desgracia deberás dormir conmigo desde ahora.

-¿Qué dices??-Pregunto enojada.

-Lo que escuchas...

-Nosotros hemos hablado ya sobre esto. ¿Qué es lo que quieres inventar?

-No quiero inventar nada, ni siquiera quiero tenerte cerca. -Objetó. -Sucede que si la señorita Silvia está aquí le dirá todo a mi madre y si encuentran una cama destendida que no sea la mía sabrá que no dormimos juntos.

-Pero yo no quiero dormir contigo.

-Ni yo, pero aquí estamos y si quieres que funcione deberás dormir conmigo.-Contestó Gian, la cara de Alice se transformó, ya que no solamente debería soportarlo durante el día, sino que en la noche también.

- ¡No me mires con esa cara! Porque para mi no es gracioso.-Contestó Gian al ver su rostro tan enojado. -Bueno querida ve preparando tus oídos porque suelo roncar por las noches.-Bromeó Gian, pero a Alice no le hacía gracia la situación.

-¡Cállate maldito! Sabía que me engañarias...

-¿Tu crees que realmente quiero dormir contigo? Yo no quiero problemas, además quería que Mara venga a dormir el fin de semana y ahora no sé cómo haré...

-¿Traerás a tu novia estando yo aquí?

-¿Y cuál es el problema? Es mi casa y tú sabes que no hay nada real entre nosotros.

-Pero quieres que duerma en tu habitación y ustedes vaya a saber que harán.

-Lo que tú seguramente también haces... ¿Cómo crees que dormirás en mi habitación cuando Mara esté aquí? ¡Jamás! Tú deberás dormir en tu habitación y acomodar la cama más temprano.

-Todo eso para salvar tu trasero. ¿Y yo que gano?

-Tú ganas lo que ya sabes...

-Quiero un celular para hablar con Pedro.

-¿Qué? ¡No! Comenzarás a arruinar el plan.

-Entonces dejaré la cama destendida y cuando llegue Silvia que lo vea y saque sus conclusiones.

-¡No lo harás!-Se acercó intentando intimidarla.

-¿Quieres apostar? - Amenazó mirándolo fijamente a los ojos.

-Sabía que era una mala idea... -Contestó indignado, comenzó a caminar de un lugar al otro nervioso.

-Yo también quiero mis privilegios... Si tú quieres estar con tu novia, yo también quiero estar con él mío.-

- ¡Arruinarás todo! -Grito entre dientes.

-¡No me interesa! Entonces... ¿Debo cambiarme?

-¿Para qué? -Le grito.

-Y pues para ir a comprar un celular nuevo. -Se burló mirándolo fijamente a los ojos, nuevamente intento intimidarla con la mirada, pero a ella no le hacía ni cosquillas su mirada amenazante.

-Ve a cambiarte por favor... -Suspiro enojado.

-¡Ay gracias! -Saltó de alegría. -Tengo al mejor marido del mundo...-Contestó con ironía abrazándolo, cuando se dio cuenta la señorita Silvia los estaba observando mientras sonreía al verlos de esa manera. Gian Luca por su parte estaba muy enojado, no podía creer que Alice le haga estas cosas, el creía que tenía la situación controlada, pero no era así.

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