Capitulo 10

Gian quedó recostado en el sofá con sus ojos cerrados intentando descansar, cuando de repente una llamada lo alertó, era Mara su novia, quien seguramente quería saber como había ido todo. Reincorporándose atendió la llamada, haciéndole creer que todo estaba bien y que podía controlar la situación, aunque él no sabía que Alice sería tan bonita y conociendo a Mara veía el problema que se le avecinaba.

Luego de cortar la llamada, Gian fue directo al baño a darse una ducha, quería relajarse de una vez por todas. Esta boda solo le daba dolor de cabeza y a pesar de que tan solo habían pasado horas desde que dio el "Si", deseaba que se acaben estos 6 meses de inmediato.

Mientras disfrutaba de esa lluvia tibia sobre su cuerpo, le pareció escuchar que golpeaban la puerta insistentemente, rápidamente preguntó -¿Qué quería?- Pero no contestó, por lo consiguiente tomo una toalla y se acercó a la puerta.

-¿Qué sucede?-Pregunto fastidiado con la puerta semi abierta, Alice se asustó en cuanto él abrió la puerta y le clavó la mirada.

-¡Ah Hola! -Contestó con una sonrisa.

-¿Qué es lo que quieres?? -Insistió ya que Alice solo quedo callada.

-Oh si disculpa, es que quería saber si tienes algo para comer... Porque no he comido ni un solo bocado.

-¿Tú piensas en comer en este momento?-Contestó con el señor fruncido.

- Yo tendría que estar más enojada, tú al menos sabías el porqué te casarías, a mí me han engañado. -Comenzó a hablar Alice pareciendo que no pararía.

-¡Ay cállate! Aguarda que termine de ducharme y te cocinaré...-Contestó bruscamente

-¡Ay buenoo! - Exclamo. -Te espero aquí. -Contestó Alice sentándose en un pequeño sofá que había en el pasillo fuera del baño, Gian viró sus ojos y cerró la puerta, no podía creer que sea tan desvergonzada.

Alice siguió allí sentada con sus brazos cruzados hasta que Gian salió del baño, esa actitud a Gian le disgustaba mucho, hubiera preferido que siga con el temor que tenía unas horas antes cuando aún creía que debía ser su esposa de verdad.

Gian hizo una seña con su cabeza pidiendo que lo siguiera y la llevó hacia la cocina, que era muy grande y bonita por cierto, abrió la nevera y sacó una caja de pizza que tan solo debía cocinar por unos minutos en el horno, Alice se sentó junto a la mesa y aguardó. Gian de vez en cuando la observaba en silencio mientras que ella no sabía a dónde dirigir la mirada y tampoco que hacer, ya que él se veía muy serio y no quería molestarlo.

-¡Ya está lista!-Exclamo Gian luego de que el horno sonara anunciando que ya había terminado de cocinar la pizza.

-¿Quieres que ayude con la mesa?-Consulto Levantándose de la silla.

-Si, por favor... Contestó el mientras sacaba la pizza del horno.

Alice buscó jugo en la heladera y coloco los vasos, cubiertos y platos, para que Gian sirviera la comida, él se sintió feliz al verla ayudar con la mesa, porque a pesar de que era algo común su novia jamás lo había ayudado excusándose de que debía ser caballeroso.

Ambos se sentaron a cenar y no hablaron sobre nada, Alice podía notar que él estaba muy pensativo y aunque a ella no le preocupaba para nada el trato que habían hecho, ya que no había manera de que ambos podrían llegar a gustarse, Gian Luca si lo estaba, temía que Mara no confíe completamente en él y que esto termine acabando con su relación.

Luego de la cena Alice se despidió y fue directamente a su habitación para intentar dormir, pero se la pasó dando vueltas en la cama y no lo lograba. Pensaba mucho en Pedro, quería contarle sobre el trato que mantenía con Gian Luca, pero aún no tenía un celular para comunicarse con él. Al día siguiente se despertó un poco más tarde que de costumbre, al bajar al comedor se encontró con una taza de café y tostadas para desayunar, muy feliz se sentó y comenzó a comer las tostadas con tanto afán, pero al dar el primer sorbo de café se dio cuenta de que este estaba frío, rápido lo escupió haciendo un gesto de desagrado en su rostro.

-Si te hubieses despertado más temprano talvez tendrías café caliente...-Escuchó Alice que Gian Luca hablaba tras ella.

-No sabía que me despertaría tarde.-Contestó ella un poco enojada.

-Pues aquí se desayuna temprano...-Refutó.

-No te preocupes que puedo hacer mi propio desayuno.-Contestó Levantándose para calentar el café en el microondas.

-No me agrada que te levantes tarde.

-Gian Luca son las 10Am, tampoco es tan tarde.

-Es que no puedes desayunar a esta hora. ¿Siempre duermes de esta manera? -Indagó.

-¡No! Pero estaba cansada por todo lo que ocurrió ayer.

-Excusas...

-Por favor.. ¿Podrías callarte? -Poniéndose bien frente a él. -No sé por qué te molesta que tan solo quiera dormir un poco más. Y si estás de mal humor por favor no me hables... -Continuo Alice en un tono brusco. Tomó su café que estaba en el microondas y se fue de la cocina dejándolo parado solo.

Se fue hacia el jardín y puso su café en la mesa de jardín, sentándose allí para no cargarse con las malas energías de Gian, quien fue a su habitación y quedó en el balcón observándola.

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