Ep 16: Por tu bienestar

Henry Jones. 🕊

Debí a haber escuchado a Emma cuando tuve la oportunidad, si hubiera creído en esa historia de la noche del incendio, entonces ahora no estaríamos aquí. Hubiera hecho algo al respecto para mantenerla alejada de esos bastardos enfermos.

La conozco demasiado bien como para saber que esta actuando de esta manera porque ha dejado de consumir las pastillas recetadas por su psicólogo.

Su padre y yo somos los únicos que sabemos sobre su enfermedad, era imposible para nosotros creer en esa loca historia cuando Emma sufre de esquizofrenia y entre la depresión acompañada por largos períodos de ansiedad.

Ella necesita esas pastillas para calmar los síntomas de su enfermedad, no debí bajar la guardia creyendo que seguía con la receta médica.

...Le fallé a su padre y a ella, se supone que debía cuidarla....

Necesito encontrar una manera para sacarla de aquí, debo alejarla de estos idiotas que intentan aprovecharse de su pésimo estado mental.

—De acuerdo, empezaré a servir la cena.—Se levantó el hombre de cabellera rubia que se encontraba a un lado mío, mismo idiota que hace un minuto me estaba señalando con su pistola en forma de advertencia.

Tuve que ver a mi amigo (Adrien) perder la vida en manos de ese hombre que reconozco como Conejo por los constantes llamados de Emma hacia él. Cumplió con su palabra y le dio una muerte rápida a Adrien cuando sostuve la mirada hacia ellos.

El dolor de perder a un amigo, los celos que de ver a mi novia viendo con admiración hacia ese hombre y el terror de posiblemente perder la vida aquí me estaban haciendo el trabajo aun más difícil, necesito pensar en algún plan para escapar con ella, al menos con ella, lo lamento por Diana o por sus padres, pero necesito priorizar a Emma por encima de ellos.

Cuando el hombre rubio empezó a rebanar la piel de Adrien obteniendo la atención de todos, fue cuando intenté aflojar los nudos de la cuerda que rodeaban mis muñecas por detrás de mí espalda.

Intenté una, dos, tres, cuatro, cinco veces para finalmente sentir que estaba dando frutos mis esfuerzos de desatar mis manos. Mis muñecas sufrían por la fricción entre la piel y la soga, pero no me podría importar cuando mi vida dependía de este dolor.

Mis pies también estaban atados, pero bastaría con quitarme los zapatos para una obtener la libertad de ellos. Al ser hijo de un oficial de policía, en mi niñez tuve que aprender a como salir de las ataduras de mis extremidades en caso de algún secuestro, mi madre decía que era tonto aprender algo así, pero agradezco que mi padre no tenga fe en este mundo y me haya preparado en caso de alguna emergencia.

Soy el único hijo de un feliz matrimonio que hasta el día de hoy siguen demostrando su amor incondicional tanto entre ellos como hacia mí, así que tengo la costumbre de creer que debo mantenerme fiel a mis prioridades y Emma es una de ellas. Aunque me molesta que tenga deseos de ir con ese tipo (Conejo), me molestaría más el dejarla sola cuando entiendo que ella no está bien con su salud mental.

Estuve para ella en sus peores momentos y no pienso hacer de esta situación una excepción.

Una vez logré librarme de las ataduras, me mantuve en mi lugar buscando mi siguiente paso a dar. Estoy en gran desventaja si se trata de ir contra ellos, tengo que esperar mi oportunidad para actuar o terminaré muerto antes de lo planeado.

El tipo a quien Emma llama Conejo volvió a su sitio a un lado de ella, mientras el hombre rubio dejaba parte de la carne de Adrien en sus platos.

—¿Tengo que comerla cruda?.—Preguntó ella haciendo una mueca.

—No pueden hacerla comer esa cosa.—Exigí.—Emma, por favor escúchame, no estás actuando como la verdadera tu.—Intenté hablarle, pero ella simplemente me ignoró.

...Mierda....

El hombre que estaba a su lado le dijo algo que no logré entender y ella suavizo su expresión dando un leve asentimiento de cabeza.

No puedo creer lo que estoy presenciando, estos idiotas no solo son asesinos, también son unos jodidos caníbales y ahora piensan unir a Emma en su enfermo mundo.

Busqué con la mirada a Robert (padre de Emma) y como si hubiera sentido que lo estaba observando, él fijó su atención en mí. Necesito su ayuda para salir de aquí y estoy seguro de que él haría lo que fuera por su hija. Bastó con cruzar nuestras miradas para entender lo que deseaba el otro, hay momentos en la vida que no necesitas de las palabras para comunicarte con alguien y ese momento era justamente este.

Robert sería la segunda opción de Emma para salir de aquí, si mi plan fallaba, entonces solo podría dejarle a él encargado de la seguridad de la chica que por desgracia amo con locura.

...Y sin pensarlo más.....

Decidí dar un rápido movimiento hacia el chico de cabello castaño, él se encontraba a una silla de distancia y parecía ser más joven y frágil en comparación a los otros dos hombres.

Recogí la cuchilla que estaba a su lado de los demas cubiertos y me puse detrás de él, casi clavando la punta filosa en su cuello.

—Un movimiento en falso y te conviertes en un asesino.—Comentó este, con demasiada calma.

—Estás rogando por ser asesinado mocoso.—Fue el hombre rubio quien habló ahora.—Deja ir a Hann antes que de verdad pierda la paciencia contigo.

—Cálmate William.—Pidió el chico que tengo como rehén.—Tenemos que ser respetuosos con nuestros invitados, al menos podríamos escuchar lo que deba decir el ex novio de nuestra nueva amiga.—Dijo viendo a Emma con una tranquila sonrisa.

...¿Ex novio?...

Me molesta la palabra, pero no es el momento adecuado para preocuparse por un simple comentario de este desconocido.

—Hann tiene razón.—Está vez hablo el hombre se estaba a un lado de Emma.—Escuchemos lo que tenga que decir Henry.—Mencionó mi nombre con cierto desagrado.

...Todos son unos jodidos lunáticos....

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