Lealtad

Después de que se fuera Alexandra me sumí en mis pensamientos, la maldita confusión en mi cabeza, pendientes que tenia. Inhale y exhale tomé los documentos que me dejó y empecé a leerlos hasta que apareció Franco después de toda la mañana por fin apareció mi perro guardián.

-          Pensé que ya no te tendría siguiéndome

-          A mi tampoco me gusta seguirte, es una estupidez, se que todo lo que se te acusa es real – tenía mi mirada en los documentos.

-          En serio, tu eres uno de los que cree que soy culpable.

-          Usted mato al director de inteligencia porque yo vi como lo saco del edificio. Y tengo como probarlo – levante mi mirada, saco de su pantalón su teléfono y me mostró un video en donde estoy sacando al director.

-          ¿De donde lo sacaste?

-          Yo lo tomé, no te preocupes no pienso delatarte, si lo hubiera querido lo hubiera hecho desde el primer juicio.

-          ¿Cuánto quieres?

-          Porque ustedes los ricos piensan que nosotros siempre buscamos beneficio económico, no quiero nada solo quiero venganza – lo mire extrañado – y tu eres el único que me puede ayudar.

-          ¿De que hablas?

-          El día en que perdiste a tu hijo yo perdí a mi padre y madre – lo mire confundido – mi padre era el en cargado del último embarque y mi madre era la que se encargaba de la logística los dos murieron yo estaba en la universidad cuando todo eso pasó.

-          Y ¿Por qué no me culpas a mi? Como algunas familias.

-          Nadie en sí sano juicio atacaría su propio patrimonio y aria que muriera su hijo. Mi padre confío en el director de inteligencia el le dio tu ruta.

-          Tu padre me traicionó

-          No, usted a todos los capitanes les dijo que el director abriría el pasó mercantil el le pidió la ruta y el se la dio.

-          Tu padre fue un menso.

-          No le diga así, tengo en mi poder ese documento, es por eso que no estaba en la mañana porque fui a buscarlo, - me lo entregó – además entre a trabajar en el juzgado por que quiero dar con los dos políticos que ordenaron esto. También se que usted a traficando la droga porque mi papá era el que se encargaba de algunos embarques.

-          ¿Cómo se llamaba tu padre?

-          Hernán Guerra – con eso entendí todo.

-          Tu padre nos traicionó, el vendió la información de mis bodegas y la ruta del embarque, y lo se por que tengo como probarlo.

-          Bueno si pero como quería que me presentará que le dijera que mi papa había sido el traidor no verdad yo lo que quiero en venganza quero que esos perros paguen por dejar que murieran lo mandaron a la muerte sabiendo que el los había ayudado. Y quiero que usted me ayude.

-          Y como se que no me vas a traicionar como lo hizo tu padre.

-          Porque al igual que usted yo quiero venganza, y si lo hubiera querido desde el primer juicio me hubiera presentando con ese video y con las órdenes de traslado de droga en donde también esta la firma de Alexandra y Alondra. Yo no quiero nada económico solo quiero venganza a demás puedo ayudarlo a salir de aquí puedo hacer que ese aparato deje de funcionar por una o dos horas.

-          Y tu crees que yo no puedo hacerlo, también puedo manipular esta porquería, pero el que tu te ofrezcas es mejor. Te voy ayudar pero tienes que serme más que leal, y si entras en este mundo no podrás salir.

-          Lo se y quiero hacerlo.

Llame Antonia

-          Dígame señor

-          Llama Artemis y dile que venga.

-          Si señor

Salió dejándonos solos.

-          Siéntate, tengo trabajo que hacer y en lo que esperamos a Artemis

El me obedeció y se sentó a esperar, mientras que yo seguía revisando los reportes que me dejo Alexandra, pero podía observar como me observa Franco.

Esperamos alrededor de 3 horas y por fin Antonia estaba anunciado la entrada de Artemis.

-          Señor el joven  Artemis acaba de llegar

-          Que pase.

Después de unos segundos estaba entrando.

-          Darío el imponente Darío – me levante de mi silla y me dirigí a el, le di un abrazo.

-          Artemis, que bueno verte.

-          Me debes los tragos.

-          Te los pagare.

-          Tengo lo que me pediste.

-          Entonces no hay que esperar – observe a franco  y después Artemis – el quiere entrar y vamos a probar su lealtad. – empezó a reírse.

-          Jajaja se va hacer del baño, no creo que aguante.

-          Va aguantar por que el lo va hacer.

-          Bien, entonces no hay que esperar. – me dirigí a Franco.

-          Espero que no te acobardes.

-          Franco – soy un agente de la policía he visto muchas cosas.

-          Desactiva esta porquería quiero que lo hagas tu

Se acerco y saco su teléfono empezó a desactivar el aparato.

-          Listo, ya podemos irnos.

-          Artemis – el asintió con la cabeza – bien vámonos, te sigo.

Salimos de la hacienda por la parte trasera y nos empezamos a dirigir al bosque, nos adentramos a el y después de unos minutos en el unas camionetas nos empezaron a seguir, eran los hombres de Artemis. Llegamos a una fábrica, las grandes puertas se empezaron abrir, nosotros nos adentramos.

Bajamos de las camionetas y varios hombres no dieron la bienvenida.

-          Señor Darío, señor Artemis pasen los están esperando.

-          Darío- ¿Donde están?

-          En la azotea.

-          Artemis – que la fiesta empiece. – hizo una sonrisa de malicia.

Nos dirigimos a la azotea, para llegar a ella tuvimos que pasar por el taller en donde fabrican las armas, llegamos a la azotea y nos encontramos con mi mejor amigo y aun policía amordazados, Franco al ver al policía volteo de forma sorpresiva a mi.

-          Darío eres un puto demente – hice una señal con mi cabeza para que agarraran a Franco, me acerque a él - suéltame.

-          Ese perro que esta ahí, tiene que ver con el atentado del embarque – el lo miro incrédulo y forcejando me grito.

-          El es mi hermano – y con un golpe hice que se callara.

-          Y el maldito que coloco todas las bombas en los embarques, ese perro que llamas hermano mato a más 50 personas incluyendo a tu padre y madre.

-          Franco – eso no es cierto.

-          Artemis – te dije que se iba hacer del baño.

-          Darío – conmigo nadie juega y ese perro fue el que mato a mi gente.

-          Pero el siguió ordenes  el solo obedeció.

-          Jajajaja, tu crees que soy idiota, el pudo haber escogido no hacerlo, aunque le costará su vida, era mejor perder una vida que más de 50 personas. – el dejo de hacer resistencia.

-          ¿Lo vas a matar?

-          Tu dijiste que te querías vengar, ahora ya sabes quien fue el que coloco los bambas – me dirigí a uno de mis hombres – quítenle la mordaza de la boca – me acerque a él y le hable – no llores solo sufrirás un poco.

Aquel hombre me miraba con terror y con lágrimas en los ojos, lo tomé de la barbilla e hice que me mirara.

-          Te voy hacer ladrar

-          Franco – déjalo tiene que haber una explicación.

-          Artemis – puta madre Darío ya  mátalo.

-          Rick – puedo explicarlo, no me maten.

-          Franco – Darío te juro que te voy hacer leal, no lo mates.

Mi paciencia llevo a su límite.

-          Haber idiota, te acabo de decir que esa rata mato a más de 50 personas incluyendo a tu madre y padre y estás rogando por su asquerosa vida. El perro – jale su cabello y levante su cara – vendió la información de tu padre, el traidor fue el.

-          Yo sabía que fue mi papá el que vendió tu información. Tu lo confirmaste hace unas horas.

-          Haber niño bonito dile que hiciste.

-          Rick – Franco perdóname, es cierto yo le vendí al director y a los dos políticos la información del este idiota, tome sus cosas de papá y lo vendí.

-          Franco – y las bombas

-          Los políticos tenían hombres trabajando en los embarques yo solo di la orden y hice la detonación a unos kilómetros, pero no sabía que papá y mamá estaban en el embarque.

-          Franco – mataste a mamá y a papá, eres un bastardo.

-          Te juro que no lo sabía, la paga que recibí fue buena es por eso que lo hice.

-          Vete al diablo, todo este tiempo he estado detrás de esos políticos, pensando que eran ellos y también eras tu, te mereces lo que te esta pasando.

-          Ayúdame.

-          Artemis – ya mátalo maldita sea, además ya sabemos lo que queríamos ya sabemos los nombres de los malditos políticos.

Me dirigí a Franco.

-          Prueba tu lealtad, mata a ese perro.

-          Rick – estas loco no puedes hacer eso el es mi hermano, sigo siendo su familia. – seguí viendo a Franco

-          El mato a tu padre y madre por dinero, y si te sirve de algo, Ángel el fundador de este imperio mayo a su padre y hermano, por lo que le hicieron, esos perros mataron a su pequeña hermana, además Víctor el más temido narcotraficante mato a su padre por abusar de su hermana, ellos mataron a sus familiares por una justa razón tu ya la tienes ahora prueba tu lealtad y mátalo.

Los hombres de Artemis lo soltaron el tomo su pistola se acercó a él y se detuvo a un metro lo miró fijamente, pensé que en cualquier momento nos dispararía pero levanto su mano, le apunto a la cabeza.

-          Franco por favor no lo hagas.

Y le disparo, volteo a verme levantó su mano, me apunto. Artemis y todos sus hombres le apuntaron.

-          Franco – eres un perro.

-          Jajajajaja no te confundas el malo fue tu hermano, por que si buscas al diablo lo vas a encontrar, en ese maldito atentado no solo murió tu padre y madre, murieron estudiantes, padres, hijos, hermanos, muchos niños quedaron huérfanos, mujeres viudas, te lo dije hubiera sido mejor que un hombre muriera y no más de 50 incluyendo mi hijo y todos ellos eran inocentes no tenían nada que ver con el tráfico o de drogas.  Ahora si vas a disparar ten las agallas y hazlo.

Bajo el arma, me miro y se dejo caer de rodillas. Camine hacia el lo tomé de su cabello y le dije.

-          Bien hecho.

Lo deje y empecé a caminar hacia mi mejor amigo.

 

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Francisca Alcantara

Francisca Alcantara

Se la pusieron difícil

2023-11-14

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