Capitulo 10

Después de entrar a la escuela, Ana, intentando disimular su tristeza, aceptó la invitación de Thom para ir a almorzar juntos. No obstante, Thom notó que algo preocupaba a Ana, quien intentaba en vano distraerse escuchando música con sus audífonos.

La preocupación de Thom por su amiga lo llevó a presionarla suavemente.

—¿Nena, te ocurre algo? Te noto distraída. —preguntó Thom, preocupado por su amiga.

—No es nada, Thom. ¿Vamos a almorzar? —respondió Ana, tratando de cambiar de tema.

Caminaron hacia la cafetería, pero Thom seguía notando la preocupación de Ana.

—Cariño, no me mientas. Algo te pasa. ¿Qué tienes? —insistió Thom, mientras intentaba comprender lo que ocurría con su amiga.

—Oh, Tom, no es nada, de verdad. Solo... no me siento bien. —contestó Ana evasivamente.

Thom, preocupado por la actitud de Ana, quería entender más a fondo lo que estaba sintiendo.

—No te preocupes, nena. Solo me preocupa verte tan callada y sumida en tus pensamientos. —dijo Thom, intentando ser comprensivo.

Finalmente, Ana no pudo evitar derrumbarse emocionalmente y comenzó a llorar. Thom la abrazó con fuerza, tratando de consolarla.

—Solo no me siento bien, estoy confundida. —confesó Ana entre lágrimas.

—¿Confundida en qué sentido? —preguntó Tom, mostrando su apoyo.

—No lo sé realmente, solo sé que me siento así. No puedo explicarlo bien. Pero créeme, no es nada más. —Ana intentó darle una sonrisa forzada.

A pesar de la confesión de Ana, ambos continuaron hacia la cafetería. Una vez dentro, Ana miró a su alrededor y se dio cuenta de que Chris y Tamara estaban sentados en la misma mesa. Chris, ajeno a lo que había sucedido, estaba concentrado en su teléfono que estaba desbloqueado sobre la mesa. Tamara, en un intento de llamar la atención de Ana, tomó el teléfono de Chris y abrió la cámara para tomar fotos. Chris, sin entender del todo la situación, aceptó la idea y se acercó a Tamara para tomarse la foto, momento en el cual ella aprovechó para darle un beso sorpresa y tomar la foto. Chris quedó en estado de shock ante la osadía de Tamara.

Al mismo tiempo, Ana y Thom se encontraban de pie frente a la puerta de la cafetería. Chris, completamente rojo de pena y frustración, observaba la escena desde la distancia. Ana se sintió herida al ver lo que había sucedido y, en lugar de llorar, sintió una mezcla de coraje y decepción. Sin decir una palabra, dio media vuelta y, con Thom a su lado, se dirigió hacia su salón de clases.

El timbre sonó indicando el inicio de la siguiente clase. Chris observó cómo Ana y Thom entraban empapados por la lluvia y, al igual que el resto de los presentes, se preguntó qué habrían estado haciendo. La imagen de ambos mojados y sonrientes le causó celos y confusión.

Mar, amiga de Ana, fue la primera en reaccionar y le ofreció su abrigo a Ana para que se cubriera del frío. Ana aceptó el abrigo y agradeció el gesto de Mar con una sonrisa. Chris, sintiendo que su intento de amabilidad era innecesario, decidió darle el café que había comprado a Mar en lugar de a Ana.

—Mar, noté que le diste tu abrigo a Ana. Puedes quedarte con este café, parece que lo necesitas más que yo. —dijo Chris con una sonrisa amigable.

Mar se sintió emocionada y conmovida por el gesto de Chris. Ana, al ver la reacción de Mar, no pudo evitar notar la complicidad entre ambos y sintió una punzada de celos. Después de todo, había sido ella quien había compartido momentos especiales con Chris durante tanto tiempo. Mientras tanto, la interacción entre Thom y Ana continuaba. Thom le entregó un café a Ana para ayudarla a entrar en calor. Ana agradeció el gesto con una sonrisa coqueta, lo que pareció aumentar la tensión entre ellos. La relación entre Ana, Chris y Thom estaba cada vez más enredada en un triángulo de emociones y sentimientos confusos, y nadie sabía cómo se resolverían las cosas.

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