Capítulo 17

Derick

El Dr. Kaio estalló en carcajadas y habló sin ningún tipo de discreción:

"Pensé que ibas a preguntar sobre apareamiento y vienes con magia, transformaciones, ¿la casualidad de que el raro de la Manada, que nunca se ha transformado, haga algo así? Ahora sí cruzó la línea."

Inmediatamente, lo agarré del cuello de su bata, lo levanté de la silla y le asesté un puñetazo que lo envió volando contra la puerta, rompiéndola y haciéndolo caer al otro lado. Me acerqué a él y le propiné dos golpes más en la cara.

"Respeta a mi Luna, tú no la conoces y si vuelves a hablar así de ella, te mato. ¿Entendido?"

Se quedó en el suelo, apoyado en un codo, limpiándose la sangre que manaba de su nariz y labio partido. Algunos empleados acudieron a ayudarlo y me miraron fijamente.

"Esto va por cualquiera que se atreva a hablar mal de mi compañera, y menos de tu Luna. ¿Acaso han olvidado que están ofendiendo a la que el destino ha escogido para mí? Ahora fuera, no quiero ver a nadie aquí cuando me vaya." Miré severamente a todos, liberando mi dominancia y haciéndolos ponerse de rodillas.

Volvi al despacho y vi los ojos de mi amada, acuosos y tristes.

"No estés triste, querida, te llegarán a conocer y te querrán como mereces. Ahora vístete y vámonos de aquí. Ven, te ayudaré."

Salimos de la clínica y fuimos a casa. La llevé al dormitorio, la acosté para que descansara y me fui a ocuparme de algunas cosas. Gracias a ese idiota, necesito otro médico. Probaré con una mujer esta vez.

Hablé con Afonso para que trajera el almuerzo de Luna y fui a mi despacho a hacer algunas llamadas.

Lizandra

Después de que Derick se fue y cerró la puerta, me levanté y salí de la cama. Me dirigí al balcón, la vista desde aquí es increíble, pero estaba demasiado ansiosa para disfrutar del paisaje. Realmente necesito hablar con Rose.

"Rose, ¿dónde estás? Necesitamos hablar."

"Estoy aquí, cuidando a nuestros cachorros, estoy cansada."

"¿Sabes por qué están causando tantos problemas?"

"Sí, es sencillo. Son tres cachorros, que tienen alas, pero la más problemática es contener a nuestra cachorra hembra."

"¡Vaya! Dos machos y una hembra. Pero, ¿qué la hace diferente, para estar causando tanto problema?"

"Ella es una Suprema, lleva en su interior a una loba, una hada y una bruja. Parece que nuestro compañero no nos contó todo sobre él. Según Thomas, tenía una abuela bruja. Nuestra pequeña es poderosa y debo estar atenta todo el tiempo, para contener sus poderes."

"¡Vaya, de verdad!!!! Pero no puedo seguir así. Me estoy debilitando y mañana es la presentación. ¿Qué hago?"

"¡Eres un hada! Pide ayuda, en pensamiento, a la reina de las hadas. Solo ella puede ayudarte."

"No sabía ni que era un hada, pensé que era una bruja, pero lo intentaré." Concentrada, oré:

"Mi reina, hoy sé que también soy un hada, pero no sé nada sobre cómo soy, ni cómo funcionan mis poderes. Estoy embarazada de tres cachorros que están drenando mi fuerza. Necesito ayuda. ¡Por favor, ayúdame!"

Con los ojos cerrados, imaginé mi mensaje volando sobre los árboles, llegando a su destino, aunque no sabía dónde era. Me sentí aún más cansada, en realidad agotada, así que decidí volver a la cama. Pero al pasar por la puerta de cristal, escuché una voz que me hablaba:

"¡Hola! He venido a ayudarte, la reina me envió para cuidarte e instruirte sobre tus poderes. Me llamo Ylia. Entra en la habitación, aumentaré mi tamaño."

Entré en la habitación, sintiendo como si un insecto volara cerca de mi oído. Pero debía ser un hada, solo que muy diminuta.

Nunca me había parado a pensar en ello, Leonora tenía tamaño humano y yo también. ¿Puedo reducir mi tamaño a este o es que quien es grande se queda grande y quien es pequeño se queda pequeño?

Una figura inusual apareció, volando frente a mí. Un ser etéreo, colorido, melodioso, bello y de aspecto dulce.

"¡Hola! ¡Eres hermosa!" Admiré sus hermosas alas de colores, muy similares a los de Rose.

"Mi querida hermana, tú también eres hermosa y te enseñaré muchas cosas. Las hadas son seres elementales que viven en la naturaleza y sacan todo lo que necesitan de ella. Antes de instruirte en todo, te traje un elixir elaborado por nuestra reina, que es muy bueno para las hadas. Este elixir te ayudará con el embarazo difícil que estás pasando. Tu náusea desaparecerá y los poderes de tus pequeños se calmarán."

Me entregó una pequeña botella, que colgaba de su cuello, y contenía un líquido ámbar. Probablemente tenía unas cinco gotas.

"¡Bebe!" Me ordenó casi.

Bebí el líquido viscoso que sabía a miel y casi de inmediato, sentí alivio en todo mi cuerpo. La náusea se fue y me dio mucha hambre. Realmente me estaba debilitando y mi mente estaba nublada. Ahora me siento mucho mejor y Rose también, como dijo:

"¡Uf, qué alivio, nuestra pequeña finalmente se calmó!"

Miré al hada, Ylia, feliz y agradecida.

"Y ahora, ¿por dónde empezamos? Creo que tengo mucho por aprender." Pregunté, emocionada.

"Empezamos por hacerte comer una buena comida, por cierto, tu mayordomo ya viene con ella." Dijo y desapareció, casi en el mismo momento en que Afonso tocó a la puerta.

Me pregunté cómo sabía que venía y si esto es uno de los dones, ¿lo tengo yo también? Mi estómago rugió, mejor comer primero y preguntar después.

"¡Pasa, Afonso!" Autoricé y de inmediato él abrió la puerta, empujando un carrito con la comida y me miró.

"¡Señora!!! Parece mucho mejor, el Alfa estará contento, está en la oficina causando caos como siempre. ¿Dónde pongo la comida?"

"Aquí, cerca de mí, Afonso. ¡Estoy muerta de hambre!" Mi estómago volvió a rugir, confirmando lo que decía.

Me senté en la cama y él acercó la mesa hacia mí.

"Gracias, Afonso, ¿puedes pedirle a mi compañero que venga a verme? Necesito que él también conozca la nueva información sobre las hadas."

"Sí, señora, lo haré de inmediato. Es un placer verla mejor, mi Luna." Se fue y yo miré la mesa con varios platos cubiertos.

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