Capítulo 16

Néstor se puso de pie,

"Estoy muy cansado de todos estos informes, tengo mucho en qué pensar, necesito irme", dijo, con la cabeza baja y contrito.

El maestro Tirion también se puso de pie, pero antes de irse, me susurró algo,

"Tengo una idea de lo que podría ser, creo que Leonora era un híbrido de ángel y hada. Hace muchos años, escuché una historia sobre cómo la reina de las hadas encantó a un ángel y dio a luz a un híbrido. Creo que ese híbrido fue Leonora", explicó.

"Entonces este híbrido conoció a un hombre lobo, quien la reconoció como su pareja y se aparearon. ¿Tuvieron descendientes y Lizandra es su tataranieta?"

"Sí. Pero creo que es mejor que discutamos todo esto en presencia de Luna", sugirió el maestro.

"Sí, tienes razón."

"Volveré cuando ella esté más dispuesta. Después de todo, todavía se están conociendo", sonrió el maestro Tirion.

"Gracias, maestro. Su ayuda fue muy apreciada, ya que Néstor estaba muy alterado y había muchas cosas que no sabíamos sobre nuestra propia historia. Sería bueno incorporar el estudio de nuestra historia en las escuelas", dije.

"Sí, es más que solo estudiar, es una necesidad. Ve y está con tu pareja, que tengas una buena noche", se despidió y se fue.

Obedecí y subí a estar con mi pareja, pero no podremos estar juntos como me gustaría. Necesitamos tomarlo con calma hasta que tengamos una consulta con el médico y nos aseguremos de que todo esté bien.

Soy verdaderamente afortunado. Encontré una pareja especial y la embaracé en el primer intento. Soy el hombre.

Al día siguiente, después de desayunar, nos sentamos a hablar más sobre nosotros. Intercambiamos información sobre nuestros gustos y preferencias, y ella me contó sobre su vida trabajando con su madre. Me di cuenta de lo injusto que había sido con ella cuando la arrastré colina abajo, tratándola como si fuera perezosa y sumando a su sufrimiento por el rechazo.

"Lo siento, Lizandra. Sé que nada de lo que diga o haga puede borrar todo el dolor que te he causado, pero espero que desde ahora pueda reemplazar esos malos recuerdos con buenos", me disculpé.

"Había muchas cosas, pero como no tenía nada con qué comparar, vivir de esa manera era casi normal para mí. Te perdono, aunque hubo momentos en los que casi te golpeo con la azada", dijo, tan natural como podría ser.

"Vaya, eso es violento. ¿Realmente lo habrías hecho?" Tal vez unas piedras, sí, recuerdo eso.

"Te lo merecías", estuvo de acuerdo.

"Sí, tienes razón, me lo merecía, pero por suerte no lo hiciste, o no sé qué habría hecho contigo antes de darme cuenta de que eras mi pareja", dije, recordando lo irracional que era.

"Fuiste muy brusco conmigo, tal vez me habrías arrancado la cabeza."

"Ese pensamiento también me duele. Cuando recuerdo las cosas que dije, también recuerdo el constante enojo que sentía. Había una agitación constante dentro de mí. Creo que fue por la ausencia de mi pareja, en este caso tú, la que había trastornado mis sentidos. Habría muerto contigo si te hubiera matado."

"¿Ya no sientes eso?" Acarició mi rostro, y casi aullé de placer.

"Después de que nos apareamos, no he sentido ninguna emoción negativa. Tú me calmas", confesé, tirándola sobre mi regazo. "Necesito programar una cita con el médico para que podamos confirmar el embarazo y buscar tratamiento para estos episodios de náuseas que te están debilitando tanto."

"Sí, me siento así, débil, pero deberíamos esperar unos días más."

"Tú eres quien mejor sabe."

**

No permití que Néstor o el maestro Tirion hablaran con Lizandra sobre Leonora o nada relacionado con el asunto. No quería que mi pareja embarazada se alterara más de lo que ya estaba. Después de una semana, fuimos a la clínica para consultar al médico y confirmar el embarazo.

Fuimos en coche, con los cristales tintados subidos. Ella aún no ha sido presentada, pero la gente la conoce y siempre la ha rechazado y humillado. Tenían curiosidad y hablaban mucho de nosotros. Quería protegerla tanto como fuera posible antes de mañana, cuando Luna será presentada oficialmente.

"¿Te sientes bien, amor mío?" Toqué su rostro con el dorso de mis dedos, dándole una caricia suave.

Ella asintió, sonriendo débilmente. Las náuseas matutinas estaban empeorando, drenando su energía. La comida no se quedaba en su estómago y su vientre ya estaba hinchándose, después de sólo una semana. Ni siquiera le pedí que me mostrara sus alas, para no cansarla más, por lo que todavía no sabía cómo eran.

Aparqué el coche frente a la clínica y la ayudé a salir. Fuimos directamente a la consulta del médico. El Dr. Kaio ya nos estaba esperando. Toqué a la puerta y entramos.

"Buenos días, doctor. ¿Cómo está?"

"Buenos días, alfa Derick". Nos dimos la mano y presenté a Lizandra.

"Esta es Lizandra, mi pareja y Luna." Se dirigió a ella, le dio una bata y señaló el baño para que se cambiara.

"Por favor, siéntese aquí, Alfa. Necesito que responda algunas preguntas."

Preguntó algunas cosas sobre la salud de Lizandra, a las cuales no supe responder, y también sobre el apareamiento, preguntas que no quería responder.

Pronto, Lizandra estaba tumbada en una camilla de exploración, con una bata abierta por delante y una sábana cubriendo sus piernas hasta las caderas, protegiendo su modestia. El médico levantó la bata y bajó un poco la sábana.

"Va a estar frío", advirtió, y aplicó algo de gel en su vientre, pasando un dispositivo por encima y escuchamos varios sonidos, como pequeños tambores golpeando rápidamente.

Giró el monitor para que pudiéramos ver y preguntó:

"¿Pueden ver estos pequeños puntos aquí? Esos son sus cachorros."

"¿Cachorros?" preguntamos juntos.

"¿Hay tres, doctor?" pregunté, recordando lo que Thomas me había dicho.

"No, hay tres, por eso ella se siente tan mal. Cuando llegue a las tres semanas, podremos determinar el género. Las hembras lupinas tienen un período de gestación de cuatro a cinco meses. Como es una gestación gemelar, podrían nacer prematuros." le pasó algunos pañuelos para limpiar el gel de su vientre. "Recomiendo que no levante pesos pesados o realice tareas que requieran mucho esfuerzo."

"¿Puede usar magia? ¿Transformarse o volar?" pregunté, preocupado.

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