Capítulo 10

Derrick

Ahora que Rose descansa, voy a cazar. Debe tener hambre. Rozo mi nariz con la suya y me alejo.

No tardo mucho en regresar con un gran ciervo. Lo dejo cerca de su nariz y la empujo suavemente con la mía. Ella despierta y come con apetito. Yo también aprovecho el resto, pues el hambre me apremia.

Una vez saciados, la llamo y salimos de la cueva. Aprovechamos para lavarnos en la cascada, y ya fuera, recuperamos nuestra forma humana. Ella luce agotada, pero sigue siendo hermosa. Sus ojos inciertos se posan en mí y no puedo resistirme.

La tomo en mis brazos y la beso. Es nuestro primer beso. Acaricio sus labios con los míos, después con mi lengua. Ella entreabre los labios, permitiéndome entrar y saboreo su boca suave y deliciosa en un beso tierno, pero apasionado. Me separo y la miro.

¡Hermosa!

Es extraño que nunca antes notara su belleza, aunque siempre se ocultara tras disfraces. Es distinta a cualquier otra que haya conocido, pero no menos hermosa; de hecho, su belleza las supera. Su rostro es delicado, sus labios carnosos y tentadores y estoy seguro de que aún la besaré muchas veces.

Necesitaré mucho tiempo para redimirme por todo lo que le hice. Harán falta muchas conversaciones para aclarar lo que dijo el maestro Tirion y mucho amor para sanar su alma, rechazada durante tantos años.

También preveo algo de resistencia por parte de Nestor para aceptar a su hija como Luna, pero todo se solucionará, pues ella es mi pareja y no puedo escapar de eso.

Sigo besándola, sus labios dulces y frescos como caramelo con menta. Empiezo con suavidad para no sobresaltarla, y poco a poco solicito entrada con la punta de mi lengua. Ella cede otra vez y entreabre sus labios, permitiéndome saborearla más y responde con ternura, saboreándome también.

Pero ella está muy cansada, ha sido mucho para un día. Me separo.

"Vamos, te llevaré a casa. Cuando salga mi lobo, móntalo. ¿Puedes hacerlo?" Asiente en confirmación.

Dejo salir a Thomas y ella se sube a él, agarrándose del pelaje de su cuello. Nos dirigimos a casa.

¡Qué noche! Nunca imaginé una noche así ni en mis sueños. Encontramos a nuestra pareja, nos apareamos y nos marcamos. Afortunadamente, somos lobos y sanamos rápido, así que pronto podremos hacer el amor, sin dolor ni miedo.

Thomas no corre demasiado rápido para no hacerla aferrarse demasiado ni cansarla. Llegamos pronto y Afonso nos espera, abriendo la puerta y ayudándola a bajar.

"Qué sorpresa, Alfa. Tenía que ser ella, ¡pero es hermosa! Y tu loba, ¿cómo es?"

"Hermosa, pero muy diferente."

Las aparto rápidamente de los brazos de mi mayordomo. Después de todo, ella es mía y no quiero ningún aroma de otros machos en ella.

La cargo y la llevo al cuarto, donde duerme en mis brazos. Nos lavamos en la cascada y no creo que sea justo despertarla para otro baño. Deposito su cuerpo dormido en la cama preparada especialmente para ella y cubro su delicado cuerpo con las sábanas.

Ahora que conozco esos bultos, ya no los veo como horribles defectos. Incluso sonrío al recordar las hermosas alas de Rose. Thomas también está encantado y feliz de tener una loba tan fuerte como pareja, que soporta su peso sin quejas.

Ahora solo me queda conocer a Lizandra, quién es realmente, porque sospecho que he sido extremadamente injusto y grosero con ella.

Al final, su maldición resultó ser una bendición para mí.

Me acuesto a su lado y la acerco, apoyando su cabeza en mi pecho. Me cubro con la sábana que la cubre y duermo contento, pensando en lo que haremos al despertar.

Lizandra

Despierto poco a poco, abriendo los ojos lentamente y dándome cuenta de dónde he apoyado la cabeza. Estiro la mano y me doy cuenta de que no es mi almohada. Cierro los ojos de nuevo y respiro profundamente.

Qué aroma tan delicioso, ¡sí, delicioso!

Chocolate con cacahuetes, inhalo de nuevo, embriagada. Solo lo probé una vez, un pedacito que me regaló la hija de un cliente. Ayer percibí esta fragancia en mi pareja, pero todo fue tan sorprendente que no tuve tiempo de disfrutar de este deleite...

Mmmmmm

¡ESPERA!

Despierto sobresaltada, dándome cuenta de dónde estoy y si este aroma proviene de mi pareja, sobre un pecho desnudo, entonces... ¡Oh!

¡Estoy recostada en el pecho del Alfa Derick!

"Buenos días, pareja."

"¡Auch! ¿Por qué me pellizcas?" pregunta, haciendo un gesto.

Levanto la cabeza y miro directo a sus ojos, frunciendo el ceño con preocupación.

"Lo siento. Estaba tratando de comprobar si esto es real o si estoy soñando..." me disculpo, avergonzada.

"Hay una manera mejor de comprobar eso," dice en serio, pero con una mirada traviesa.

"¿Será pellizcarme ‘a mí’? Eso me dolería..." digo con expresión inocente.

"Muy astuta, pero no es a lo que me refiero," se ríe insinuante.

"Basta de bromas y dime," exijo casi.

"No, amor mío, no quiero ningún tipo de dolor para ti. Me refiero a esto..." se mueve, acercándose.

Levanta el brazo que me rodea y coloca su mano detrás de mi cuello, atrayéndome hacia él mientras baja sus labios sobre los míos, en un beso tierno y apreciativo, saboreando al tiempo que exige reciprocidad y no me niego, respondiendo plenamente al delicioso beso.

Cuando se separa, pregunta:

"¿No es eso mejor?"

Su cara lleva una sonrisa sugestiva.

"Sí, mil veces mejor. Pero se siente como si aún estuviera soñando... Me hechizaste, mi pareja." Hablo sin rodeos.

Bostezo... me estiro, él afloja su brazo y me siento en la cama, mirando alrededor y el tamaño de la habitación me impresiona. Es muy grande y hermosa. La cama podría acomodar cómodamente a cuatro personas. Todo parece nuevo y los colores son neutros, no masculinos como los de la habitación de un hombre.

Él nota mi interés y me deja acomodarme, observando todo. Siempre he vivido en la simplicidad, luchando por todo y enfrentando muchas dificultades, pero aquí, todo es tan grandioso.

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