Capítulo 18

Ya había pasado más de una semana y media desde que Adria fue secuestrada, el duque de Lyon estaba muy mal por no recibir noticias de Adria. Él y el Marqués de Alba iban en camino de nuevo ante el comisario para ver si ellos tenían noticias sobre el paradero de Adria. El rey Leonel también había mandado a su ejército a buscarla por todas partes.

A pesar de que Marcus tenía gente buscando a Adria en todo el país, aún no tenían pistas de dónde se encontraba. Ya llevaba varios días son dormir, la desesperación por no tener noticias lo tenían a punto del colapso.

- Comandante alguna noticia acerca del paradero de mi mujer? - preguntó Marcus.

- Aún no duque, pero hay una pista, en Laore han avisado que un juez ha desaparecido misteriosamente. El detective Jackson piensa que el ex prometido de Lady Adria quiere casarse con ella para poder heredar el Marquesado.

- Pero eso no es posible, Adria y yo ya estamos casados, el mismo Rey nos dió a firmar los papeles.

- Si señor Duque, pero al parecer ese hecho no es de dominio público, todo el mundo pensaba que ustedes se iban a casar el día que Lady Adria fue raptada.- confirmó el comandante- Si ellos llegasen a firmar un nuevo contrato matrimonial sería nulo, ya que el suyo con la señorita es el vigente. Sólo esperamos que Lady Adria no le diga a su secuestrador que ya está casada con usted, no sabemos de lo que podría ser capaz.

- Entonces tenemos que darnos prisa y buscar en Laore- dijo el Duque de Lyon. Todos, incluído el comandante, salieron de la comisaría y tomaron un carruaje que los llevaría a Laore. Era un viaje de 3 horas en el carruaje, Laore es un pueblo relativamente cercano a la capital.

Marcus le dió instrucciones a Damián para replegar a todos sus hombres para buscar lugares sospechosos por todo Laore dónde podrían tener a Adria.

Cuando llegaron a Laore, fueron a la comisaría del lugar a buscar más información y algunas pistas que les ayudarán a encontrar más rápido a Adria.

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Adria estaba anonadada con lo que acababa de escuchar. Al salir de su ensimismamiento comenzó a hablar.

- Víctor, me dijiste qué? Cómo que nos vamos a casar?

- Se que no es la boda que habíamos planeado, pero el resultado es el mismo, ya he mandado traer al juez, nos está esperando en una cabaña a 15 minutos de aquí. Por cierto, ni se te ocurra escapar o hacer alguna jugada, porque tengo muy bien vigilado a tu padre y si no te casas conmigo él va a terminar pagando las consecuencias. - amenazó Víctor de una forma desafiante. Ten el vestido de novia que habías comprado para nuestra boda, y agua para limpiarte, tienes 10 minutos para estar lista, sino ya sabes lo que le pasará a tu padre.

Adria hizo una mueca de coraje, tenía ganas de destrozar ese vestido, todo lo que había hecho había sido para nada, a final de cuentas iba a terminar casada con ese hombre. Víctor sabía muy bien dónde pegarle, sabía que si él la amenazaba con hacerle algo a su padre, Adria iba a terminar haciendo lo que él quisiera.

A regañadientes Adria tomó el agua para darse un baño y se puso el vestido de novia, como no había estado comiendo bien le quedaba bastante flojo, había bajado de peso, y no se sentía bien, en los últimos días había estado muy somnolienta y con mareos frecuentes.

Cuando salió de la habitación, Víctor le dijo que tenía unos cepillos y algo de maquillaje para que terminara de arreglarse. Ella peinó su cabello por primera vez en más de una semana, lo tenía tan enredado que cada cepillada era muy dolorosa, aunque no tan doloroso como el pensamiento de no volver a ver a Marcus. Cielos, como extrañaba a Marcus...

Termino de peinarse y se puso algo de maquillaje, pero a pesar del maquillaje se veía ojerosa y demacrada, su rostro hermoso y rebosante de felicidad ya era cosa del pasado. Se había convertido en un despojo de lo que era.

Cuando hubo terminado se levantó y fue con Víctor para decirle que estaba lista, ella ya se había resignado a su suerte.

- Ya estás lista? - dijo Víctor.

- Si.

- Muy bien, vámonos.

Víctor tomó a Adria de la mano y la condujo fuera del edificio, la luz del sol le calaba a Adria muy fuerte en los ojos después de llevar más de una semana encerrada en un cuarto oscuro y sin ventanas. El lugar donde se encontraba era una antigua bodega de vinos abandonada.

Adria se subió al carruaje a regañadientes, a su lado se sentó Víctor, el hombre de negro encapuchado era quien conducía el carruaje. Adria no soportaba estar cerca de Víctor, el sólo hecho de pensar que sería su mujer esa noche le daban ganas de vomitar.

Después de un corto trayecto llegaron a una cabaña, ahí se encontraba encerrado el juez que había sido secuestrado.

- Llegamos, por favor señor juez, necesito que nos case ahora.- dijo Víctor con mucha prisa.

- Pero necesito mis cosas para oficiar la ceremonia.

Víctor chasqueó los dedos dirigiéndose al hombre encapuchado y le dijo:

- Idiota, dale sus cosas al hombre y que sea rápido.

- Víctor no hay necesidad de ser tan grosero con él- lo defendió Adria. El hombre encapuchado estaba conmocionado, jamás en toda su vida alguien lo había defendido. La señorita Adria había sido amable con él durante todo el tiempo que había sido secuestrada y siempre le dió las gracias por la comida.

El hombre encapuchado le dió las cosas al juez y regresó a su lugar.

- Adria no lo defiendas, es un animal. Tú afuera, no estás invitado a la boda, cuida que no venga nadie. - le dijo Víctor al hombre encapuchado.

El hombre encapuchado salió de la habitación.

- Empiece señor juez - ordenó Víctor.

- Estamos aquí reunidos para presenciar la boda entre Víctor Villarreal y Adria de Alba. El matrimonio es...

- Por favor, sáltese toda esa bola de patrañas y vamos a lo importante. - dijo Víctor

- Mmmm Víctor Villarreal aceptas por esposa a Adria de Alba para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe? - dijo el juez.

- Acepto. - dijo Víctor.

- Adria aceptas a Víctor Villarreal para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?

- ..... - Víctor la miro con ojos asesinos- ...yo...acepto.

Ambos firmaron el acta de matrimonio.

- Por el poder que me da el reino de Helena, los declaro marido y mujer.- declaró el juez.

Víctor beso a Adria en los labios, a ella le dieron tantas náuseas que hizo un esfuerzo sobrehumano para no vomitar.

- Muy bien, celebraremos con un poco de champagne. - Víctor sirvió tres copas de champagne y se las dió a Adria y al juez, pero el único que realmente estaba bebiendo era Víctor.

- Señor Villarreal, ya he hecho lo que me ha pedido, por favor, mi familia debe estar muy preocupada por mi, déjeme ir con ellos por favor.- dijo el juez.

- Aún no, debo primero consumar mi matrimonio.- Tomó a Adria del brazo y la subió a empujones por la escalera hacia una habitación.

- No, por favor Víctor, déjame en paz, ya hice lo que me has pedido, me casé contigo por favor déjame ir.

Víctor la aventó a la cama, dispuesto a tomar todo de Adria.

- Adria eres mía, ahora solo falta que seas mi mujer.- Víctor estaba encima de Adria, le estaba subiendo el vestido y acariciando las piernas mientras besaba su cuello. Adria sentía todo el peso sobre ella y no se podía mover.

- No soy virgen, si vas a hacer esto quiero que sepas que no serás el primer hombre en mi vida.

- Eres una cualquiera. - Víctor le dió una bofetada a Adria por su confesión, ella comenzó a llorar. - No me importa de cualquier forma tomaré lo que quiero de ti.

De pronto la puerta se abrió y entró Marcus corriendo. Agarro a Víctor de la camisa y le dió un golpe en la cara.

-Suelta a mi mujer maldito - espetó el duque furioso.

- Ella es mi esposa ahora, puedo hacer con ella lo que se me de la gana.- Vociferó Victor mientras limpiaba la sangre que salía de sus labios.

- Ese matrimonio es inválido, porque yo me casé con Adria antes.- confesó Marcus.

Llegaron el comisario y unos policías y se llevaron a Víctor.

- Mientes maldito, Adria es mía oíste, es mía! - Grito Víctor mientras se lo llevaban.

Adria abrazó a Marcus, todavía estaba llorando y de pronto sintió un fuerte mareo y se desmayó en los brazos de su amado.

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