Capítulo 8

Acababa de amanecer y Adria acababa de despertar con el sonido de los pájaros. Por fin después de casi dos semanas de sufrimiento, se había despertado de un mucho mejor humor, le haría caso a su Nana y se dejaría llevar y buscar la felicidad de la vida.

Lo primero que haría sería escarbar en su armario y buscar el mejor vestido que trajera. "Ya basta de estar sufriendo, el día de hoy quiero divertirme, a partir de este momento soy una mujer nueva, voy a disfrutar de la vida otra vez" pensó ella.

Escogió un hermoso vestido verde con olanes en la falda y un abrigo para protegerse del frío que estaba haciendo afuera. Dejó suelto su cabello, lo peinó y se puso un poco de rubor en sus mejillas. Estaba estaba lista de nuevo para comerse el mundo.

Bajó de muy buen humor a desayunar, la cocina olía delicioso, su nana era una excelente cocinera.

- Buenos días nana - dijo Adria muy sonriente.

- Buenos días mi reina, qué tal descansaste?

- Muy bien Nana, sabes? he decidido que te voy a hacer caso, voy a hacer feliz a una vez más y simple y sencillamente me la pasaré excelente día de hoy, ah y voy a invitar a Marcus a desayunar.

De pronto la puerta de la cabaña sonó, alguien estaba afuera tocando. Era Marcus que entró con una sonrisa en sus labios.

- Buenos días bellas damas- saludó Marcus muy sonriente.

- Buenos dias joven Marcus, me da mucho gusto que haya aceptado mi invitación a desayunar. - dijo la nana Dolores.

Adria estaba muy sorprendida, su nana se había adelantado a sus planes, Dolores la conocía tan bien, de alguna manera estaba muy agradecida con ella.

- Espero no ser una molestia para ustedes.

- Claro que no hijo, de hecho ayer según entendí habías dicho que acababas de regresar lo cual significa que ya has estado aquí conoces el lugar, cierto? - Dijo la Nana Dolores.

- Sí, en realidad yo viví casi toda mi infancia y adolescencia aquí, conozco todos los lugares importantes que hay que ver y si ustedes me lo permiten me ofrezco a ser de guía de ustedes dos para llevarlas a conocerlos.

- Pero por supuesto que galante y gentil joven Marcus estaríamos más que felices de tenerlo como guía de turistas. Verdad mi niña?

- Sí, muchas gracias la verdad es de que hemos dado varios paseos, este lugar es increíblemente hermoso ,sin embargo, sé que existen en las grutas de hielo bajo en una montaña pero no sabemos llegar ahí.

- Pues con todo gusto puedo llevarlas hoy mismo si así lo desean.

- Pues está decidido hoy iremos a buscar esas grutas. Y por favor comiencen a desayunar que se les enfriará.

El desayuno era simplemente delicioso se trataba de unos huevos estrellados con un riquísimo pan tipo bisquet con mermelada y jugo de naranja.

- Señora Dolores este desayuno es uno de los mejores que he probado en toda mi vida.

- Muchas gracias joven Marcus, un desayuno sencillo pero lo hice con todo cariño para ustedes.

- Sí nana, de verdad te luciste. Soy muy afortunada de tenerte conmigo todo el tiempo, pero si sigues haciendo comida tan deliciosa no tendría otra más que engordar.- dijo Adria riendo.

- Gracias por todos los cumplidos pero se está haciendo tarde vámonos ya a buscar esas hermosas grutas.

Los tres salieron de la cabaña hacia el bosque. En el camino Marcus les iba platicando un poco acerca de las leyendas de lugar.

- Había una leyenda sobre una mujer que vivía en el bosque y que era considerada bruja por todos en el pueblo. Ella era una mujer muy solitaria y muy hermosa pero después de un desamor decidió recluirse en el bosque y vivir ella sola. Mucha gente inspirada por la leyenda salió en la búsqueda de la anciana bruja pero nunca encontraron nada, incluso hubo varias personas que se perdieron en el bosque y que jamás volvieron a verlos. Es por eso que le dicen a este el bosque encantado.

- Esa es una historia muy trágica. - comentó Adria.

- Lo es, pero de alguna manera esa historia ayuda que este lugar no sea tan concurrido. Tiene ese toque especial, al estar solo, tú puedes venir a pensar y olvidarte un poco de tus problemas.

- A eso viniste tú a Las Laderas a olvidarte de tus problemas?- preguntó Adria.

- Algo así, hay ciertas cosas que tengo que resolver con mi país y mi rey. Aunque definitivamente estar en compañía de dos mujeres hermosas es mucho mejor que estar solo.- sonrió pícaramente Marcus.

- Oh y de qué país vienes? Pensé que habías dicho que eras de aquí.

- Yo nací en Randen, mis padres se fueron de ahí cuando yo era apenas un bebé y me criaron en Las Laderas, pero por cuestiones del destino a los 20 años tuve que volver otra vez a Randen y es ahí donde vivo. Es por eso que añoro tanto este lugar, me trae muy buenos recuerdos de mi juventud. Además de que es completamente diferente donde vivo ahora, no estoy habituado al calor.

- Si entiendo, yo estaría igual si me alejara de casa.- expresó Adria.

- Basta de hablar de mí, hemos llegado, por favor quiero que se maravillen con estas hermosas cuevas.

Los tres entraron por la cueva de la montaña hasta dónde se encontraba un hermoso lago subterráneo.

Adria estaba embelesada con la vista, no podía creerlo hermosas que eran las grutas. Jamás en toda su vida había visto algo tan maravilloso, tan imponente. Conocer ese tipo de lugares le dió un nuevo sentido a su vida.

- Y les reservé lo mejor para el final... - dijo Marcus.

Adria y la Nana Dolores lo siguieron afuera de las grutas y empezaron a subir por la montaña. La vista era espectacular. Allá arriba se veían dos trineos de nieve.

- No pueden venir a Las Laderas sin resbalarse en un trineo de nieve.

- Muy bien, vamos a hacerlo.- dijo Adria muy decidida.

Por el otro lado la Nana Dolores no se veía muy contenta.

- Joven Marcus muchísimas gracias por todo el tour pero yo tendré que pasar en esta ocasión, la verdad es de que me da mucho miedo las alturas y la velocidad no es lo mío. Pero con todo gusto los espero en la falda de la montaña.

- Está bien, no la obligaría a nada que no quiera.- Marcus volteo a ver a Adria y le ofreció su mano- Vamos?

Adria tomo la mano de Marcus, estaba muy nerviosa, al tocarlo sintió una chispa.

- Yo no se montar un trineo de nieve. - dijo Adria apenada.

- No hay problema podemos montarlo juntos si usted no tiene ningún inconveniente.

- Vamos.

Ambos se sentaron en el trineo y empezaron a bajar la cuesta un gran velocidad, al principio Adria tenía pavor pero después empezó a sentir euforia. Casi al llegar abajo iban a chocar contra un pequeño árbol pero lo esquivaron y cayeron del trineo, Marcus estaba encima de Adria.

La cercanía de Marcus empezó a nublar el juicio de Adria, tener su rostro tan cerca de de ella, le daba deseos de besarlo, y por supuesto Marcus la deseaba también... la química entre ambos era innegable.....

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Comments

Maribel Castro

Maribel Castro

yo tambien lo pienso es el sobrino 🤣

2023-10-23

3

Edith Zenteno

Edith Zenteno

Ummmmm se me ocurre que este joven es el sobrino del vejete qué murió y es con el que casarian a Adria

2023-09-11

1

Juan Posadas

Juan Posadas

ojalá y el sea el sobrino del rey

2023-07-08

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