Capítulo 10

Adria y Marcus estaban abrazados en una esquina de la cabaña, gracias al ángulo que tenía la cabaña con respecto a la montaña parte del techo cayó inclinado, creando un triángulo de vida de aproximadamente 2 metros cuadrados. Suficientemente grande para no estar incómodos, ya que se podían sentar o acostar en la alfombra de la cabaña, pero no tan grande para no estar cerca el uno del otro. Además la nieve se había colado dentro de la cabaña y empezaba a hacer mucho frío.

De pronto Marcus se levantó e intento levantar la vigas que los tenían aprisionados, pero eran demasiado pesadas. Busco a tientas algo para encender un fuego, por fortuna había una silla rota y juntó algunas rocas que cayeron cerca de ellos e intento prender una fogata con eso.

- Pero que fue lo que pasó?- Preguntó Adria muy asustada.

- Al parecer hubo un alud que cayó sobre nosotros... Esto es muy extraño... en todos los años en los que viví aquí nunca había caído uno tan grande. Además, lo más raro es que se escuchó como una explosión antes del derrumbe.- dijo Marcus mientras encendía el fuego, se veía muy pensativo- Se encuentra bien Lady Adria?- Marcus la observó con un gesto de dolor mientras estaba volviendo a dónde ella se encontraba.

- Si, sólo me duele un poco el tobillo derecho, no creo que sea nada grave aún puedo moverlo, usted... está sangrando... - comentó Adria mientas comenzó a limpiar la sangre que caía por la frente de Marcus. Al tocar su piel sintió una descarga de electricidad, al sentirla miro a Marcus a los ojos, ambos se quedaron viendo por un momento. Sus rostros estaban muy cerca el uno del otro. La tensión sexual estaba presente. No era el tiempo ni el lugar pero ella deseó tanto poder abrazarlo y besarlo...

Para poder romper la tensión Adria se acercó al fuego que Marcus había encendido, era escaso y no iba a durar mucho tiempo, pero ella comenzó a calentar sus manos

- Cree que alguien venga a rescatarnos pronto? - preguntó Adria.

- Espero que sí, en el pueblo hay un equipo anti-desastres, es una suerte que su Nana Dolores no estuviera en la cabaña, ella al volver puede alertar a la gente del pueblo para que vengan a rescatarnos.

- Si, es una suerte que ella no estuviera aquí...

Pasaron un buen rato en silencio, la llama de la fogata improvisada se iba poco a poco apagando, ya no había madera ni nada que pudiera avivar el fuego y empezaron a tener mucho frío.

Para mantener el calor tuvieron que sentarse uno a lado del otro. De nuevo Adria empezó a sentir nervios y unas mariposas en el estómago por estar tan cerca de Marcus. La luz de la fogata era cada vez más tenue y Adria estaba empezando a temblar de frío. Marcus empezó a preocuparse por ella. Era claro que Adria no estaba acostumbrada a un clima como aquel y temía que le diera hipotermia antes de que llegaran a rescatarlos.

- Lady Adria no me malinterprete, pero la veo que tiene mucho frío, me permite abrazarla para que pueda entrar en calor?

Adria asintió con la cabeza, ella iba a levantarse para estar más cerca de él, pero olvidó su lesión del pie, el cual no la pudo sostener bien y para no caer al suelo jaló a Marcus hacia ella. Ambos cayeron y Marcus terminó encima de Adria. Ambos se quedaron viendo. Ella lo deseaba tanto.

En pocos segundos ella pensó en todas las desgracias que había tenido últimamente en su vida. El engaño de Víctor, el derrumbe, su futuro matrimonio con el viejo duque. Queria ser feliz, al menos por un momento. No lo pensó mucho y abrazó a Marcus, lo atrajo más cerca de ella y lo besó, un beso tierno y largo. Marcus se dejó llevar por ese inesperado pero placentero beso que estaba recibiendo de Adria.

Al separarse Marcus no resistió más y la volvió a besar solo que ahora de forma más urgente, incluso apasionado. Ambos acercaron sus cuerpos al máximo.

- Lady Adria yo... la deseó tanto, pero no es correcto.

Adria al oír esas palabras pensó en detenerse, pero pensó que tal vez iba a morir ahí, el frío era tan fuerte que calaba los huesos y no sabía cuánto tiempo tardarían en sacarlos de ahí, además en el mejor de los casos que salieran con vida, Adria prefería perder su virginidad con este apuesto hombre que con el viejo duque. Ellos de todas maneras después de eso no se volverían a ver.

- No se detenga, yo también lo deseo.

Adria volvió a besarlo con pasión y comenzó a quitarle la camisa a Marcus, el por su parte comenzó a besar su cuello, y a desabotonar su capa para quitarla.

Las manos de Marcus comenzaron a recorrer la deliciosa silueta de Adria. Ella quería más, dejo salir un gemido, lo cual éxito más a Marcus, sus lenguas seguían haciendo un vaivén en sus bocas. Marcus logro quítale el vestido a Adria, el frío ya era cosa del pasado, con la pequeña luz tenue que aún quedaba logró ver su esbelto cuerpo y sus redondos senos. Tomo uno y comenzó a devorarlo mientras que con su otra mano la tomó de la cintura para acercarla más a él y ponerla a horcajadas encima suyo.

De un solo movimiento Marcus se deshizo de su camisa, estaban ahora piel con piel. Sus besos hambrientos recorrían toda la piel de Adria. Marcus tomo a Adria de las caderas y la colocó en la alfombra mientras se deshacía de su pantalón, y quedó entre las piernas de la bella dama.

- Adria estás segura de esto? Después de esta noche no habrá marcha atrás...- dijo Marcus muy exitado

- Si, estoy segura.

Entonces Marcus no lo pensó dos veces y se hundió en ella, Adria sintió mucho dolor de pronto y soltó un grito, Marcus lo notó y comenzó a ser más suave en sus estocadas, hasta que Adria de pronto dejó atrás el dolor y comenzó a sentir placer.

Marcus volvió a besarla y le dijo cuánto la deseaba, ella comenzó a gemir con más fuerza hasta que ambos llegaron a una explosión de placer. Sus cuerpos cansados yacieron juntos mientras intentaban recuperar el paso normal de su respiración. Marcus sello el acto con un beso casto en los labios de la chica.

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