Capítulo 14

Adria estaba en su habitación cuando llamaron a la puerta, cuando fue a abrir de pronto entro una legión de mucamas con vestidos, zapatos y miles de artículos cosméticos.

- Creo que se han equivocado de habitacion, el cuarto de la reina está en otra área del palacio.

- Es usted Lady Adria de Alba? - preguntó una de las mucamas.

- Si soy yo...- Adria estaba cada vez más confundida.

- Entonces este es el lugar correcto- dijo la mucama sonriente- el rey Leonel ha mandado los mejores vestidos y accesorios para prepararla para el baile, también nosotras la vamos a ayudar a arreglarse.

- El rey Leonel? Sé que es amigo de mi padre, pero apenas ayer fue la primera vez que lo he visto, como pudo haberme mandado todo esto?

- Pues escuché que a este pedido lo mencionó como una inversión a largo plazo....- dijo sonriendo la mucama.

- .....? - Adria estaba perpleja, no esperaba que el mismo rey le hubiera mandado todo esto, seguramente lo hacía para agradar al nuevo duque de Lyon, ya que este trato es muy importante.

Las mucamas comenzaron con prepararle el baño con rosas, y después a aplicarle mascarillas en el rostro, limar sus uñas y a hacerle un hermoso peinado, mientras eso pasaba otra mucama le enseñaba cada uno de los vestidos para que Adria pudiera escoger el que se pondría para esta noche.

Después de mucho tiempo, ella escogió un vestido azul que hacía resaltar sus hermosos ojos azules y su piel blanca aterciopelada. Llevaba su cabello recogido en un moño y las mucamas la maquillaron de una forma que parecía natural pero al mismo tiempo irradiaba mucha sensualidad.

Este es el vestido de Adria.

Al verse en el espejo Adria no podía creer que era ella misma, incluso ella se dió cuenta de lo atractiva que se veía. Cuando todas las mucamas terminaron le dieron paso a la Nana Dolores y a su padre para que la vieran.

- Hija mía, te ves preciosa, el duque de Lyon quedará impresionado con tu belleza.- dijo el padre de Adria.

- Espero poder agradar al duque. - Al decir esto Adria de veía sería, incluso triste. No podía dejar de pensar en Marcus.

- Si mi niña, eres tan hermosa. Vamos apúrate, toma el brazo de tu padre, el baile está por comenzar.- comentó la Nana Dolores, quien tenía lágrimas en los ojos de la emoción.

Adria y su padre se dirigieron al salón de baile del palacio.

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Mientas tanto en el salón de baile Marcus y Damián estaban tomando una copa al fondo el salón. Las chicas que se encontraban cerca no le quitaba los ojos de encima a Marcus y más de una se acercaron a él, esperando que les hablara o las invitará a bailar. Tiraban su pañuelo, o fingían sentirse débiles. Otras más coquetas le mandaban miradas provocativas, le guiñaban el ojo e incluso una le mando un beso.

Marcus ni siquiera las había notado, había más de 500 personas en el salón y él estaba intentando encontrar a una chica entre tantas.

- ...Y como te decía no pude encontrar a la palomita escapista, hay aproximadamente 300 jóvenes en el palacio el día de hoy... pero mañana la encontraré, estoy seguro, hoy reuní muchas pistas - comentaba Damián.

En eso se hizo el anuncio que alguien más había llegado. El salón de encontraba en la parte baja, al entrar de tenía que pasar por un pequeño pasillo que llevaba a unas escaleras para bajar hacía el salón. Diseñado así para hacer más espectaculares las entrada de los nobles.

- El Marqués de Alba y Lady Adria de Alba.- anunció el mayordomo.

Todos los presentes voltearon hacia las escaleras, más de un hombre quedaron embobados con la belleza de Adria y algunas mujeres la veían celosas. Pero en la parte de atrás del salón estaba Marcus quien no le quitaba la mirada de encima. Esto lo confirmaba, la hija del Marqués de Alba era la misma mujer de la que él se había enamorado en Las Laderas.

- Ya no tienes que buscar más, esa es mi palomita.- dijo Marcus a Damián señalando hacía Adria. Damián estaba muy sorprendido por la belleza de Adria y pudo entender cómo su amigo de había enfrentado hasta al rey por ella.

- Ya veo, pues a qué esperas? Ve por ella! La has estado buscando toda la noche- dijo Damián. ya que veía que su amigo no se había movido de lugar.

- Aún no es el momento, pediré al rey una audiencia privada.

Entonces Marcus vio que Adria y su padre iban a saludar el rey, a su paso dejaba varios hombres embobados por ella, Marcus se sintió un poco celoso, pero decidió no ir a encontrarla aún.

- Buenas noches su Majestad- dijo el padre de Adria mientras él y ella le hacían una reverencia.

- Buenas noches Marqués, Lady Adria, se ve muy hermosa, veo que las mucamas hicieron un excelente trabajo. - dijo el rey Leonel.

- Muchas gracias su Majestad, no debió haberse molestado por mí.

- No fue ninguna molestia, hoy será el día que conozca al duque de Lyon y es imperativo que usted cause la mejor impresión en él. Su unión matrimonial es muy importante para ambos países.

- Si lo entiendo, haré todo lo posible por agradarle.- dijo Adria.

- Gracias por todo su Majestad- dijo el duque de Alba, ambos hicieron una reverencia al rey y se retiraron a otra parte del salón.

La noche iba transcurriendo pacíficamente, si embargo Adria era constantemente atosigada por varios hombres que le pedían un baile o intentaban hablar con ella. Adria se escusaba diciendo que estaba comprometida, lo que menos quería en ese momento era bailar o que el duque de Lyon la viera divertirse con otros hombres. Sabía que debía casarse con él para que le ayudará a proteger a su familia.

Después de un rato una mucama le dió un sobre a Adria, era una carta del rey, había llegado el momento de conocer al duque y le pedía ir al cuarto del lado este del salón, Adria le mostró la carta a su padre quien la acompañó a dicho salón.

Al llegar al cuarto se encontró afuera a ambos reyes custodiando la puerta, ambos estaban muy complacidos. Adria les hizo una reverencia.

- Oh Lady Adria, que gusto que haya llegado, creo que ha causado una buena impresión a nuestro Duque.- dijo el rey Leonel- él se encuentra adentro, pidió una audiencia en privado con usted. Creo que sobra decir que espero que lo cautive, sabe la importancia de esta unión.

- El duque de Lyon es un hombre obstinado, por favor no le tome a mal si dice algo fuera de lugar.- dijo el rey de Randen.

- No lo haré - Adria hizo la reverencia a ambos reyes y abrió la puerta.

Se veía un hombre joven al fondo de espaldas viendo por la ventana el jardín.

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