Episodio 20

^^^⚔ [ Damon ]^^^

Elegí la opción más razonable que podría haber decidido en ese tiempo y esa fue el desaparecer.

Mi padre podría ser un posible traidor y no podía arriesgar la vida de la princesa si iba a mi casa para comprobarlo, tampoco podía intentar buscar ayuda yendo al palacio imperial debido a que el atentado hacia el palacio de Bricia fue planeado y podría caer en las manos de algún traidor en el camino.

—Solo puedo esperar a que encuentren a los traidores y solo entonces podre llevarte devuelta al lugar en donde perteneces.—Le dije a la bebé que tenía en mis brazos.—Solo pido que su alteza, el segundo príncipe se encuentre a salvo.

Ekain era mi mejor amigo, era la persona a la cual le deseaba servir por el resto de mi vida, si él se convierte en Emperador, entonces haría grandes cambios en este imperio y yo quería ayudar en el proceso siendo su mano derecha.

Todos lo sabían, el segundo príncipe era el más capacitado para heredar la corona y la única persona que podría salir perjudicada por tal decisión sería la Emperatriz, osea, la madre del primer príncipe.

No entiendo las razones de mi padre para traicionar al segundo príncipe, pero no puedo arriesgarme e ir con él, solo debo esperar, solo será cuestión de tiempo para que el actual Emperador encuentre a los asesinos de su concubina favorita.

Y entonces pasaron 3 años.

Estuve cuidando de la princesa por ese tiempo, solo y en las calles intentando no llamar la atención de nadie, fue entonces que se dio el anuncio de la ejecución de un grupo de personas, entre ellas estaba mi toda mi familia y por supuesto, la Emperatriz también era culpable por el asesinato de Bricia, pero ella tuve un castigo inferior en comparación al resto.

En la plaza central del imperio, le cortaron la cabeza a mi padre y madre, había otras familias nobles que también estaban involucradas, pero no pude tomar atención hacia ellos.

—Los traidores merecen esto y mucho más.—Me dije, necesitaba odiarlos, si ellos no hubieran traicionado a Bricia, posiblemente no hubiera tenido que soportar el frío y el hambre como un mendigo.—Padre, madre, ustedes me abandonaron con esta decisión.—Mordí mis labios, no quiero llorar, no lo haré por ellos.

No puedo llorar por unos bastardos que le dieron la espalda al segundo príncipe y que planeaban matar a una pequeña recién nacida.

—Dam, ¿tas bien?.—Preguntó, claro, estaba observando la ejecución de mis padres, pero no permití que la pequeña princesa la viera conmigo.

Me encontraba abrazando a la pequeña niña que he estado cuidando como si fuera mi hija, ella no podía ver lo que estaba ocurriendo a sus espaldas, pero de alguna manera supo que no me encontraba bien.

—Estoy bien, pequeña.—Mentí, realmente deseaba llorar e ir corriendo hacia el Emperador para pedir ayuda, pero no es tan fácil, seria imposible que los caballeros me dejaran pasar aún si muestro los ojos rojos de la señorita.—Ahora solo nos quedará esperar a que nos encuentre su hermano, él prometió venir a buscarnos.

Ekain, escuché que sobrevivió, pero hasta ahora no he sabido nada de él.

Lo pensado demasiado desde la vez que logré escapar del palacio de Bricia y sigo pensando que he tomado la decisión correcta.

No puedo mostrarme ante los caballeros imperiales y decirles que soy Damon, hijo del Duque a quien ejecutaron por traición y que he estado escondiendo a la supuesta princesa que es hija de Bricia, quien supuestamente murió junto a su bebé aún sin haber podido darla a luz.

Malditos rumores y toda esa porquería de investigación, él único que podría confirmar mi inocencia y la identidad de la princesa es Ekain, pero justamente ahora es cuando ha desaparecido para tener una reunión con el Emperador, eso fue lo último que supe de él y eso fue hace un año.

—Vamos, ya no tenemos nada más que hacer aquí.—Sé lo dije a la princesa, pero era más para mí que para ella.

Vivir estos últimos 3 años en las calles ha sido un verdadero reto, pero afortunadamente he podido alimentar como corresponde a la señorita, es ella quien importa ahora, sin ella, posiblemente me verán como otro traidor más de la casa del Duque que sobrevivió por suerte.

Pensé que podría seguir viviendo de esta manera, escondiendo nuestra verdadera identidad, pero ya no me quedan fuerzas para salir adelante con la pequeña princesa, ahora tengo 11 años y entiendo un poco mejor mi situación actual. No soy el único niño que vive en la calle y la princesa no es el único infante que "perdió a su familia"

Actualmente, estábamos combatiendo contra el frío y el hambre, pero hace un tiempo atrás se comenzó a esparcir una extraña enfermedad y aunque supuestamente no es contagiosa, muchos de los plebeyos comenzaron a mostrar los síntomas de la enfermedad y como si nuestra mala suerte no hubiera acabado ya con nosotros, yo empecé a mostrar dichos síntomas.

—¿Tienes frío?

—No, eto bien.

—Lo lamento, si fuera más competente no estarías aquí fuera en pleno invierno.

—¿Da.. to ..bien?

—Estoy bien, no debes preocuparte por mi.

—Da ..eta ..fio.

—Jajaja, lo siento pequeña, mi calor corporal no puede vencer a esta fría noche.—La abracé y la cubrí con la única manta que tenía.—Intenta superar esta noche, por favor, no puedes dejarme, por favor pequeña, solo espera un poco más, tu hermano vendrá y nos salvará, lo prometo.

Cada día estoy más enfermo y no puedo conseguir el alimento suficiente para la pequeña princesa, siento que mi alma se rompe en pedazos al verla tan delgada y desprotegida del frío.

Dios, amo a esta niña, por favor, no permitas que muera, por favor, por favor, por favor Ekain, vuelve por tu hermana.

—¿Hemano?

—Tu hermano vendrá, estoy seguro de eso.—Poco a poco sentí como comenzaba a perder el conocimiento.—El..príncipe lo prometió.. es por eso..que no puedes morir, no mueras, solo soportarlo un poco más.. volveremos a nuestro hogar..y..—Cerré mis ojos.

—¿Da?.—Preguntó.—¿Da, etas dumido?.

Eso fue lo último que escuché de la pequeña niña a quien cuide por estos 3 años, no como una prometida o como la hermana de mi mejor amigo, no, más bien, fue como haber cuidado de una hija.

Lo sé, era demasiado joven para intentar comportarme como un padre, pero a esa pequeña niña yo la cuide, le intenté enseñar a hablar y a escribir, le di el poco alimento que lograba conseguir e hice todo lo que posiblemente ni siquiera un padre de la nobleza hubiera hecho.

Así que sí, amo a esa pequeña como si fuera mi hija y ahora daría mi vida por su bienestar, lamentablemente no tengo mucha vida que entregar, creo que la enfermedad se está llevando mi poca energía y con este frío posiblemente no logré abrir mis ojos para ver un nuevo amanecer.

Realmente no tengo mucho apego a mi vida, no me importaría simplemente morir e ir con mi familia al más allá, pero no quiero dejar a la princesa sola, no puedo darla aquí sin haberla devuelto al palacio en donde ella pertenece.

Todavía no puedo morir.

Necesito llevarla con su hermano.

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