Episodio 10

^^^♥︎ [ Candela ]^^^

Espere a que las sirvientas prepararán el baño y me dejaran el desayuno en la habitación como normalmente ocurre, decidí bañarme y ponerme un simple vestido de un color cielo, no tenía pedrería y eso lo hacía liviano, era como estar utilizando mi camisón.

Aún no sabía como atar mi cabello, así que lo dejé suelto, ahora que lo pienso, mi cuerpo ya no tiene comezón desde que empecé a cambiar mis ropas unas dos o tres veces al día (lo hago porque Damon me dijo que debía hacerlo). Mi cabeza también está libre de bichos molestos, también gracias a Damon.

—Damon.—Dije con melancolía, ni siquiera había pasado una semana desde la última vez que lo vi, pero de todas formas quería verlo, al igual que Ekain, su Majestad es quien me ha entregado todas las cosas que poseo ahora.—También deseo ver a su Majestad.

Una vez arreglada, comí el desayuno y espere a que las sirvientas se marcharan. Hubiera sido más fácil si le hubiera preguntado ha alguna de ellas sobre la ubicación de Damon o la de su Majestad, pero aún no soy capaz de hablar con extraños.

Recuerdo que muchos se sintieron ofendidos cuando decía algo y siempre me golpeaban hasta hacer sangrar mi piel, no quiero que estas sirvientas me odien por hablarles y que me gane un castigo por decir algo que les resulte ofensivo.

Decidí buscarlos por mi propia cuenta y eso haré, no creo que sea tan difícil si estamos en el mismo palacio.

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Una vez que las sirvientas se fueron, espere unos cuantos minutos, creo espere 10 minutos, no podría saberlo con exactitud ya que lo único que tenía a mano para ver la hora, era un pequeño reloj de arena que me dio Ekain el segundo día de mí llegada al palacio imperial, como sea, salí de la habitación y vi un largo pasillo, podría ir a la derecha o izquierda y cualquiera que sea el camino correcto, creo que de todos modos tendré que caminar bastante.

—Derecha o izquierda.—Dije indecisa.

No quiero equivocarme y perderme, solo tengo dos horas hasta que las sirvientas vuelvan a mi habitación con algún aperitivo. Necesito encontrar a Damon o a Ekain antes que ellas noten mi ausencia.

—Bien, iré por la izquierda.—Me dije.

Estaba planeando ir por la derecha, pero viendo mi mala suerte, estoy segura que la primera opinión que elegí al principio estaba equivocada.

Fui caminando a paso veloz por el largo pasillo del palacio, podía sentir la suave alfombra roja con mis pies y es que si, aún no estoy acostumbrada a utilizar esas zapatillas con tacones altos y mis pies no se sienten cómodos con zapatos de planta baja. Damon parecía entender mi desagradó por las zapatillas, así que dijo que podría estar descalza por el momento.

Las enormes ventas del palacio llamaron mucho mi atención, estar en el segundo piso de este gran lugar me hacía contemplar sus afueras, desde aquí podía ver el hermoso jardín y un gran bosque que rodeada el palacio. Estábamos algo alejados de la ciudad o tal vez está distancia era normal entre los nobles, no lo entiendo pero me gustaría entenderlo.

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Había llegado hasta el fondo del pasillo y me encontré con unas grandes escaleras que me podrían llevar hacia abajo pero también habían escalones que me podrían llevar hacia arriba.

—Arriba o abajo.—Me pregunté.

Creo que sería lo más lógico ir hacia abajo, pero ahí estarían los caballeros y las sirvientas rondando el lugar, si es posible, me gustaría evitar cualquier contacto humano (Ekain y Damon son la excepción).

—Iré arriba.—Dije mientras daba un suspiro, si intento evitar al personal del palacio, es probable que nunca logré encontrar ni a Damon ni a Ekain.

Eres una tonta, Candela.

Subí las escaleras y estas me llevaron hasta el tercer piso, fue cuando me di cuenta de mi error. Creí que al ser la tercera planta del palacio, no habrían tantas sirvientas como en el primer piso, pues me equivoque, porque habían sirvientas entrando y saliendo de las habitaciones, creo que estaban haciendo la limpieza diaria.

—Mejor iré al primer piso.—Me dije mientras retrocedía para bajar las escaleras y fue cuando vi que dos hombres con armaduras estaban subiendo las escaleras y que muy pronto me verían.

No tuve más alternativa que entrar a la primera habitación abierta que vi y decidí esconderme dentro de un gran armario, no entiendo porque lo hice, pero ahora ya estaba hecho y definitivamente no iba a salir de aquí.

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Aún escuchaba las voces de las sirvientas y de otros caballeros, no sabía exactamente cuánto tiempo había estado encerrada en el armario, pero me creo que fue el tiempo suficiente como para ser vencida por el sueño.

Mis ojos se comenzaron a cerrar e inevitablemente me quedé dormida en aquel lugar estrechó.

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—¿Tienes frío?

—No, eto bien.

—Lo lamento, si fuera más competente no estarías aquí fuera en pleno invierno.

—¿Da.. to ..bien?

—Estoy bien, no debes preocuparte por mi.

—Da ..eta ..fio.

—Jajaja, lo siento pequeña, mi calor corporal no puede vencer a esta fría noche.—La abraza y la cubre con la única manta pequeña que tiene.—Intenta superar esta noche, por favor, no puedes dejarme, por favor pequeña, solo espera un poco más, tú hermano vendrá y nos salvará, lo prometo.

—¿Hemano?

—Tú hermano vendrá, estoy seguro de eso.—Poco a poco él joven que sostenía en sus brazos a la pequeña niña comenzó a perder el conocimiento.—Él..príncipe lo prometió.. es por eso..que no puedes morir, no mueras, solo soportarlo un poco más.. volveremos a nuestro hogar..y..—Cierra los ojos.

—¿Da?.—Preguntó la pequeña.—¿Da, etas dumido?.

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—Oh mi Dios, aquí está.—Una sirvienta habló en voz alta provocando mi despertar.

Frote mis ojos e intenté ver a mi alrededor, habían muchas sirvientas viéndome con rostros preocupados, me pregunto porque todas están aquí.

—Mi señorita.—De pronto se escucho la voz de Damon y lo vi entrar a la habitación mientras las sirvientas se apartaban del camino para abrirle paso hasta el armario.—¿E-Estás bien?.—Preguntó con su voz agitada y con muestras de preocupación en el rostro.

—Estoy bien.—Contesté.

—Ahh, pensé que habías desaparecido de nuevo.—Dio un gran suspiro de alivio.—¿Por qué estas aquí?

No entiendo porque se veía tan preocupado, pero mi pecho se siente aliviado de verlo, el dolor que sentía hace unas cuantas horas estaba desapareciendo gracias a Damon, pero todavía quería ver a Ekain, supongo que Damon podría llevarme con él.

—Los estaba buscando.—Dije.

—¿En un armario?.—Preguntó con una sonrisa, pero todavía mantenía esa mirada preocupada.

—Entre al armario por error.—Dije, no lo había pensado cuando decidí encerrarme en este pequeño pero calentito lugar.

—Claro, ¿pero por qué nos buscabas, señorita?.—Preguntó Damon.

¿Por qué los quería ver?.

—No lo sé, pero fue doloroso no verlos.—Respondí.

—Nos..—Damon parecía sorprendido ahora.—¿Nos extrañabas?

—Eso creo.

—Jajaja, ya veo mi señorita.—Damon tendió su mano hacia mí y me ayudó para salir del armario.—Yo también deseaba verla.

Damon es el mayordomo principal del palacio imperial y creo que tiene una buena relación con su Majestad porque hay veces en donde ninguno de los dos se comporta como debe ser, como Emperador o como Mayordomo, es como si ellos dos no vieran sus títulos cuando están enfrente mío o cuando hablan entre sí.

Me siento tan cómoda con ellos, con tan solo una semana y media, Damon y Ekain se han transformado en mi pequeño mundo de ¿felicidad?

Aún no estoy segura si esto es la verdadera felicidad, pero me gustaría pensar que si lo es, me gustaría borrar los recuerdos dolorosos y taparlos con los nuevos recuerdos que me han entregado estos dos hombres.

Espero que no este cometiendo un error al pensar de este modo.

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